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De Barcelona a Marbella: el WPT supera los 7,46 millones de euros con las nuevas sedes

El World Padel Tour aumentó su facturación un 25% en 2018. Aproximadamente un cuarto de los ingresos proceden del canon que pagan las ciudades, que varía tanto en función de la ciudad como del torneo, y va desde los 50.578 por un Challenger, hasta los 254.100 euros por un Open.

Álvaro Carretero

11 nov 2019 - 04:59

El World Padel Tour facturó 7,46 millones de euros en 2018, un 25% más. Aproximadamente un cuarto de los ingresos proceden del canon que pagan las ciudades, que varía tanto en función de la ciudad como del torneo, y va desde los 50.578 por un Challenger, hasta los 254.100 euros por un Open.

 

 

La temporada 2019 se presentó como la más internacional de la historia del World Padel Tour (WPT). El circuito debutó en plazas como Londres, Sao Paulo y México DF, y se aseguró su continuidad en plazas estratégicas como París, Buenos Aires y Bruselas. Ahora bien, de las 26 sedes, casi tres cuartas partes se encuentran en España. Y es ahí donde las autoridades sí están dispuestas a pagar por formar parte de la competición. El canon que pagan los municipios españoles varía tanto en función de la importancia de la propia ciudad, como de la entidad del mismo, desde los Challenger hasta el Master Final de Barcelona.

 

Pese a la ofensiva internacional del WPT este año, es en España donde se concentra el 84% del negocio, que alcanzó 7,46 millones de euros en 2018, un 25% más que el año anterior. Aun así, la evolución ha sido favorable en el resto de mercados, ya que la facturación ha aumentado un 40,2% interanual, hasta 1,1 millones de euros. Pese a que la sociedad aún se sitúa en números rojos, las pérdidas se recortaron un 48,3%, hasta 1,37 millones de euros, según las cuentas de la compañía, a las que ha accedido Palco23.

 

Actualmente, los ingresos del WPT proceden de tres ámbitos: patrocinios, los fees de las ciudades y el ticketing. La aportación de los espónsors es la principal fuente de ingresos, y representa dos tercios de la facturación. Este año el circuito tiene compromisos con Adeslas, Volvo, El Corte Inglés, Herbalife, Lacoste y Cupra. Y, por supuesto, con Damm, propietaria de la competición y principal patrocinador, que aprobó una medida para limitar su aportación a un 10% de los ingresos en concepto de inversión publicitaria.

 

 

 

 

Los ingresos derivados del canon que pagan las ciudades españolas ascendieron a 1,5 millones de euros y equivalen en torno al 25% del total, según la recopilación de contratos y convenios públicos realizada por este diario. Y ahí es donde se encuentra una de las claves del éxito del negocio de WPT, pues ni el ticketing ni la televisión representan aún una aportación reseñable.

 

Sin embargo, a la hora de establecer el canon de los diferentes torneos no sólo prima la magnitud del mismo, sino también la importancia de la ciudad. Por eso Barcelona, que este año se hizo con el Estrella Damm Master Final, no ha abonado ningún pago por organizar el torneo, como tampoco lo hacía Madrid, que aún mantiene un torneo en categoría Master. 

 

La cita se celebrará en el Palau San Jordi, de titularidad pública. Se trata de una ubicación que WPT considera “estratégica”, tanto por su peso histórico (ha acogido eventos de primer nivel de las principales competiciones mundiales), como por su efecto llamada. El pabellón, con capacidad para 9.000 espectadores, “pone a tiro la posibilidad de batir el récord histórico de asistencia”, señaló entonces la organización en un comunicado.

 

 

 

 

En otras palabras, la gestora de los circuitos de pádel espera que este escenario se traduzca en más repercusión a nivel internacional y un aumento de audiencia y en los ingresos procedentes del ticketing. De esta forma se compensaría el pago del canon, algo que hasta ahora sí estaba haciendo el Real Club de Polo de Barcelona, que acogía uno de los tres Masters celebrados en España, que renunció a los derechos por “el elevado canon solicitado por la organización del torneo”.  

 

Es decir, es más rentable posicionar al circuito en grandes pabellones de ciudades como Barcelona, Londres o París antes que aumentar los ingresos a través de los fees de localidades de menor dimensión. Esa es la razón por la que Mijas (Málaga) abonó 254.100 euros por organizar un Open este año, mientras que Vigo sólo pagó 114.876 euros por la prueba en la misma categoría, tal y como se desprende de los documentos anteriormente citados.

 

La diferencia es más pronunciada cuanto mayor es el mercado deportivo de las ciudades. Alicante, que también alberga un torneo de nivel Open, apenas invirtió 57.851 euros para llevar el pádel a sus recintos deportivos, mientras que Jaén desembolsó 250.000 euros. En otras ciudades, como Menorca, el fee se fijó en 133.000 euros, mientras que en Valencia se redujo a 50.125 euros.

 

 

 

 

Una situación diferente se vivió en Córdoba, que heredó el torneo que hasta 2018 se celebraba en Granada. La localidad, que abonaba 125.000 euros, no pudo garantizar el pago del canon debido a los problemas económicos que atravesaba la empresa municipal de gestión de eventos deportivos y el WPT decidió trasladarlo a la ciudad vecina con un convenio de similares características.

 

La mayor inversión, por ahora, la ha realizado el Ayuntamiento de Marbella, que ha invertido 854.049 euros entre 2018 y 2021 para recuperar el Master tras cinco años de ausencia. Se trata de un contrato multianual que asegura su continuidad a largo plazo, al igual que hizo el Ayuntamiento de Valladolid. La capital castellanoleonesa aprobó un importe de 120.000 euros anual que no sólo se aseguraba celebrar el torneo, sino la exclusividad del WPT en esta comunidad autónoma hasta 2021. 

 

La relación entre el WPT y los municipios es de reciprocidad, pues si bien el circuito busca los grandes mercados para ganar prestigio como competición, las ciudades de menor tamaño ven en ella un escaparate a través del que posicionarse como destino turístico. “Queremos que Logroño esté entre los principales calendarios deportivos por la repercusión que supone para nuestra imagen como ciudad”, aseguró Cuca Gamarra, exalcaldesa de la localidad, durante la presentación del acuerdo el año pasado.

 

 

 

 

Es una opinión similar a la que sostienen desde el Ayuntamiento de Marbella, que para la edición de este año estimaban que el torneo generaría un impacto económico directo de 1,5 millones de euros. “Somos una de las ciudades con mayor tradición en el pádel y, ahora que hemos recuperado la prueba, no queremos que sea sólo una cita deportiva de primer orden, sino también una oportunidad turística y económica para el municipio”, señaló entonces Javier Mérida, concejal de deportes de esta ciudad.

 

Y es que el World Padel Tour no sólo se ha convertido en el vehículo a través del que los principales fabricantes españoles tratan de abrir nuevos mercados, sino que durante los últimos años también se ha consolidado como motor económico para estas localidades, que perciben la oportunidad de generar un retorno a corto y medio plazo sin que requiera un gran desembolso económico por organizar el evento.

 

Es la fórmula de éxito por la que hasta ahora ha apostado la organización, siguiendo, en cierta forma, la estela de la ATP. De cara a 2020, con un ránking de puntuación unificado junto a la Federación Internacional de Pádel (FIP), se abre la puerta a una nueva configuración del calendario, con más alternativas para los jugadores y se abren las puertas a que otras grandes ciudades se interesen por ser una de las sedes. Quizá sea el siguiente set que juegue el WPT.