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La UD Las Palmas 'ata' su modelo con ocho millones en una ciudad deportiva

Marc Menchén

15 mar 2017 - 05:00

La UD Las Palmas fue uno de tantos equipos del fútbol español que se endeudó más de lo que podía asumir para intentar mantenerse en la élite. Sin embargo, el club no lo consiguió: perdió la categoría en 2003, fue el primer equipo en acogerse a un concurso de acreedores y, hoy, una década después y ya con Miguel Ángel Ramírez al frente, puede decir que está en camino de haber zanjado definitivamente sus problemas económicos. Es más, hoy incluso está acometiendo una inversión con recursos propios con las que esperan apuntalar el futuro deportivo de la entidad.

 

Son dos cuestiones que van muy ligadas, y que tienen en el ascenso a Primera y su permanencia como el gran detonante. Si se cumple el presupuesto, la temporada 2016-2017 se cerrará con un beneficio neto superior a los 12 millones de euros, que, unido a la ampliación de capital por 1,06 millones que hay en marcha, permitirían poner fin de forma definitiva a la situación de fondos propios negativos. “La ampliación impulsa esta mejora, y queremos que el balance también refleje una situación económica que hoy consideramos que es envidiable”, señala.

 

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El club planea inversiones en el estadio y la ciudad deportiva para seguir reteniendo el talento canario.

 

Con la inversión en sus activos también se reforzará la solidez patrimonial del club, que se encuentra inmerso en la modernización de la ciudad deportiva ubicada en la zona de Barranco Seco, que tendrá un coste aproximado de ocho millones de euros. “La idea es afrontarlo con recursos propios”, explica a Palco23 el director general de la entidad, Patricio Viñayo, quien confía en que las obras puedan concluir dentro de un año.  “Mientras, el club se irá a otro campo que llevamos cuatro meses habilitándolo”, añade.

 

La nueva instalación contará con tres campos de fútbol, dos de ellos de césped natural; un edificio de servicios complementarios y vestuarios; una zona termal, y distintas innovaciones tecnológicas. El ejecutivo asegura que, pese al importante montante de la operación, es totalmente necesaria, ya que “cuando nosotros ascendimos a Primera División, la carencia en materia de infraestructuras era muy grande porque éramos los únicos que no teníamos ciudad deportiva consolidada ni para el primer equipo”.

 

El siguiente reto que tienen es el de la remodelación del Estadio Gran Canaria, que explotan en régimen de concesión administrativa y en el que se han realizado diversas inversiones junto a la Administración. “El coste de todas la rehabilitación de parte del graderío ha corrido a cargo del Cabildo y las inversiones para dotar de más confortabilidad al espectador las ha asumido el club", matiza. Ahora, el reto es alcanzar un acuerdo para acabar de renovar la grada más alejada del terreno de juego y para habilitar más espacios comerciales y de restauración. “Ya le hemos planteado un plan al Cabildo, que también incluye otra pequeña ciudad deportiva anexa al estado para optimizar una parcela existente con miles de metros cuadrados. Queremos que sea digna y que la puedan utilizar el resto de clubs de la Isla”.

 

A través de todas estas inversiones, el club de la Liga Santander aspira a reforzar su papel de referente del archipiélago y a poder combatir con canteranos las cada vez más costosas operaciones de fichajes. “Nos resistimos a la inflación salarial que ahora empieza a sufrir el fútbol español”, defiende, tanto por cuestiones económicas como por el hecho de que “los canteranos son el atributo más importante de nuestra marca”. Con trece jugadores de la isla en la plantilla, “somos el equipo con más jugadores de la tierra que hay en las grandes ligas”.

 

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Ángel Ramírez, presidente y máximo accionista, junto al director general, Patricio Viñayo. /UD Las Palmas

 

 

Con 24,6 millones de euros, la UD Las Palmas tiene el cuarto tope salarial más bajo del torneo, sólo por encima de la SD Eibar, Sporting de Gijón y CA Osasuna. “Somos de las plantillas más económicas de la competición”, insiste el director general, que lleva trabajando en el club desde 2006 y remarca que su apuesta por la formación es más una “tradición” que una necesidad. “Nuestro origen está en 1949, cuando los cinco clubs más importantes de Gran Canaria decidieron sacrificarse y unirse en un mismo equipo para evitar la fuga de talento”, rememora. “La idea continúa siendo la misma: Ofrecer un club con ambición deportiva para que los valores se queden en casa”, apunta.

