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‘La Penya’, o el club de las siete vidas en los despachos

El Joventut de Badalona ha anotado otro tiro en el último segundo al recibir una subvención de 468.750 euros del Ayuntamiento y, después de haber registrado varios episodios financieros críticos en los últimos años, ahora se enfrenta al posible primer descenso de su historia.

‘La Penya’, o el club de las siete vidas en los despachos
‘La Penya’, o el club de las siete vidas en los despachos

Guillermo G. Recio

20 mar 2018 - 20:14

El Joventut de Badalona ha logrado esquivar otra situación crítica en los despachos, algo habitual en estos años de crisis

 

 

El Club Joventut de Badalona recupera un balón que parecía perdido. Tras más de un mes de tensión, el club verdinegro ha logrado salir de una situación que lo llevó a plantear la liquidación de la entidad por no recibir los recursos prometidos y pactados con el Ayuntamiento de la ciudad. Este martes, finalmente se desbloqueó una subvención de 468.750 euros por doce votos a favor y catorce abstenciones condicionado por la presencia de un aval como garantía, según ha avanzado Esports Rac1.

 

Guanyem, ERC, Pdecat, Unió i Euiaa han votado a favor del la subvención, que irá destinada al deporte base, mientras que el PP, PSC, Ciudadanos e ICV se han abstenido. Las dudas del interventor han provocado la reducción del 50% en el importe previsto. El convenio alcanzado con el Ejecutivo municipal será presentado a los accionistas del club el jueves y, en caso de que lo rechacen, el Juventut iniciará los trámites para su disolución.

 

Los problemas llegaron cuando el consistorio incumplió el pago de los compromisos económicos que adquirió con el club a través de un contrato de patrocinio de 4,8 millones de euros. Fuentes próximas al caso achacaron la situación a la negativa del interventor, provocando que la falta de liquidez impida cumplir los pagos a Hacienda. Aunque quizás es uno de los episodios más agonizantes de su historia, no ha sido el único momento crítico en los despachos.

 

La Penya es uno de los históricos de la ACB, tanto por recorrido como por palmarés, pero en los últimos años ha sufrido de primera mano todos y cada uno de los efectos de la recesión económica. El principal problema fue el ladrillo, ya que el sector inmobiliario se llevó por delante los planes del club para poder competir con otros equipos de la ACB, con presupuestos más altos gracias a mecenas o al fútbol, que pasaban por lograr ingresos extraordinarios con operaciones urbanísticas.

 

 

 

 

El primer problema que se resolvió fue la venta de una parcela en el barrio del Pomar a Mercadona, que supuso el ingreso de tres millones de euros para cancelar la hipoteca que pesaba sobre este activo con Bankia y adelantar parte de la deuda con Hacienda.

 

Pese al interés de la cadena de supermercados, tuvieron que pasar varios años y diferentes trámites burocráticos para formalizar la operación, con los contratiempos económicos que ello supuso para el Joventut, que llegó a presentar concurso de acreedores. La inyección de liquidez que supuso la venta de esta parcela permitió lograr un acuerdo singular con la Agencia Tributaria para poner punto y final a uno de los mayores quebraderos del club de baloncesto, que en los últimos meses incluso había sufrido embargos ante la dificultad de cumplir con los vencimientos.

 

También se logró un pacto con Bankia que permitió cancelar la deuda de cuatro millones asociada unos terrenos del barrio badalonés de Canyet; entre los acreedores también estaban CaixaBank y el Instituto Catalán de Finanzas (ICF). En esta superficie, que costó 2,2 millones de euros, se pretendía construir un centro educativo de sexos segregados gestionado por el Opus Dei, algo que tras la oposición vecinal obligó al consistorio a no otorgar las licencias necesarias.

 

 

 

 

Después de estos episodios, llegó lo que parecía la solución para al menos el próximo lustro: un pacto con el Ayuntamiento de Badalona para traspasarle la propiedad del Club Esportiu Mas-Ram y no pagar la deuda acumulada en los últimos años por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del pabellón. Sin embargo, mientras que la operación del club no consiguió el visto bueno de los técnicos del consistorio, sí se aprobó un patrocinio por valor de 4,8 millones a pagar en los próximos cuatro años.

 

Ahora, con los esta serie de acuerdos en stand by, el consistorio ha aprobado una inyección de 750.000 euros en concepto de subvención para costear la cantera del club, ya que no está vinculado al patrocinio. “Para poder pagar las facturas mensuales del club por el contrato de patrocinio, el club debe poder justificar las subvenciones otorgadas por su fundación en 2014 y 2015”, explicó el Ayuntamiento en un comunicado.

 

La importancia del club en el panorama del baloncesto y del conjunto del deporte español se demostró también esta semana con la reunión entre club, varios partidos políticos, Generalitat de Catalunya y Consejo Superior de Deportes (CSD), que se comprometió a dar una ayuda de entre 40.000 y 50.000 euros para las bases de La Penya. Tras este otro match ball salvado, ahora queda trasladarlo en la pista, pues del descenso deportivo no se soluciona con voluntad política, sino con victorias. Aunque sean sobre la bocina como la de hoy.