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Especial 2020: El negocio del deporte en el año del Covid-19

A la ATP World Tour se le atraganta el revés del Covid-19

Después de cerrar un año inusual, la ATP World Tour ha tenido que rehacer su calendario en función de la pandemia, jugando la gran mayoría de los torneos sin público en las gradas y con un importante descenso de los ingresos por ticketing. La única excepción relevante fue la de Roland Garros, que pudo celebrarse con 11.500 espectadores por jornada, frente a los 20.000 aficionados previstos inicialmente.

Albert Ferrer

24 dic 2020 - 04:52

A la ATP World Tour se le atraganta el revés al Covid-19

 

 

Como cada año, Palco23 realiza en las últimas semanas de diciembre un repaso a los últimos doce meses en el negocio del deporte, marcados por el impacto de la pandemia del Covid-19. Análisis macroeconómico de España y el mundo, recorrido por los fenómenos sociales que ha provocado el coronavirus y reportajes sobre el impacto en los principales clubes, competiciones y federaciones del sector forman el Especial 2020: el negocio del deporte en el año del Covid-19.


 

El 2020 tenístico fue toda una sorpresa, como si un jugador de la fase previa venciese en todo un Grand Slam. La pandemia del coronavirus obligó a la ATP a suspender en marzo más de la mitad de los torneos del año. Los que no fueron suprimidos, se aplazaron a fechas no habituales, que, además, iban a disputarse sin uno de los factores más importantes y que más beneficios reporta al circuito, el público.

 

El único de los cuatro Grand Slams disputados con normalidad fue el Open de Australia, por haberse celebrado en enero. Por culpa de los estragos que ha causado la pandemia en el mundo del tenis, la administración estatal australiana y Tennis Australia han decidido retrasar el inicio de la edición de 2021 al ocho de febrero. Se impondrá una dura cuarentena a los participantes, y la llegada de jugadores y equipos técnicos deberá hacerse entre el 15 y el 17 de enero para iniciar su confinamiento que, una vez superado, les permitirá moverse libremente por el estado de Victoria y su capital, Melbourne.

 

 

 

Una vez se reconoció la importancia del virus y el posterior confinamiento en medio mundo, la competición tuvo que ser parada de inmediato. Más de la mitad de los torneos programados para la temporada 2020 del ATP World Tour fueron pospuestos o suprimidos, generando grandes pérdidas económicas en dichos certámenes. La cancelación más sonada del año fue la de Wimbledon, dónde la cúpula directiva del All England Tennis Club (AELTC) decidió finalmente suspender el torneo por primera vez en sus 75 años de historia.

 

“Lo más importante en nuestra mente ha sido la salud y la seguridad de todos los que se unen para hacer que Wimbledon suceda: el público en Reino Unido y los visitantes de todo el mundo, nuestros jugadores, invitados, miembros, personal, voluntarios, socios, contratistas y residentes locales, así como nuestra responsabilidad más am plia ante los esfuerzos de la sociedad para abordar este desafío global”, declaraba Ian Hewitt, presidente de Aeltc.

 

Ahora bien, la organización del torneo demostró poseer visión de futuro al tener contratado un seguro anti-pandemias. Este seguro le permitió recibir 139 millones de libras, aproximadamente la mitad del dinero que tenían previsto facturar. La empresa Global Data ha cifrado en 52 millones de libras las pérdidas de Wimbledon en concepto de entradas y en 138 millones de libras las pérdidas derivadas de patrocinadores y derechos televisivos.

 

Jugando sin el aliento del público

La ATP estableció el 14 de agosto como fecha para retomar la competición del circuito desde la suspensión en marzo por la pandemia. El nuevo calendario se programó sujeto a los posibles cambios derivados del Covid-19, pero todos los torneos restantes se iban a jugar sin público en las gradas, excepto Roland Garros.

 

Pese a terminar disputándose el US Open, el hecho de haberlo disputado en una “burbuja” (dónde los tenistas sólo tenían permitido ir del hotel al recinto de Flushing Meadows y viceversa) conllevó una caída de la mitad de los ingresos del torneo. La United States Tennis Association (Usta) cifró en 150 millones de dólares dicha caída, que se generaba como consecuencia de ticketing y concesiones. La otra mitad de la facturación del evento consiguió mantenerse gracias a los patrocinadores principales: American Express, Chase, JP Morgan, Emirates y Espn.

 

 

 

 

La pandemia también dejó su huella en el mejor torneo por excelencia de la tierra batida del circuito. La gran inversión hecha durante 2019 y principios de 2020 en el torneo obligaba a Roland Garros a intentar ingresar una mínima suma en concepto de entradas para recuperar parte de la inversión realizada. Inicialmente, el torneo debía acoger a 20.000 aficionados en cada jornada, pero la evolución del virus hizo que la organización endureciera más aún el protocolo anti-Covid, limitando la presencia de aficionados a tan solo 11.500 espectadores por día.

