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Clubes de LaLiga y ACB, abocados a prorrogar los ajustes salariales a 2020-2021

El Gobierno contempla que se juegue sin público hasta enero y el regreso a las gradas sea escalonado, por lo que se producirá una nueva reducción en los ingresos por abonos y ticketing, que rondan los 670 millones de euros anuales. A esto hay que añadir el compensar las pérdidas probables de 2019-2020.

Marc Menchén

4 may 2020 - 05:00

Clubes de LaLiga y ACB, abocados a prorrogar los ajustes salariales a 2020-2021

 

 

Suspensiones temporales de empleo en oficinas, rebajas salariales más o menos pactadas con los vestuarios y reducción de costes operativos. Todo por salvar las cuentas de 2019-2020 de la mejor manera posible. “El problema que tenemos es que deberemos sentarnos de nuevo a negociar para extender la bajada de sueldos a 2020-2021”, confiesa a Palco23 el director general de un club de LaLiga. Y la razón no es otra que los ingresos seguirán sin recuperarse y las normas de control económico, aunque se puedan flexibilizar, mantendrán el objetivo de asegurar el equilibrio presupuestario.

 

“Echa cuentas: no habrá ingresos por amistosos en verano, el mercado de traspasos irá a la baja y los ingresos por abonados, hospitality y taquilla serán un tercio de lo habitual siendo optimistas”, resume el primer ejecutivo de un club de la zona media de LaLiga Santander. Excluidas las plusvalías por traspasos, todas estas partidas suman en torno a 670 millones de euros anuales entre fútbol y baloncesto en competiciones nacionales e internacionales, según cálculos elaborados por este diario a partir de estadísticas oficiales.

 

El problema es que el verano es el tradicional periodo de venta de abonos, y este año su comercialización será difícil si no hay una previsión de cuándo se dejará de jugar a puerta cerrada o cuál será el nivel de aforo permitido. A eso, admiten, habrá que añadir a la ecuación las posibles reclamaciones de abonados en 2019-2020, con el impacto que tendrá en caja no cobrar por anticipado este dinero y asumir las devoluciones que se soliciten. “Algunos socios nos han dicho que no les devolvamos el dinero, que prefieren apoyar al club”, admite un responsable.

 

Pocos clubes son los que ya han reaccionado. Alavés-Baskonia, RC Celta, Valencia Basket, Granada CF o Real Sociedad están entre los que han anunciado que devolverán la parte proporcional de la media docena de partidos como local que quedaban para cada equipo. “Es justo devolver a la gente lo suyo; somos conscientes de que el año pasado subimos el abono”, señalaba este viernes José Puentes, director de operaciones del conjunto de baloncesto de Juan Roig.

 

 

 

 

“Este año no tenemos previsto hacer devoluciones parciales de los abonos, pero sí dar bonificaciones en 2020-2021”, apunta un director general de LaLiga Santander. “Una cosa es que podamos abrir total o parcialmente, pero nadie nos asegura que la gente vaya a volver el primer día o incluso que tengan dinero para comprar un pase”, advierte otro presidente de la Liga Endesa. Y ahí está el caso de CA Osasuna, que ha ofrecido congelar el precio en 2020-2021 a quien renueve y no cobrar los dos partidos que el club siempre se reserva fuera del abono. “La medida repercutirá en unos ingresos de un millón de euros inferiores a los inicialmente previstos”, ha explicado Luis Sabalza, presidente rojillo.

 

El Gobierno ha sido contundente en este punto, con la publicación de un Real Decreto-ley el pasado 1 de abril que protege a los consumidores en estos contratos. No se puede cobrar la cuota si no hay un servicio, si se cobra hay que ofrecer el disfrute de ese servicio en otro momento y debe facilitarse la rescisión unilateral. Sólo FC Barcelona, Real Madrid, Athletic Club y CA Osasuna podrían cobrar al menos la cuota social, en tanto que esa corresponde a mantenerse como propietario del club y no está relacionada con el abono.

 

A diferencia de lo que está sucediendo en 2019-2020, tanto LaLiga como la ACB confían en tener la tranquilidad de que podrán cumplirse los contratos de televisión y patrocinio, que son los otros dos pilares del negocio. Pero, sobre todo, arrancar con una estructura de costes adecuada. “Ahora más que nunca hay que identificar ineficiencias de costes operativos y modificar la estructura de gastos de explotación, desde la factura energética hasta diseñar planes de desinversión para financiar a la empresa en momentos de incertidumbre”, explicaba la semana pasada Fernando Ramos, director del equipo de turnaround de Kpmg en España.

