Clubes

La ‘Duodécima’ económica del Madrid: ¿cómo se ha construido su negocio actual?

El club ha logrado mantener un ritmo de crecimiento superior al de la inflación en los salarios, además de una política inversora apoyada en la salida de futbolistas. Hoy su deuda neta es negativa.

Marc Menchén

2 oct 2017 - 05:00

La ‘Duodécima’ económica del Madrid: ¿cómo se ha construido su negocio actual?

 

La última década no ha sido la más prolífica en cuanto a títulos para el Real Madrid, pero sus tres Champions League en los últimos cuatro años han ayudado a acelerar un crecimiento que en los últimos diez años ha sido sostenido y lleno de movimientos, algunos discretos, para ganar músculo financiero. Y es que el club afronta hoy uno de sus retos más inmediatos, como es la remodelación del Santiago Bernabéu por 400 millones de euros, pero, ¿con qué solidez patrimonial y económica afronta este desafío?

 

La entidad presidida por Florentino Pérez ha dedicado los últimos tres años a acelerar la obtención de licencias y permisos para las obras, pero también a realizar las últimas inversiones necesarias para sentar las bases de su crecimiento futuro: culminación de instalaciones deportivas necesarias en la Ciudad Real Madrid, fichajes de jóvenes talentos que aseguran la base de la plantilla del primer equipo hasta 2022, y desarrollo de la plataforma digital con la que atacar al nuevo consumidor.

 

Pese a la burbuja de precios de este verano, el Madrid ha optado por limitar a menos de 120 millones de euros la inversión anual en fichajes. Además, ha mantenido una política activa de traspasos que le han ayudado a mitigar el impacto de operaciones como la llegada de Gareth Bale. El club recuerda en su memoria que ha obtenido una media de 51 millones anuales por la salida de jugadores, y que a lo largo del período 2000-2017, la inversión neta anual media ha sido 71 millones de euros.

 

 

Sobre este aspecto, la dirección encabezada por José Ángel Sánchez admite que ya no basta con saber fichar, sino que con el tiempo se ha tenido que optimizar la gestión de las ventas. En la memoria, recuerdan que actualmente “hay un límite de jugadores inscribibles en plantilla” que obliga a que para incorporar a nuevos jugadores antes sea “necesario dar salida a otros”. “Es una actividad de la gestión ordinaria del club necesaria para permitir la renovación de la plantilla, que genera unos beneficios que permiten autofinanciar en parte el coste de las nuevas incorporaciones”, defienden.

 

En las oficinas de Concha Espina añaden que la política deportiva también ha sumado una nueva tendencia, que es la de optar por fichar a jóvenes talentos de todo el mundo por precios que no superan los 10 millones de euros, con la esperanza de que al menos unos cuantos alcanzarán el primer equipo. Dos datos que confirman esta apuesta: la llegada de Marco Asensio del RCD Mallorca por 4 millones y la drástica caída de las amortizaciones por inmovilizado, que este año caerán a 102,4 millones de euros, el importe más bajo de los últimos cinco años.

 

Los datos serían muy distintos de haber fichado finalmente a Kylian Mbappe, por el que se pedían 180 millones de euros. Era una aspiración del club, que en el informe económico de 2016-2017 deja claro que “hacia el futuro, la potenciación de la imagen del club a través de la inversión en grandes jugadores y la expansión internacional continúan siendo factores fundamentales para mantener la capacidad competitiva”. Ahora bien, a nadie se le escapaba que participar de la espiral inflacionista del último verano podría haber comprometido a la tesorería y a la financiación de las obras del estadio.

 

 

Ese es otro de los puntales de la entidad deportiva, con la posición de caja más alta de toda La Liga: 138 millones de euros de media durante la última década, más del doble que lo conseguido por el FC Barcelona. Es una cifra que ha ido fluctuando cada ejercicio, especialmente a la baja en aquellos veranos en los que se han tenido que afrontar el pago de primas por títulos, como sucedió en 2016-2017.

 

“El elevado flujo de caja generado en las operaciones así como la contención de inversiones son las razones que explican este elevado saldo de tesorería”, apunta el club que añade que, “junto con las disponibilidades financieras, permiten afrontar con holgura los compromisos de pago previstos”. En los próximos tres veranos se concentrará el grueso de la inversión en las obras del Bernabéu, para lo que desde hace dos años se ha venido trabajando en la estructura del pasivo.

 

La banca aceptó refinanciar la deuda financiera en 2015 y darle de margen hasta 2018-2019 para afrontar el primer vencimiento, de 42 millones de euros; el siguiente será de 40 millones, en 2020-2021. Esta operación dio al club el margen necesario para realizar incorporaciones de futuro en el primer equipo y culminar las obras en instalaciones que quedaban pendientes. “La deuda bancaria se mantiene constante. Los saldos acreedores por inversiones pendientes de pago se han reducido en 48 millones de euros debido a la contención de inversiones”, apunta la entidad, cuya deuda neta ha pasado de 327 millones a 10 millones negativos entre 2009 y 2017.

 

 

Además, si se cumple su hoja de ruta, los dos vencimientos llegarían con la venta de los naming rights del Bernabéu y el nuevo contrato de Adidas bajo el brazo; es decir, con un importante aumento de ingresos asegurado para afrontar los pagos necesarios.

 

La dirección admite que las relaciones con Ipic se han enfriado para la venta del nombre del estadio, después de que el grupo petrolero de Dubái haya pasado a manos del emirato de Abu Dhabi, a su vez dueño del Manchester City. Por el contrario, tal y como adelantó Palco23, este verano ya se ha cerrado la renovación del patrocinio principal con Emirates, que pagará 70 millones de euros por temporada hasta 2021-2022. En paralelo, ya se negocia con Adidas una ampliación que doble el actual acuerdo y se sitúe en torno a los 100 millones.

 

El área de márketing ha logrado un crecimiento medio interanual del 9,5% desde 2008-2009, hasta los 282,24 millones de euros previstos para el actual ejercicio. En términos porcentuales sólo le supera la partida de amistosos y competiciones internacionales, debido a que su punto de partida era muy bajo, a que la Uefa ha tenido que ceder más dinero a los clubes para evitar el fin de la Champions League y a que la International Championship Cup (ICC) ha convertido los bolos de verano en un negocio más que rentable.

 

El Madrid celebra que estas partidas vayan cada vez más, frente al estancamiento de la televisión, que ha pasado de suponer el 32,4% del negocio ordinario en 2008-2009 a una previsión del 25,6% este año. “Esta diversificación de los ingresos recurrentes confiere estabilidad económica al club, amortiguando el impacto de posibles oscilaciones de ingresos motivadas sea por la actividad deportiva, sea por la coyuntura económica”, valoran.

 

De ahí, que, ya para cerrar el círculo, se antoje necesaria la remodelación del estadio. El club ha destinado casi 300 millones de euros en sucesivas inversiones en el Santiago Bernabéu para mantenerlo al día, pero asegurar su viabilidad y darle un nuevo impulso a su negocio exige una renovación más profunda. Tras un gran salto en 2010, gracias a la ligera ampliación de foro y nuevos espacios VIP, la explotación del estadio apenas ha crecido un 1% anual, hasta 162,6 millones. ¿Será la próxima partida en superar a la televisión?