 

Asimismo, el premio del ganador de Roland Garros de la edición de 2020 (Rafael Nadal) fue de 1,6 millones de euros, un 30% menos que en la edición anterior, donde el manacorí percibió un total de 2,3 millones de euros provenientes de la consecución del torneo de los cuatro mosqueteros.

 

El tenis nacional, suspendido

Los dos torneos más importantes celebrados en España del ATP World Tour, Barcelona y Madrid, fueron cancelados por culpa de la pandemia. Los numerosos rebrotes en ambas ciudades obligaron a cancelar los torneos de tierra disputados sobre suelo español. Así, Barcelona se quedó sin el torneo ATP 500 que lleva creciendo en los últimos años, atrayendo a las figuras más destacadas de la NextGen y a tenistas consolidados como Rafael Nadal, Novak Djokovic o Dominic Thiem, que también habían confirmado su presencia en Madrid. “Siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias locales, y después de monitorizar la situación durante meses, los organizadores del Mutua Madrid Open se han visto obligados a cancelar el torneo por la difícil coyuntura que sigue creando la Covid-19 a todos los niveles”, comentaba Feliciano López, director del Mutua Madrid Open.

 

No todo en 2020 fueron malas noticias para los torneos españoles: Barcelona Open Banc Sabadell pasó a formar parte de la Roland Garros Pro Series, una iniciativa lanzada por la Federación Francesa de Tenis (FFT) para vincular a los mejores torneos de tierra batida del mundo y promover una alianza que defendiera los intereses de esta superficie. El acuerdo incluye también a torneos de renombre sobre la arcilla como el Argentina Open, Río Open, Open Parc Auvergne-Rhône-Alpes y el Internationaux de Strasbourg.

 

 

 

 

Por otro lado, el Real Club de Tenis Barcelona y Banco Sabadell llegaron a un acuerdo para prorrogar por un año más el acuerdo de patrocinio con el torneo. El banco tiene los naming rights del evento desde 2008.

 

El Barcelona Open Banc Sabadell está considerado como el mejor torneo ATP 500 y, como tal, la dirección quiere transformar el torneo sin abandonar la tradición, y hacer que la fan zone y el village sean más atractivos para los sponsors y los aficionados, los mayores baluartes del circuito tenístico internacional.

 

 

El tenista número 1 del mundo, Novak Djokovic, desafía a la ATP World Tour

Liderados por el número 1 mundial, Novak Djokovic, una gran mayoría de tenistas de la ATP y la WTA se unieron a la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (Ptpa por sus siglas en inglés), una nueva asociación de tenistas que aboga por la protección y el reconocimiento de los profesionales.

 

Lanzada al margen de la ATP (entidad en la que se fundó en 1972 para representar a los tenistas masculinos, pero actualmente también incluye los propietarios de los torneos) y la WTA, la Ptpa pretende representar los intereses de los tenistas y negociar, por ejemplo, el calendario anual de torneos.

 

 

 

 

Al presentar el proyecto el pasado agosto tras renunciar cargos en la ATP, Novak Dokovic y el canadiense Vasek Pospisil, número 92 en el ránking mundial, defendieron que “es muy difícil, sino imposible, tener cualquier impacto significativo en cualquier gran decisión hecha por nuestro tour”.

 

La ATP respondió con un comunicado en el que aseguró que “la estructura de gobernanza de la ATP permite a los jugadores ocupar puestos igualitarios en la mesa de decisión de cada medida importante que afecte al circuito”.

 

“Sólo unidos podemos enfocarnos realmente en la experiencia de los fans, atraer a nuevas audiencias y asegurarnos de que el tenis siga prosperando”, defendió la ATP, que recibió el apoyo de Rafael Nadal y Roger Federer, número dos y cuatro del mundo en la clasificación masculina, respectivamente.

 

 

 

 

Pospisil defendió en la Tennis Majors que los tenistas se sentían indefensos y faltos de protección por la ATP. “La razón principal es simplemente que en el tenis hay un problema que lleva existiendo desde hace 30 años, y es que no estamos representados como nos gustaría. No somos una voz unificada, no podemos influir en las decisiones que determinan otros estamentos. El problema es la estructura de la ATP. Es algo que los jugadores han querido y necesitado desde hace 30 años. Otros deportes lo tienen y el tenis no. El año pasado ya empezamos a mover algunos hilos con Novak y con algunos jugadores. Estábamos de acuerdo 70 mujeres del top 100 y 80 hombres del top 100. El objetivo era renegociar el dinero del premio de los Grand Slams, redistribuir las ganancias, canalizar cualquier éxito que tuviésemos en los torneos Challengers”, declaró el tenista canadiense.

 

Inicialmente, la Ptpa sólo pretendía representar a tenistas masculinos: unos días después de su lanzamiento se abrió también a las tenistas de la WTA.