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Covid-19, ¿la puntilla que puede pinchar el negocio de las giras estivales?

La International Champions Cup (ICC) cancela la edición de 2020, un año en el que había iniciado contactos con la Uefa para darle más poder a un torneo que aún no es rentable.

M.M.A.

13 abr 2020 - 04:56

Covid-19, ¿la puntilla que estaba a punto de pinchar la burbuja de las giras estivales?

 

 

Gradas llenas por todo Estados Unidos, aficionados haciendo colas por un autógrafo… y cuantiosas transferencias económicas a los clubes dispuestos a dar más peso al área comercial que a la deportiva durante unos días de la pretemporada. Relevent Sports apareció hace ocho años en la industria del fútbol para convertir en negocio la temporada baja del negocio, pero el suyo propio aún no había llegado a la rentabilidad y 2020 puede acabar siendo la puntilla.

 

La compañía ha anunciado este fin de semana la suspensión de la International Champions Cup (ICC) de 2020, cuyos platos fuertes eran reeditar El Clásico, así como un derbi italiano entre Juventus FC e Inter de Milán. Sin embargo, la crisis del coronavirus obligará a las ligas nacionales a ocupar este periodo para acabar sus partidos y compromete mucho el futuro de un producto por el que FC Barcelona y Real Madrid cobran hasta 3,5 millones de euros por partido si no es un duelo entre ellos. 

 

“La duda es si ese hueco en el calendario desaparecerá ante el riesgo de emergencias como esta”, admite el directivo de un club. Dicho de otra manera, ¿se restringirán a partir de ahora los periodos para boloscon tal de reservar fechas para imprevistos? ¿Se limitará finalmente el número de partidos por temporada para rebajar la carga física de los atletas? Y más importante, ¿será en detrimento de los clubes o las selecciones?

 

 

 

 

Relevent, por su parte, confía en retomar su proyecto en 2021, debido a “la falta de claridad sobre cuándo se levantará el distanciamiento social y las restricciones de confinamiento en casa, así como el incierto calendario internacional de fútbol”. El problema es saber si el año que viene se podrá retomar, pues la próxima temporada también empezará más tarde, se disputará la Uefa Euro y la salud de los atletas será un elemento clave a la hora de definir el futuro de este deporte.

 

Gianni Infantino, presidente del regulador mundial del fútbol, señaló hace semanas en La Gazzetta dello Sport que era el momento de recomponer la pirámide competitiva, con “quizás menos equipos, pero más igualados; menos partidos para proteger la salud de los jugadores, pero más igualados”. “No es ciencia ficción”, aseveraba.

 

En contra de la ICC juega el hecho de que, si bien es un lucrativo negocio para los grandes clubes, no entra dentro del calendario oficial. Y es algo que Relevent Sports empezó a negociar en los últimos meses con la Uefa y la Asociación de Clubes Europeos (ECA), único modo de rentabilizar la elevada inversión que ha realizado desde 2012 para hacer crecer el socceren Estados Unidos.

 

 

 

 

Stephen Ross, dueño de los Miami Dolphins y de la ICC, aspiraba a contar con el sello del dueño de la Champions League para dar más importancia al torneo. De lo contrario, le resultaría inviable sostener la inversión anual de más de 100 millones de dólares (90,1 millones de euros) que realiza cada año para satisfacer las exigencias de los equipos, según desveló el pasado enero The New York Times.

 

Muestra del lucrativo negocio en el que se ha convertido es que el Barça cobró 17,7 millones de euros por amistosos en 2018-2019, un importe muy similar al del ejercicio anterior. El Madrid, por su parte, cobró 10,8 millones por su verano de 2018, muy lejos de los 18,5 millones de la gira de 2017. El Atlético de Madrid, que ya roza los seis ceros por bolo, rozó los cinco millones de euros el último ejercicio.

 

Fuentes de la industria mantienen que muchos equipos de LaLiga sólo buscan no asumir costes en el viaje y un porcentaje de la taquilla, siempre que convenzan al área deportiva de la necesidad de estos viajes. Por eso muchos apuestan por Europa, si bien el margen real de beneficio ahora sólo lo deja cruzar el Atlántico, con los obstáculos que eso supone en términos de acumulación de cansancio de los atletas.

 

Esta tendencia es la que podría cortarse de raíz ante el nuevo escenario que se abre, pues muchos clubes ya aprovechaban cualquier resquicio del calendario para subirse al avión y hacer caja, siempre compartida con la plantilla para evitar problemas. En los últimos años ya no era sólo verano, sino que se aprovechaban parones de selecciones, los días libres de Navidad y e incluso mayo y junio para este negocio.