 

Las diferencias entre LaLiga y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) ha dejado claro quela negociación volverá a ser individual, club a club, de modo que cada uno buscará un ajuste acorde a sus necesidades. En este sentido, y como ya se apuntó, la paradoja es que quienes más necesitarán recortar el gasto en términos porcentuales son aquellos con mayor diversificación de ingresos, como Barça y Madrid, que obtienen fuertes ingresos muy ligados al turismo internacional, como son el hospitality, las visitas al museo y el merchandising.

 

 

 

 

“El límite salarial nos va a bajar a todos”, sostienen los dirigentes consultados en el caso del fútbol. Y aquí, para bien o para mal, saben que será la patronal presidida por Javier Tebas la que establezca la capacidad de gasto en plantilla deportiva de cada entidad en función de su previsión de facturación. Por ahora se desconoce si habrá medidas de flexibilidad como las anunciadas por la Uefa en su fair play financiero o la Bundesliga, que dará un año de margen a sus clubes para sanear los balances dañados por la crisis del Covid-19. 

 

José Guerra, director general corporativo de LaLiga, señalaba a finales de marzo en Marca que “ahora es cuando más se justifica la necesidad de este Control Económico y, por tanto, lo que se hace necesario es reforzar el cumplimiento del mismo”. Y lo que hoy nadie sabe es en cuánto se situará un límite gasto en plantilla deportivo que para 2019-2020 alcanzó un récord de 3.208 millones de euros. Dependerá, sobre todo, de las estrategias para minimizar la caída de todas las partidas relacionadas con el matchday y la caja que se pueda hacer con algún traspaso.

 

“Existe demasiada incertidumbre, ya no sólo por ver si podremos hacer algo de caja con jugadores para equilibrar cuentas, sino porque no sabemos cuál será la reacción de los patrocinadores y cómo se articularán las campañas de abonados”, insiste uno de los ejecutivos, en referencia a que este año estos ingresos ya se habían cobrado parte de estos contratos o facturas. 

 

“El impacto va a continuar siendo grande, aunque al menos habrá algo más de margen de maniobra con la baja de jugadores que acaban contrato”, se consuela otro. Más contundente se mostró Tebas por videoconferencia con los presidentes, según el relato de As, por el que les habría dicho: “Olvidaos de los fichajes, pensad en canteranos y en cedidos”.

 

Con el agravante de que los ingresos por venta de futbolistas no podrá ser un pilar importante, ante el previsible derrumbe del mercado por la falta de ingresos. Esta situación, de rebote, también puede beneficiar a la estructura de costes, pues sin fichajes se produciría una reducción automática de las amortizaciones de inmovilizado, que en 2017-2018 ascendieron a 461 millones de euros. Por ejemplo, el FC Barcelona contemplaba que esta partida bajase de 149,4 millones en 2019-2020 a 138,98 millones en 2020-2021.

 

 

 

 

Pese a que los blaugranas son de los equipos más tocados, su presidente, Josep Maria Bartomeu, aseguraba a finales de marzo en Sport que “quizás habrá menos dinero, pero ficharemos a buenos jugadores; […] deberán hacerse con trueques”. Especialmente aquellos que se han acogido a la figura del expediente de regulación temporal de empleo (Erte), que tendría muy complicado justificar socialmente que recurrieron a dinero público para, meses después, gastar decenas de millones de euros en futbolistas.

 

La mayoría de los acuerdos alcanzados para este año establecen ajustes salariales que oscilan entre el 3% y el 20% del salario anual, pero es una horquilla que no tiene por qué preservarse para 2020-2021. Nada tienen que ver las urgencias para resolver un cuarto de temporada y con muchos ingresos ya firmados cuando nadie sabía que se produciría una emergencia sanitaria, a lo que se avecina ahora. Porque si la crisis sanitaria se vuelve económica, el golpe podría ser mayor.

 

De momento, todos los acuerdos hacen referencia a 2019-2020, aunque el tipo de ajuste que se han planteado los distintos equipos puede ser muy similar al que necesiten en 2020-2021, ajustando aquellos costes que se puedan recortar desde un principio, como las mencionadas amortizaciones por fichajes.

 

Los clubes que más dependen de la televisión y apenas gastan en incorporar jugadores son los que menos ajuste han tenido que hacer. El CD Leganés calcula que sacrificando beneficio puede asumir el impacto que tenga acabar el curso a puerta cerrada, mientras que otros como SD Eibar, Levante UD o Real Sociedad se mueven en torno al 5%

 

Mayor es el sacrificio que han pedido los grandes, empezando por el Real Madrid, que ha pactado un ajuste del 10% que podría alcanzar el 20% “en función de las circunstancias que puedan afectar al cierre de la presente temporada deportiva”. Los de Barça y Atlético de Madrid aceptaron un 70% menos de sueldo mientras durara el estado de alarma, y esa condición ya anunció el Gobierno que podría extenderse hasta junio. Las cartas para el próximo ya están más o menos marcadas.