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Sarver coloca a un abogado de Baker & McKenzie al frente del Mallorca

M.Menchén

5 ene 2016 - 13:58

Robert Sarver empieza a mover piezas en el RCD Mallorca. El empresario estadounidense, que ayer cerró la compra del 81% del club balear tras aportar 20,6 millones de euros en la ampliación de capital, ha situado a Maheta Molango como nuevo hombre fuerte en la gestión de la entidad. Abogado asociado al bufete Baker & McKenzie, el ejecutivo de origen suizo ha sido uno de los asesores de la operación y, desde hoy, será el brazo ejecutor del plan de negocio del dueño de los Phoenix Suns de la NBA.

 

"La mejor forma de ayudar al club es tener las personas adecuadas en cada sitio; yo viviré en Estados Unidos y seguiré todo de cerca", ha asegurado Sarver en su primera comparecencia pública. Sobre Molango, ha asegurado que "trabajará a diario desde Mallorca y pongo toda mi confianza en él". En paralelo, Uutz Claassen, hasta ahora titular del 99% de las acciones y ahora sólo del 18%, ostentará la presidencia y seguirá como consejero.

 

Maheta Molango, junto a Uutz Claassen y Robert Sarver, hoy en Mallorca. /RCD Mallorca
Maheta Molango, junto a Robert Sarver y Uutz Claassen, hoy en Mallorca. /RCD Mallorca

 

Doctor en Derecho por la Universidad Carlos III de Madrid, el nuevo consejero delegado del club bermellón está especializado en derecho deportivo, área en la que ha desarrollado su actividad desde 2007 en el citado bufete. Entre sus clientes figuraba el Atlético de Madrid, del que ha ejercido como asesor legal desde abril de este año en materia de traspaso de jugadores, recursos humanos y representación ante organismos internacionales, según consta en su perfil de LinkedIn. Además, según la publicación Chamber and Partners, de referencia para el sector de la abogacía, también ha trabajado con futbolistas como Mesut Özil, clubes como Inter Movistar y marcas de material deportivo como Joma.

 

Aunque se desconoce el detalle concreto del proyecto empresarial que Sarver quiere desarrollar, el nuevo máximo accionista ha asegurado que "queremos ser líderes en infraestructuras e instalaciones, y que un día la gente desee venir a jugar al Mallorca". "Queremos mejorar la experiencia en el estadio de fútbol y conectar con la gente", ha añadido Molango.

 

Se trata de un proyecto necesario para un club que, con poco más de 10.000 abonados, apenas tiene una masa social para llenar la mitad del Iberostar Estadi. En los últimos meses se ha planteado girar 90 grados la orientación del terreno de juego para eliminar la distancia actual entre la grada y el césped por la presencia de la pista de atletismo, mientras que el plan para que el Mallorca adquiera la propiedad de la instalación (actualmente la utiliza bajo el modelo de concesión) se ha encallado por el coste de la operación.

 

Una de las claves para acelerar los planes sería el ascenso a Primera División, reto más que difícil en una temporada en la que el equipo está a una posición de los puestos de descenso. "Queremos ganar cada partido, pero no voy a prometer el ascenso; voy a prometer trabajo cada semana", ha asegurado el nuevo consejero delegado, que ha pedido a los jugadores "compromiso y trabajo; que corran y se entreguen".

 

 

 

El verdadero reto, cumplir con Hacienda

 

Uno de los primeros frentes con el que deberá lidiar Molango es la deuda con la Agencia Tributaria. En junio de 2012 se acordó un plan de pagos para devolver 21,6 millones de euros, por el que durante los primeros cinco años se pagaría un millón de euros si el equipo estaba en Primera y 500.000 euros si estaba en Segunda. Esta primera fase abarcaba de septiembre de 2012 al mismo mes de 2016, por lo que el club sólo habría hecho frente a 2,5 millones.

 

Es decir, que restarían por pagar unos 18 millones de euros que, según el acuerdo con Hacienda, se devolverá en cinco pagos idénticos a partir de 2017, lo que supondrá unos tres millones, el equivalente a casi un tercio del presupuesto del Mallorca si no logra volver a la élite del fútbol español.