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¿Cómo funcionará la agencia de 'rating' de La Liga y PwC?

Marc Menchén

5 abr 2016 - 05:00

El estado económico de La Liga era tan malo hace sólo cuatro años, que la patronal decidió pasar de un laxo sistema de supervisión al que probablemente es el más estricto de toda Europa. Y la intención es ir perfeccionándolo con el tiempo, como demuestra la creación de un sistema de calificación propio junto a PwC, al estilo del que Moody's, Fitch o Standard & Poor's utilizan con las grandes multinacionales. Pero, ¿en qué indicadores se basa? ¿cuáles puntúan más? ¿será obligatorio?

 

El proyecto, ya adelantado por Palco23 el pasado octubre, ya está totalmente definido y se ha empezado a presentar a todos los clubes. De momento, ya hay seis equipos que se han presentado voluntarios para participar en este análisis y hacer públicos los resultados, y el deseo en las oficinas del número 10 de Hernández de Tejada es que poco a poco se sumen todas las entidades para dotar de una mayor transparencia al torneo y ganar credibilidad ante terceros. "Cuanto más abierto y transparente sea el club, más facilidad tendrá para obtener financiación", argumenta José Guerra, responsable del proyecto bajo la tutela del director general corporativo, Javier Gómez.

 

Real Madrid Eibar 15-16 650
La Liga quiere que cualquier club pueda tener su nota crediticia, independientemente de su tamaño.

 

El ejecutivo enfatiza que "no existe nada parecido en el mundo", ya que los 57 indicadores escogidos para ser evaluados se han extraído a partir del trabajo de los últimos tres años y la revisión de PwC, que ha apoyado a La Liga en el proyecto y se ha adjudicado también su auditoría. "Es una forma de trasladar de forma homogénea nuestra opinión ante terceros; muchos bancos y fondos de inversión nos pedían información antes de financiar a un club", relata. Y el objetivo es ése: conseguir que los equipos de fútbol puedan volver a financiarse en mercados tradicionales como el bancario y a tipos de interés razonable, así como ofrecer opiniones objetivas a potenciales inversores.

 

En función de los resultados, el club obtendrá una nota que irá de la A a la E, con opción de incluir perspectiva positiva o negativa en BC y D. Estas letras tendrán su equivalente en nota numérica, del 0 al 10, y en percepción de si la situación es positiva, adecuada o negativa, con distintos niveles de énfasis. El proceso arranca en septiembre de cada año, con la recopilación de los datos económicos, y el objetivo es que todo culmine en enero del siguiente, mes en el que se harían públicos los datos. Entre medio, se han establecido distintos canales de comunicación para que los equipos puedan alegar o puntualizar cuestiones, pero "no habrá notas a la carta; el sistema será el mismo para todos", asegura Guerra.

 

Los indicadores se dividirán en cuatro bloques, que a su vez tendrán un peso distinto a la hora de ponderarse. El más importante será el económico-financiero, con un 60%, seguido de la gestión interna y gobierno (20%), la imagen reputacional (10%) y el rendimiento deportivo (10%). De cada uno de estos apartados también habrá una nota individual, para que cada club pueda visualizar dónde debe mejorar en su gestión.

 

El análisis más sistematizado es el de la salud financiera, ya que básicamente ha consistido en homogeneizar y estructurar la información que ya se solicitaba cada año a los clubes en el mercado del control económico que se estableció en 2012. Aquí, lo que se ha hecho es añadir información que hasta ahora La Liga rastreaba en la memoria anual, pero que ahora serán las entidades las que deberán facilitarlo directamente en un formulario que se les entrega. Aquí se incluye fuentes de ingresos, dependencia de los traspasos a la hora de equilibrar las cuentas, endeudamiento, etcétera.

 

En cuanto a la gestión interna, la nota se evaluará a partir de información adicional que se les requerirá, como la profesionalización de la directiva (formación, trayectoria, etcétera); delegación de distribuciones (si existe una estructura organizativa con atribuciones definitdas); opinión del auditor sobre las cuentas y reconocimiento que tiene la firma de auditoría; si existen segregación de las tres líneas defensas (auditoría externa, control interno y empleados), planes antifraude y procedimientos internos para decidir qué hace cada trabajador, o qué se hace a nivel de responsabilidad social corporativa (RSC). En este sentido, Guerra rompe una lanza en favor del conjunto de la competición, y asegura que cada vez más "el sector coge a mejores directivos y está mejorando su calidad".

 

A nivel reputacional, la patronal buscará dibujar "la visión del mercado" sobre el club con datos como si ha estado o superó un concurso de acreedores, ha cometido infracciones de control económico de La Liga, en cuántas causas judiciales está inmerso o si mantiene deudas líquidas con sus acreedores. En cuanto al rendimiento deportivo, se evaluará en función de los resultados de los últimos años, pero también de la productividad de su cantera o el filial.

 

 

 

 

 

Pero no todo se quedará en la nota, que los equipos pueden decidir si se hace o no pública. Junto a este conjunto de indicadores, "se dará una perspectiva a corto y largo plazo, en base al histórico de situaciones de clubes en escenarios similares durante los últimos cinco años", añade Guerra.

 

Ello sólo es posible gracias a la cantidad de información que se ha sistematizado en La Liga, y que por ejemplo les permite apuntar hacia dónde puede ir un club el año que se clasifica por primera vez para la Champions League, pero también lo que sucede después si no cumple objetivos, tanto en términos económicos como deportivos. O qué le puede suceder a un club que desciende a Segunda después de diez años sin hacerlo, debido al fuerte cambio que puede sufrir la cuenta de resultados.

 

Todo este trabajo de recopilación de análisis está siento realizado por cinco personas que forman parte del área de control económico, y que a finales del año pasado se vio reforzado con la contratación de una persona más. PwC no participa en el análisis, ya que su papel consistía esencialmente en dar consistencia al método de evaluación gracias a su experiencia en proyectos similares para otras industrias. Además, al no auditar a ningún club de Primera o Segunda, aportaba un punto de independencia a la hora de definir un método que no pueda utilizarse después como arma arrojadiza entre las entidades por considerar que se favorece más a unos u otros.

 

Desde la patronal consideran que este proyecto reafirma su apuesta decidida por el saneamiento, que de hecho empieza a reflejarse ya en los datos globales de la competición, que en cuatro años han pasado de unas abultadas pérdidas que sólo maquillaban FC Barcelona y Real Madrid, a un escenario en el que prácticamente todos los equipos obtienen beneficios.