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¿La reestructuración definitiva en el comité directivo del Barça?

El nombramiento de Jordi Joly, ex del Ayuntamiento de Barcelona, es la última pieza que mueve el Barça para reforzar su gestión. El ejecutivo dará apoyo a Óscar Grau, el tercer director general de la entidad en siete años y que deberá volcarse en la generación de ingresos.

M.Menchén

11 oct 2017 - 17:36

Una de las claves para la estabilidad de cualquier organización es la continuidad en las líneas de mando, una cuestión que en el FC Barcelona no se ha producido en los últimos tiempos. En sólo seis años, el club ha cambiado dos veces de director general (se despidió a Antoni Rossich en 2014 y a Nacho Mestre se le movió en 2016), y el último movimiento ha supuesto descargar de responsabilidades al primer ejecutivo, Óscar Grau. Ahora, toda la operativa será asumida por Jordi Joly, ex alto cargo del Ayuntamiento de Barcelona y que llega para afinar una gestión diaria determinante en una organización que en el último año ha sumado 35 nuevos empleados. De él dependerán las áreas que dan un servicio transversal a los grandes departamentos.

 

El fichaje de Joly guarda una relación directa con la nueva cascada de cambios en la parcela deportiva, tras un verano en el que no se logró retener a Neymar y en el que se acabó pagando muy caro por algunos fichajes. Tan sólo hay que mirar las cuentas de 2017-2018, que revelan la obligación de generar ingresos ordinarios por 150 millones de euros anuales a partir de la próxima temporada. De ahí, que Grau vaya a volcarse en la estrategia del Espai Barça, el área social y la generación de negocio global, así como la negociación de la compraventa de jugadores.

 

Aquí es donde se ha producido el último movimiento de fichas. En enero de 2015 se prescindió de Andoni Zubizarreta, entonces director deportivo, un cargo que quedó vacante hasta que en julio de 2017 se ascendió a Pep Segura para cubrir esa posición; entremedio, se contrató a Robert Fernández como secretario técnico en 2015. La situación de este verano ha desembocado en la salida del veterano Raúl Sanllehí, al frente de las negociaciones durante la última década, pero también en la retirada de atribuciones a Albert Soler, que ahora sólo mantiene la dirección del área de conocimiento y el baloncesto. También se ha nombrado a Guillermo Amor como responsable de relaciones institucionales.

 

Esta baja es la que obliga a Grau a volcarse más en este ámbito y dejar a un lado las funciones más operativas, de la que cuelgan seis miembros del comité de dirección. De alguna manera, el primer ejecutivo se centrará esencialmente en las áreas propias de un club deportivo, mientras que las funciones más propias de una empresa deportiva recaerán en Joly. Cabe señalar que este es el primer cambio que promueve, después de la profunda reestructuración que desencadenó su ascenso desde las FCB Escola.

 

Grau asumió la dirección general en septiembre de 2016 y, un mes después, reconfiguró el comité de dirección, con un primer cambio clave: Francesco Calvo pasaba de director comercial a director de negocio global y se le quitaba la gestión de la marca, ahora con una dirección propia que lidera Guillem Graell. Entonces también se le aumentaron las atribuciones a Soler, ahora nuevamente rebajadas a petición propia, según la versión del club.

 

La recomposición no afectó a Bill Mannarelli, director del área patrimonial y Espai Barça, y Pere Jansà, del área social. Lo que sí hicieron es crear una serie de direcciones: operaciones, que dirige Valentí Daura y que incluye gestión de instalaciones, viajes y compras; recursos humanos, de la que se encarga Carlos Cendrós; finanzas y relaciones estratégicas, asumidas por Pancho Schröder; sistemas y tecnología, liderado por Sergi Jerez; la asesoría jurídica tutelada por Román Gómez-Ponti; planificación estratégica e innovación que depende de Javier Sobrino, y riesgos corporativos, que dirige Xavier de las Moras.

 

La inestabilidad en la dirección general y en el área deportiva también se extendió a comunicación, un departamento que actualmente no tiene director. En este caso, se optó por crear dos grandes ámbitos de actuación: el corporativo, que depende de Toni Ruiz, y el de deportes profesionales, que asumió José Manuel Lázaro. Ellos son los que se encargarán de anunciar si, en el corto plazo, se volverá a afinar el comité de dirección.