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De la vuelta de la Champions a Roland Garros: el deporte fija su hoja de ruta para salvar 2020

Tras la vuelta de los torneos domésticos de fútbol y baloncesto, las competiciones internacionales se han apresurado a anunciar sus fechas de regreso. La logística y restricciones a la movilidad, principales hándicaps para los torneos de tenis, golf y motor.

Álvaro Carretero

22 jun 2020 - 04:58

De la vuelta de la Champions a Roland Garros: el deporte fija su hoja de ruta para salvar 2020

 

 

La desescalada deportiva en la élite, al igual que la social, se ha realizado por fases. Las primeras competiciones en anunciar su vuelta fueron las domésticas de fútbol, que abrieron el camino al resto de ligas. La Bundesliga marcó el ritmo para la vuelta a los terrenos de juego de las grandes ligas de Europa, a excepción de la Ligue-1. Una vez que todos los torneos nacionales reservaron fechas, llegó el turno para los que se disputan por todo el mundo, como ATP, WTA, Fórmula 1, MotoGP o Diamond League. ¿Cómo queda ahora el calendario?

 

Los meses de junio y julio estarán reservados de forma casi íntegra para los torneos de cada país. El regreso de LaLiga ha dejado un aumento en las audiencias del 12,6% en España y del 48% en el extranjero, uno de los principales indicadores del interés que genera la competición española dentro y fuera de las fronteras. La competición finalizará el 19 de julio, y sólo la Serie A se dilatará hasta el 2 de agosto, una semana antes del arranque de la Champions League.

 

El caso del fútbol es particular, pues es el único deporte que ha tenido que amoldar su calendario a la competición nacional y europea. En el baloncesto, la Euroliga masculina y femenina anunciaron la cancelación definitiva de la temporada y la Basketball Champions League (BCL) de la Fiba se disputará a finales de septiembre en formato de final a ocho. En balonmano, la EHF Champions League tendrá una final four el 28 y 29 de diciembre, que se disputará con la temporada 2020-2021 en curso y hasta con nuevas plantillas.

 

 

 

 

La Uefa ha sido la única federación y gestora de competiciones que desde el principio trató de buscar un marco común con las ligas domésticas. El regulador del fútbol europeo, incluso, pactó con la Fifa aplazar la Eurocopa de este año hasta 2021, manteniendo las mismas fechas, a fin de que los clubes pudieran salvar la temporada y el máximo posible de sus ingresos. Las competiciones por equipos, de hecho, no se reanudarían hasta acabar las ligas nacionales.

 

Aleksander Ceferin anunció que la Champions regresará el 8 de agosto, un mes en el que será la única competición en curso en Europa. En cuanto a competiciones de clubes, sólo convivirá con la NBA, que se disputará del 29 de agosto al 13 de octubre, aunque no competirán por audiencia. Por el camino sólo se encontrarán torneos menores de tenis y golf, y otros de la Diamond League, que tampoco rivalizarán por la cuota de pantalla de la Champions.

 

Los que sí competirán cada fin de semana por arrastrar aficionados a la pantalla serán MotoGP y Fórmula 1, con un calendario comprimido y carreras durante casi cada fin de semana. El Mundial de automovilismo se adelantó con su vuelta, el 5 de julio; el de Motociclismo arrancará motores doce días más tarde, el día 17 de ese mismo mes. En España, dado que los derechos los tienen en exclusiva dos plataformas de pago diferentes, Movistar y Dazn, la batalla por la audiencia será menos significativa que en otros países, pues el aficionado podrá compaginar ambas plataformas o, directamente, sólo cuenta con una de ellas.

 

 

 

 

Por el momento, ambas competiciones comenzarán su andadura en Europa, donde la crisis sanitaria se encuentra controlada, a expensas de poder realizar entre tres y cinco carreras en Estados Unidos y otros países asiáticos. Esa misma dificultad es la que se han encontrado ATP, WTA, PGA Tour y European Tour. Dado que los torneos no dependen directamente de la organización, como sucede con las carreras de F-1 y MotoGP, no sólo ha resultado especialmente complejo cuadrar fechas, sino que además ha desatado numerosas tensiones.

 

Roland Garros tomó la decisión de volver el 20 de septiembre hace semanas de forma unilateral y rompiendo el consenso que hasta entonces había entre jugadores, ATP, WTA y federación internacional (ITF). El US Open, que atraviesa un delicado momento económico, tampoco contó con el visto bueno del sector para anunciar su regreso el 24 de agosto, ya que jugadores como Rafa Nadal y Novak Djokovic se plantean no jugarlo por las estrictas medidas que el país aún impone a los visitantes extranjeros.

 

Entre medias de ambos se ha insertado el Mutua Madrid Open, uno de los primeros en anunciar su regreso, antes incluso que Wimbledon, que aún no tiene fecha. La ATP y la WTA aún tienen que dar a conocer los torneos de maestros y la ITF las nuevas fechas para la Copa Davis, también suspendida.

 

 

 

 

De igual forma, los torneos españoles de golf masculino, el Mutuactivos Open de España y el Valderrama Masters, aún esperan que los principales torneos del PGA Tour y el European Tour reserven fechas para encontrar un hueco. La intención de ambos tornos es celebrar su edición de 2020, aunque a diferencia del torneo tenístico de Madrid, carecen de la fuerza necesaria para posicionarse en un calendario saturado de peticiones. ¿El riesgo? Plantear una fecha y coincidir con uno de los grandes torneos, que se llevarán a los principales jugadores.

 

Ambos circuitos han anunciado fechas provisionales para eventos en Estados Unidos (PGA Tour) y Gran Bretaña (European Tour). Al discurrir de inicio en un solo país, los jugadores salvarán las cuarentenas obligatorias sin necesidad de salir para jugar otros torneos, como sucede en el tenis y el motor. Algo similar ocurrirá con las grandes competiciones de ciclismo, ya que Tour de Francia, Giro de Italia y La Vuelta se ceñirán únicamente a sus países de origen.

 

Las tres grandes y el resto de competiciones aún vigentes acordaron un calendario con la Unión Ciclista Internacional (UCI), la única federación europea junto con la Uefa capaz de presentar un calendario armonizado, aunque se solapen días de competición entre unas y otras. La peor parada: el Giro, que quedará entre medias de ambas, sin posibilidad de dar descanso a las estrellas del ciclismo que, presumiblemente, priorizarán el Tour y La Vuelta.