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2019: la Vuelta más internacional compite entre las reformas de la UCI

La competición española de ciclismo busca ganar más relevancia en el extranjero, un reto que también persiguen ASO y RPM-Mktg a través de las Titan Series. El mayor cambio, sin embargo, ha venido de la mano de la Unión Ciclista Internacional y sus nuevos Mundiales, donde debutarán el Fundación Euskadi en la Pro Tour y el Movistar Team femenino en World Tour.

Álvaro Carretero

30 dic 2019 - 04:57

La competición española de ciclismo busca ganar más relevancia en el extranjero, un reto que también persiguen ASO y RPM-Mktg a través de las Titan Series. El mayor cambio, sin embargo, ha venido de la mano de la Unión Ciclista Internacio-nal y sus nuevos Mundiales, donde debutarán el Fundación Euskadi en la Pro Tour y el Movistar Team femenino en World Tour.

 

 

“Somos un evento global; el crecimiento de la prueba debe venir a través del acercamiento a públicos más fuertes y consolidados, y para eso la única forma de hacerlo es ofrecer la marca de forma presencial”. Así anticipaba Javier Guillén, su director general, el objetivo principal para la edición de 2019. En esta ocasión la carrera no partió desde otro país, sino desde las Salinas de Torrevieja, que aportaron un escenario único a nivel audiovisual.

 

Pese a que se ha disputado íntegramente en España, no ha afectado a sus ingresos procedentes del extranjero, que se situaron en 7,92 millones de euros, equivalentes a un tercio de la facturación de La Vuelta. A falta de poder llevar la competición ciclista presencialmente a otros países, una operación que requiere de un enorme despliegue logístico y económico, se apostó por reforzar el cartel con corredores como Quintana, Valverde, Fuglsang, Roglič, Pogacar y Kruijjswijk. El evento fue retransmitido por 17 televisiones de 190 países, que dejaron más de 73 horas de directo en la señal internacional.

 

Aun así, su negocio, que alcanzó 21,4 millones de euros en 2018, según las últimas cuentas publicadas, aún se concentra en España, donde ha renovado los acuerdos con sus principales socios comerciales. Entre ellos se encuentran Cofidis, Fragata y, sobre todo, Carrefour, patrocinador principal, que prorrogó dos años más su vinculación tras cerrar la puerta al Tour de Francia. Asimismo, se sumaron nuevas marcas como Ambar, Caser y Siroko.

 

El apoyo de los patrocinadores es fundamental, pues junto a la venta de derechos audiovisuales representan el 90% de los ingresos. Y ese será el siguiente gran puerto que tenga que ascender La Vuelta, que aún no ha renovado el contrato con Rtve, que finalizará en 2020. Se estima que la corporación de medios públicos paga en torno a 2,5 millones de euros anuales por las retransmisiones, que suman 180 minutos diarios de directo y una cuota media de pantalla del 13%, una décima más que en 2018.

 

 

 

 

Del golpe de efecto de la UCI a la expansión de las Titan Series

 

La principal revolución del ciclismo, sin embargo, no se ha producido en España, sino a escala global. Por un lado, Amuary Sports Organization (ASO) y RPM-Mktg han firmado los primeros acuerdos para llevar las Titan Series a Arabia Saudí y México, que se suman a la de Marruecos, su buque insignia. La idea es continuar la expansión en Latinoamérica y que cada competición sea independiente y adaptada a los diferentes escenarios.

 

Por otro lado, la Unión Ciclista Internacional (UCI) apostó por renovar su estructura competitiva y crear un Mundial multidisciplinar cada cuatro años. Ese fue el principal compromiso de David Lappartient, su nuevo presidente, durante su campaña electoral. El evento debutará en Glasgow en 2023 y pretende aprovechar el tirón del ciclismo de carretera, que aportó tres cuartas partes del impacto económico generado entre los cuatro principales Mundiales que ascendió a 57,8 millones de euros en 2018.

 

En la nueva competición estará presente el Movistar Team femenino, que logró la licencia para el World Tour para el ciclo 2020-2023. También el conjunto masculino, que seguirá compitiendo en esta categoría hasta 2022, y el Fundación Euskadi presidido por Mikel Landa, que consiguió el ascenso a la Pro Tour, la segunda categoría internacional, donde competirá junto al BH Burgos y el Caja Rural.

 

Este no ha sido el único gran cambio propuesto por la UCI, que también ha reestructurado el calendario de los Mundiales de ciclocrós y ciclismo en pista para revitalizar ambas competiciones. Respecto a la primera modalidad, el regulador mundial cedió los derechos de organización a Fladers Classics, que cambió su denominación por Copa de Naciones y los dividió en tres bloques deportivos diferentes.

 

Por otro lado, los eventos en pista pasaron de tener seis rondas a sólo tres y modificaron su fecha para celebrarse de julio a septiembre para coincidir con las grandes pruebas del ciclismo en ruta, como el Tour y La Vuelta. El relanzamiento del ciclismo ha iniciado su cuenta atrás.