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El Covid-19 pone a prueba la resistencia económica del baloncesto español

Los clubes de ACB aguardan a esta semana para decidir si se acogen al Erte, todo supeditado al acuerdo con Endesa y Movistar+. En LEB, el eslabón débil, se han presentado los primeros despidos y hay quienes piden dar por finalizado el torneo.

M. Menchén / P. López

24 mar 2020 - 05:00

El baloncesto español pone a prueba su modelo con la crisis del Covid-19

E. Casas ACB Photo.

 

Calma tensa. El baloncesto ha pasado por numerosas crisis a lo largo de su historia, pero jamás una como esta. En un deporte que depende del mecenazgo y presupuestos ajustados al límite cada temporada, el parón abrupto que se ha producido por la crisis del Covid-19 pone en riesgo a un reguero de clubes que no tiene el músculo necesario para combatir las consecuencias del actual escenario. “La mayoría de los equipos se lo están planteando, y creo que todos los acabaremos solicitando, ya sea complementando el salario o no”, explica a Palco23 un directivo de un club ACB.

 

CB Estudiantes ha sido uno de los primeros clubes en comunicar un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) a su plantilla, y se está debatiendo sobre si aplicarla al equipo profesional. El Monbus Obradoiro y Montakit Fuenlabrada también están entre los primeros equipos de la ACB que están dando pasos hacia esta dirección, después de que lo hicieran los clubes de la LEB, donde numerosas voces ya solicitan una suspensión definitiva de la temporada.

 

Fuentes de la industria señalan a este diario que el conjunto de equipos de LEB Plata ha remitido una carta a la Federación Española de Baloncesto (FEB) en la que solicitan dar por terminado el curso. En LEB Oro aún no han llegado a ese punto, pero la falta de ingresos por taquilla y el miedo a penalizaciones de los patrocinadores ha obligado a B the travel brand Mallorca Palma y Levitec Huesca a prescindir temporalmente de su plantilla.

 

“Con el paso de los días llegarán más; en estas categorías no hay el colchón de la televisión o un mecenas”, admite un ejecutivo con experiencia tanto en ACB como en las divisiones inferiores. En LEB, los presupuestos más ambiciosos no alcanzan los 1,5 millones de euros anuales y la mayoría se mueve en torno al medio millón, explican en el sector.

 

 

 

 

Desde el regulador presidido por Jorge Garbajosa señalan que no puede tomarse una decisión de este calado en caliente y, aún menos, con la incertidumbre sobre cuándo se podrá retomar la actividad. En este sentido, pesan tanto el cumplimiento de los contratos comerciales de la FEB con sus patrocinadores, como una cuestión deportiva: ¿qué pasa con los ascensos y descensos?

 

“Es un hecho que la actividad del club está interrumpida, y, por tanto, es entendible que no se puede mantener en activo a los trabajadores”, ha sostenido el Huesca sobre su decisión. “El fin es garantizar la viabilidad económica del proyecto”, ha argumentado el B the travel brand Mallorca Palma. Una decisión valiente, a ojos de algunos ejecutivos, que hablan de riesgo de fugas de los jugadores.

 

Muchos jugadores cuentan con contratos plurianuales o por los ocho meses que dura la competición de LEB, motivo por el que podría darse el caso de que muchos no tengan ya contrato cuando regrese la actividad. En este sentido, los dirigentes temen que la presentación de un Erte se traduzca en rescisiones unilaterales. “¿Qué pasa si al regreso de la actividad mi rival tiene a toda su plantilla y yo tengo que jugar con los juniors?”, se pregunta el responsable de un club de ACB.

 

 

 

 

El deseo de muchos sería una decisión colegiada de toda la competición, de forma que todos apliquen un ajuste similar que no genere diferencias de competitividad. Aun así, otros sostienen que tendría poco sentido: “Nos ponemos de acuerdo, genial, pero ¿quién evita que venga un club griego o turco y se lleve a tus mejores jugadores?”, advierte.

 

La mayoría de clubes de la ACB consultados no se animan a realizar ningún movimiento que suponga un Erte. “Podríamos aguantar una semana más sin empezar a tramitarlo; no es fácil comunicarles a los jugadores una suspensión de empleo, sobre todo porque si la Liga Endesa vuelve, les necesitamos comprometidos”, explica el director general de un club de la ACB.

 

En la videoconferencia del pasado lunes los clubes aprobaron por unanimidad ampliar el periodo de suspensión de la competición hasta el 24 de abril, una fecha que podría seguir ampliándose si la situación de emergencia sanitaria no cesa. Aun así, equipos como Movistar Estudiantes y Montakit Fuenlabrada ya han empezado a preparar la documentación, confiando en revertir los ajustes salariales si finalmente puede concluirse la temporada.

 

La falta de previsión acerca de cuándo se podrá volver a competir es la que genera cautela entre los clubes consultados. Esa misma incertidumbre es la que deja en incógnita si la ACB mantendrá intacto el negocio audiovisual y de patrocinio. Movistar+, socio audiovisual y patrocinador, aporta cerca de 18 millones anuales y Endesa, que explota el naming del torneo, aporta más de 4,25 millones de euros por campaña.

 

 

 

 

La ACB arrancó 2019-2020 con un presupuesto récord de ingresos de 32,9 millones de euros, con Endesa y Movistar+ aportando más del 50% de la facturación. La idea es que los ingresos comerciales y de televisión generaran el 87,7% del negocio, en el que también participan el operador de juego 888Sport, El Corte Inglés y Kia; Unicaja fue patrocinador principal de la Copa del Rey 2020, en sustitución de CaixaBank.

 

En cuanto a los clubes, los datos facilitados por el Consejo Superior de Deportes (CSD) correspondientes a la temporada 2017-2018 cifra en 116,6 millones de euros el negocio agregado de los equipos. Dado que los gastos fueron de 197,9 millones, las pérdidas se elevaron 81,2 millones de euros. 

 

La partida más importante es la de nóminas, que absorbió 134,3 millones de euros, y por sí sola exigió más dinero que la capacidad real de los clubes para generar ingresos. El motivo principal es que aquellos que compiten en Europa gastaron mucho más que el resto de participantes; sin ir más lejos, el Barça Bàsquet y el Real Madrid Baloncesto gastaron 27 millones de euros en personal durante 2017-2018.

 

En ambos casos, los equipos cuentan con el apoyo económico que genera el fútbol, mientras que otras entidades como Herbalife Gran Canaria o Iberostar Tenerife dependen de las subvenciones públicas y el gasto publicitario del Cabildo. Otros, como Unicaja Málaga, Ucam Murcia o Valencia Basket, dependen del propietario del club, ya sea la entidad financiera, una Universidad o Juan Roig, mecenas del club.

 

Sin contar las aportaciones de los propietarios del club, el patrocinio es la principal palanca de negocio de los clubes. En 2017-2018 supuso el 45% de los ingresos, mientras que el 12,2% corresponde a la venta de abonos y ticketing. Los clubes se han comprometido a devolver el importe de las entradas y estudiar la compensación del abono, pero es innegable que esta partida de ingresos será una de las más mermadas en 2019-2020 se la temporada se interrumpiera o hubiera partidos que no llegaran a celebrarse.