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El fútbol español bate récords: ingresará 2.600 millones y disparará un 60% su beneficio esta temporada

Marc Menchén

22 oct 2015 - 05:00

La Liga vivirá un punto de inflexión esta temporada, y en buena medida se lo debe a los nuevos contratos de televisión. No obstante, al saneamiento del fútbol español también ha ayudado el férreo control económico impuesto desde la patronal. Una combinación de factores que permitirá que el conjunto de clubes de Primera y Segunda División alcance este año una facturación récord de 2.595 millones de euros, un 4,5% más respecto a la campaña anterior. El beneficio antes de impuestos se disparará un 62,3%, hasta los 250 millones.

 

Así se desprende de la información recopilada por la patronal presidida por Javier Tebas a partir de los presupuestos aprobados a cada club en un documento al que ha tenido acceso Palco23. En él, se aprecia que por primera vez en la historia reciente del fútbol español los ingresos estarán por encima de la deuda neta, dos partidas que desde la temporada 2011-2012 han seguido trayectorias inversas, como se aprecia en el siguiente gráfico.

 

 

 

El volumen de los compromisos pendientes de pago se ha recortado un 23% desde entonces y al cierre de la temporada 2015-2016 se situará en 2.550 millones. En cambio, el volumen de ingresos se ha disparado un 23,7% en el mismo período, y eso que la cifra que maneja la patronal es conservadora. Sobre la mejora del negocio respecto a la campaña 2014-2015, desde la patronal indican que "es mínima y calculamos que la que se encuentra actualmente recogida".

 

Y es que todavía está por acabar de concretarse cuál acabará siendo la recaudación de La Liga por los derechos internacionales. Se estima que finalmente estará en torno a los 635 millones, cifra a la que hay que añadir los 600 millones que ha pagado Telefónica por los partidos en España y los cerca de 20 millones de TVE por el encuentro en abierto y los resúmenes. En total, unos 1.155 millones (descontada la comisión de Mediapro como agente) que superan claramente los 740 millones de la última campaña y lo que supone un diferencial de 415 millones.

 

En cambio, en la previsión para el ejercicio en curso se ha establecido el incremento de la cifra de negocio en 111 millones, lo que supone un 12,7% más y situaría el montante total en 2.270 millones. A esta cifra hay que añadir otros ingresos ajenos a la actividad deportiva (explotación comercial del estadio, como los museos u operaciones urbanísticas) y los derivados del traspaso de futbolistas. En este último campo se produce un desplome del 38%, al pasar de 325 millones a 200 millones de euros.

 

 
La evidente mejora del resultado neto y la constante reducción de deuda se explican no sólo por la mejora de los ingresos, sino también por la contención en el gasto. Muestra de ello es que, entre 2011 y 2016, los recursos destinados a la plantilla deportiva (salarios y amortizaciones) ha crecido un 6,7%, un ritmo muy inferior al del 23,7% que se mencionaba anteriormente en referencia a los ingresos. Además, la partida de otros gastos se habrá mantenido prácticamente invariable si se cumplen las previsiones: de 752 millones a 766 millones de euros.

 

También se ha conseguido mantener a raya el peso del gasto salarial respecto a la facturación. Mientras que en la temporada 2011-2012 se situaba en el 76% e incumplía las recomendaciones de la Uefa, que fijan ese porcentaje en el 70%, para ese año se contempla que termine en el 64%; se trata de un punto por encima respecto a los dos últimos ejercicios, pero al menos dentro de los baremos aconsejados.

 

Una de las claves en este aspecto ha sido la decisión de La Liga de establecer topes salariales al principio de cada temporada. Antes de que se cierre el período de inscripción de jugadores, cada club sabe cuánto dinero podrá destinar a este fin y automáticamente se impide el alta de futbolista en la competición si ello supone rebasar el límite establecido. El caso más evidente fue el de Pedro León con el Getafe CF.

 

Son equipos como el azulón los que mayores esfuerzos han tenido que realizar durante los últimos años para sanear sus balances y recuperar una de las ideas básicas del mundo empresarial: no gastar más de lo que se ingresa. De ahí que el equipo de control económico que encabeza Javier Gómez también elabore los mismos ratios que se mostraban en la parte superior de este artículo sin incluir a Real Madrid y FC Barcelona, cuyo poderío económico puede distorsionar la realidad.

 

 

 

No obstante, sus datos también reflejan una tendencia idéntica con la única excepción de que sus ingresos todavía siguen siendo inferiores al elevado endeudamiento que acumulan, especialmente Atlético de Madrid, Valencia CF y RCD Espanyol, según la información recopilada de cada uno de estos clubes por este diario.

 

Entre 2011 y 2016, los cuarenta clubes que conforman el fútbol profesional español (excluidos Barça y Madrid) habrán rebajado su deuda en un 28%, hasta los 1.750 millones de euros, de confirmar el escenario dibujado por La Liga. Se trata de cinco puntos más que si se incluyeran los dos gigantes de este deporte, aunque finalmente podría ser mayor, ya que en este escenario se desconoce si se ha contemplado la capitalización de deuda por 100 millones que ejecutará Peter Lim en el conjunto ché.

 

El fuerte ajuste se produjo esencialmente por el recorte del gasto en plantilla, que en la 2011-2012 se situó en 875 millones y al cierre de la 2014-2015 se quedó en 737 millones. Y es que en ese mismo período los ingresos prácticamente se quedaron estancados por la caída de la asistencia a los estadios y el desplome de los ingresos por patrocinio en un contexto de crisis, sólo neutralizados por las plusvalías en el traspaso de jugadores.

 

 

 

Un período de estrecheces económicas y compromiso de reducir la deuda con Hacienda, que ha caído a la mitad. Pero el nuevo escenario televisivo ayudará a cambiar este panorama en el actual ejercicio, ya que las plusvalías irán dirigidas directamente a mejorar los ingresos de los cuarenta clubes que no son ni Barça ni Madrid, que han aceptado congelar su parte del pastel temporalmente.

 

Ello es lo que permitirá que por primera vez se vuelva a incrementar el gasto destinado a la plantilla, que para la 2015-2016 se situará en un total de 850 millones de euros, una cifra muy cercana a los 875 millones de cuatro ejercicios atrás. Con la única diferencia de que ahora esa partida sólo supondrá un 62% de los ingresos ordinarios y los beneficios por traspasos, cuando en la 2011-2012 representaba un 87%.

 

La cada vez mejor posición financiera de estos clubes son los que permitían ayer a Javier Gómez, director general corporativo de La Liga, asegurar en una entrevista con este diario que en dos o tres años la Primera División estará saneada. Un indicador que lo ratifica: el ratio de deuda sobre cifra de negocio ha pasado de un múltiplo de 2,8 cuando él asumió el control económico del torneo, a un 1,95 en el último ejercicio. Y la previsión para este año es que baje al 1,48.

 

Todo un ajuste en un corto periodo de tiempo y que se ha saldado con 101 expedientes abiertos para demostrar a los clubes que la disciplina financiera no se negocia. Y sólo dos entidades descendidas por no haber aceptado las nuevas reglas del juego: Elche CF y Real Murcia. Según Gómez, en dos años y si no hay una hecatombe, no volverán a existir riesgos de descenso administrativo por esta cuestión.