 

Viñayo considera que haber conseguido que jugadores como Roque Mesa, Viera o los hermanos Castellano surjan de sus categorías inferiores también es fruto de “la estabilidad de la que ha dotado a la estructura profesional el actual consejo de administración”. Manuel Rodríguez Marrero lleva once años en la dirección de formación y captación, mientras que Toni Cruz es el director deportivo desde hace un lustro.

 

El ejecutivo considera que, tras un periodo turbulento, han conseguido plantear un “un proyecto sin dientes de sierra, de crecimiento sostenido en el que cada temporada hemos estado algo mejor que la anterior”, circunstancia que también ha ayudado a apuntalar la relación con las marcas, que a través de patrocinios y acuerdos de publicidad generan unos ingresos de en torno a cuatro millones de euros. Papel importante tiene Acerbis, que se encarga del diseño y suministro de las prendas técnicas y que ha renovado hasta 2019.

 

Uno de sus aliados más importantes en este ámbito es la Administración, que a través del Cabildo y el Gobierno de Canarias ocupa importantes espacios en la camiseta, como son el frontal y bajo los dorsales. “Pensamos que no pueden encontrar una plataforma de difusión mejor y mayor que un equipo de Primera División; un soporte como nuestra camiseta es muy difícil de encontrar para un destino turístico de primer orden”, defiende Viñayo, quien no contempla una publicidad en la camiseta que no sea la actual, aunque pueda haber propuestas mayores. “Sabemos que el retorno de marca que ofrecemos es mayor que la retribución que recibimos, pero personaliza mejor que ninguna otra marca la idiosincrasia del equipo”, sostiene.

 

De hecho, la estrategia de Las Palmas ha sido la de apoyarse igualmente en empresas locales y buscar fórmulas que satisfagan las necesidades económicas del club con la capacidad económica de las marcas. “Hemos apostado por desdoblar las equipaciones en función de si jugamos como local o como visitantes”, explica, “para optimizar el rendimiento de las mismas y ponerlas al alcance de marcas que no podrían permitirse pagar toda una temporada”.

 

Así, el lema Islas Canarias sólo sale cuando juegan en la Península Ibérica, mientras que en casa lucen el logotipo de la clínica dental IOC. Por otro lado, el grupo automovilístico Domingo Alonso ocupa toda la parte posterior del pantalón en el Estadio de Gran Canaria, pero en las visitas sólo deja un logo de Volkswagen y comparte espacio con la aerolínea Binter. En la manga de las camisetas, la alternancia se produce entre Cajasiete y la heladera Kalise, mientras que la petrolera Disa siempre figura sobre los dorsales, una zona de la camiseta que hoy ningún otro equipo está explotando.

 

 

 

Refuerzos en el ámbito corporativo

 

El responsable de trabajar con todas estas empresas es Roberto Martín, que se incorporó como director comercial y de marketing el pasado verano, tras una década en el grupo ADV, con el que ha trabajado con clientes como el Real Madrid o la Real Federación Española de Fútbol (Rfef). Junto a él, hay una serie de colaboradores externos que trabajan para la entidad, pero que no forman parte de la plantilla directamente.

 

“Ahora somos seis personas más en las oficinas, pero aun así somos de los clubs con menos estructura profesional”, admite Viñayo, que mantiene colaboradores en otras parcelas como la financiera o la de eventos, para afrontar nuevas exigencias de Las Liga en cuestiones como la imagen de los estadios en televisión y la necesidad de crecer en ingresos. “Nuestra idea es la de siempre: crecer armónicamente y sin sobresaltos”, y el desafío es grande: “La Primera División a la que ascendimos hace un año no es la de hace quince temporadas”, remacha.