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¿Quiénes son los nuevos dueños del fútbol español?

Marc Menchén

14 sep 2016 - 05:00

El capital asiático ha irrumpido con fuerza en La Liga durante el último año y medio, fruto del recién atractivo que ha ganado la competición gracias a los nuevos contratos audiovisuales, la creciente visibilidad adquirida por el torneo en China y la paulatina reducción del endeudamiento. En total, la inversión conjunta de los nuevos dueños del fútbol español supera los 400 millones de euros, según la recopilación realizada por Palco23 para la Guía Económica de La Liga 2016, estudio patrocinado por el Centro de Estudios Garrigues en el que se analizan las cuentas de todos los clubes de la Liga Santander.

 

Uno de los mejores indicadores para saber si la salud de un sector es correcta son los movimientos corporativos. Y, en este sentido, el fútbol español ha vivido durante los últimos meses muchos movimientos que reflejan el apetito inversor por una competición que avanza a buen ritmo hacia su completo saneamiento y que tiene en la internacionalización una de sus principales vías de crecimiento. En apenas año y medio, las inversiones extranjeras han ascendido a más de 400 millones de euros, con China como principal país de origen de los nuevos propietarios.

 

Granada Eibar 16-17 650
El Granada CF ha pasado a manos chinas este verano, mientras que la SD Eibar hace dos que su propiedad se reparte entre los socios.

 

Hasta 2014, cuando Peter Lim adquirió la mayoría accionarial del Valencia CF, la presencia de inversores extranjeros se limitaba al jeque catarí Abdullah Al Thani, que llegó al Málaga CF en 2010, y Carlos Slim,que empezó a hacerse con la propiedad del Real Oviedo en 2012. Previamente, lo único que había habido eran falsos empresarios o personas que dejaron sus clubes peor de lo que se lo habían encontrado, como Dimitri Piterman con el Deportivo Alavés y con el Racing de Santander, que a su vez también se vio afectado después por el indio Ahsan Ali Syed. Por no hablar del Getafe CF, al que un grupo de estafadores le hicieron pensar que un jeque de Dubái quería comprar el club, cuando en realidad era un camarero brasileño disfrazado.

 

Esta oscura fase del fútbol español ha quedado atrás, y sin duda ha ayudado el saneamiento de los clubes y la mejora de ingresos, tanto por una mejor política de formación y compraventa de jugadores, como por los nuevos contratos de televisión que se han ido firmando. También hay un factor externo que les ha ayudado: el interés de China por potenciar este deporte en su país y la necesidad que tienen de adquirir conocimiento.

 

Además, también influía un elemento interno que facilitaba la llegada de nuevos accionistas con dinero fresco: la elevada deuda que arrastraban algunos equipos por el descontrol económico de los años anteriores. De hecho, a excepción del Granada CF, todos los clubes que han atraído capital asiático compartían el hecho de tener un pasivo desmesurado en comparación con su cifra de negocio. Y otro punto en común: están ubicados en grandes ciudades donde pueden haber facilidades para la atracción de talento y el desarrollo de negocios complementarios como el turismo deportivo.

 

Todo esto, para bien y para mal, ha acabado afectando a la valoración de estas sociedades anónimas deportivas (SAD), ya que en muchos casos la aportación de fondos no ha sido tanto para la compra de acciones a otros socios, sino para el pago de deudas. Tras estas operaciones corporativas, la probabilidad de que lleguen nuevos inversores no es muy alta. “Mire en cuántos hay un accionista con más del 50% y sabrá cuántos pueden estar a la venta”, indican siempre los asesores en este tipo de operaciones, en referencia al limitado número de candidatos que podrían venderse con facilidad.

 

 

 

Las últimas compraventas confirman este extremo, así como la complejidad que entraña optar por la compra de una entidad con varios socios. Por ejemplo, Rastar Group tuvo que ofrecer una prima de emisión del 30% a los minoritarios del RCD Espanyol respecto al valor nominal de los títulos, ya que el acuerdo con los principales accionistas sólo le garantizaba un paquete ligeramente superior al 40%.

 

De la información recopilada por Palco23, se desprende que sólo la mitad de los clubes que disputarán La Liga esta temporada tienen un accionista de control, de los cuales cuatro ya han cambiado de manos o incorporado nuevos socios en el último año. Y, de los otros seis, a priori no existe voluntad de vender.

 

Al-Thani rechazó una propuesta el pasado verano y situó a su hijo como consejero delegado; la familia Roig tiene un ambicioso plan social en el Villarreal CF; en el Celta de Vigo está Carlos Mouriño, que de hecho ha seguido ampliando su poder con la compra de pequeños paquetes de acciones; la familia Fernández podría haber tenido urgencias con el Sporting de Gijón, pero ahora están fuera de peligro; el Deportivo Alavés pertenece a un grupo de empresarios que también posee el Saski Baskonia de la ACB, mientras que el Deportivo Leganés también está en manos de empresarios locales que tampoco han mostrado predisposición por vender, además de que es un club que tampoco tiene una trayectoria consolidada en la élite.

 

Por el contrario, hay entidades que son difíciles de adquirir por la fuerte atomización del accionariado. Los casos más extremos son los de la Real Sociedad, el Deportivo de la Coruña y la SD Eibar, en los que ningún socio tiene más del 5% de los títulos y ahora no hay excesivos problemas de liquidez para afrontar pagos gracias al nuevo contrato audiovisual. Después hay un grupo formado por UD Las Palmas, Sevilla FC y Real Betis, en los que el denominador común es la existencia de un accionista o grupo de socios sindicados con una mayoría cómoda para gobernar,pero que no alcanzan el 50% que interesaría a un potencial comprador para hacerse con las riendas.

 

Todos estos cambios también han provocado cambios externos, como la contratación de auditores de mayor nivel, como EY en el Valencia CF, e incluso la modificación de los estatutos de La Liga, quizás el mejor ejemplo del cambio del signo de los tiempos. En la comisión delegada de la patronal sólo podían estar ejecutivos con nacionalidad de algún país de la Unión Europea (UE), un aspecto que ahora se ha modificado para que también puedan sentarse asiáticos, africanos o americanos. Globalización.