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Kutxabank se une a CaixaBank y Sabadell en la financiación a la Real para el nuevo Anoeta

El club ha logrado otra línea de crédito de 5,5 millones y ya suma más de 20 millones a su disposición con el pool bancario en el que también está Caja Rural de Navarra para las obras de Anoeta. Por otro lado, la entidad da casi por perdido el dinero del traspaso de Jonatas al Rubin Kazan.

M.Menchén

28 nov 2018 - 05:00

KutxaBank se une a CaixaBank y Sabadell en la financiación del nuevo Anoeta

 

 

La Real Sociedad logra más liquidez para poder afrontar la recta final de la remodelación del estadio de Anoeta. El club ya ha desembolsado 15,96 millones de euros hasta 2018 para cumplir con su compromiso de invertir al menos 36 millones en las obras, pero en paralelo ha abierto negociaciones con la banca para disponer de la caja necesaria en caso de que se produjera algún pico de tesorería. El último en sumarse al pool bancario ha sido Kutxabank, según ha podido saber Palco23.

 

La entidad financiera vasca concedió en julio un préstamo de 5,55 millones de euros, con vencimiento en diciembre de 2025 mediante el pago de siete anualidades. Aunque sí se trata del primer crédito, no es la única financiación ofrecida por el banco vasco para el proyecto de Anoeta, ya que en 2016 firmó un contrato de patrocinio por diez años cuyo importe económico se adelantó en el momento de la firma. Se trata de 4,47 millones, a razón de 447.329 euros por cada temporada en las que su logo aparece en la trasera de la camiseta.

 

La entidad se suma así al grupo de entidades financieras que desde hace más de un año garantizan la posición de liquidez de la Real, que al cierre de 2017-2018 disponía líneas de crédito por más de 25 millones de euros de las que no había tenido necesidad de disponer gracias a los elevados ingresos por traspasos que ha obtenido. CaixaBank tenía concedidas dos pólizas de cinco millones cada una a 30 de junio de 2018, al igual que Caja Rural de Navarra; Banco Sabadell tenía comprometidos otros cinco millones.

 

 

 

 

El club enfatiza en su memoria anual que cuenta con “los recursos generados por su actividad” y este apoyo de la banca “de tal manera que en todo momento se cuente con los recursos necesarios para poder afrontar dichos pagos”. Además, añade, “debido a las inversiones realizadas en jugadores, así como el esfuerzo que realiza la entidad para promocionar jugadores de la cantera a su primer equipo, permiten a la Real Sociedad de fútbol contar con activos suficientes en caso de necesidad de obtener liquidez”. 

 

La confianza de los bancos se basa en la sostenibilidad del modelo de negocio donostiarra, que en los últimos cinco años ha promediado un beneficio neto de 18,5 millones de euros. Este elevado excedente se explica por las importantes plusvalías obtenidas por traspasos de futbolistas, que también han permitido que en ocho años se haya cancelado 31,5 millones de deuda concursal cuando disponía de más de treinta años para hacerlo.

 

Los traspasos del último año no sólo han servido para dejar atrás el concurso de acreedores, sino que la entidad presidida por Jokin Aperribay también ha aprovechado 2017-2018 para crear el colchónnecesario que le permitan sortear los contratiempos sufridos durante el último año. El principal problema es la deuda de nueve millones de euros que reclama al Rubin Kazan por la venta en 2016 del futbolista Jonathas de Jesús, y que en las oficinas de Anoeta dan casi por perdida. 

 

De momento, se ha provisionado el importe completo de la operación, ante el evidente riesgo de impago, según ha podido saber Palco23. Es un movimiento realizado por prudencia contable, y que se ha podido realizar sin problemas gracias a las plusvalías por traspasos que obtuvo durante la última campaña. Las ventas de jugadores como Yuri Berchiche y Carlos Vela, así como el pago de la cláusula de rescisión de Iñigo Martínez, supusieron unos ingresos adicionales de 49,8 millones de euros.

 

 

 

 

La cifra habría sido más alta de no ser por la dotación de 8,9 millones de euros procedentes del contencioso con el equipo ruso, que está intentado alargar la resolución final del caso con recursos. La denuncia formal de la entidad presidida por Jokin Aperribay se produjo en septiembre de 2017 y, aunque ha habido pronunciamientos favorables, el cobro de la deuda no está asegurado al 100%.

 

La defensa del equipo ruso ha intentado demorar el fallo definitivo con una reconvención, en la que se alude a la nulidad por defectos de forma e incluso le reclama al conjunto donostiarra la devolución de 3,5 millones ya satisfechos del traspaso. El Comité del Estatuto del Trabajador ya ha estimado la demanda de la Real, a la que reconoce el derecho de cobrodel importe pendiente del traspaso y sus intereses de demora (otros 650.000 euros). La resolución no es firme, y aún puede ser recurrido en el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS, por sus siglas originales).

 

“El riesgo existente a día de hoy consiste en la precariedad económica por la que el FC Rubin Kazan pudiera estar atravesando, más que en la defensa jurídica del club ruso ante la Fifa o el TAS”, admite la Real Sociedad en su memoria anual. A comienzos de año circularon las primeras noticias sobre los problemas de impagos que el equipo tenía con sus futbolistas, y el pasado octubre la Uefa decidió prohibir su participación en las dos próximas ediciones de sus torneos por incumplir el plan de viabilidad acordada para que dejara de incumplir las normas de fair play financiero. 

 

 

 

 

Ante este escenario, la dirección ha optado por incluir una dotación del importe íntegro adeudado (a efectos contables, computa como gasto en 2017-2018), que podrá liberar y convertir en ingresos si finalmente logra recuperar parte de ese dinero. Menos suerte habrá con Qbao, grupo chino que durante varios años lució en el frontal de su camiseta y con la que se rescindió el vínculo por los problemas legales que atravesaba en su país. Es la razón que explica que el área comercial fuera la única en que se produjo una caída de ingresos en 2017-2018, aunque confían en que también pueda ser la que más crezca a medida que se completa el nuevo Anoeta. 

 

“Es de vital importancia para la entidad la reforma del estadio”, señala el club en su memoria, esperanzado con que le permita “crecer en cuanto a masa social y ser más competitivos con respecto al resto de clubes”. La dirección ve el potencial de crecimiento en dos líneas más, la del reparto de ingresos por televisión, donde el número de abonados influye, y también en la generación de nuevo negocio corporativo con paquetes de hospitalidad o la venta de los naming right del recinto.

 

La Real Sociedad ha superado los 25.000 abonados y el año pasado volvió a superar los ocho millones de euros por cuotas de estos socios gracias a su presencia en competiciones europeas. Este año, en cambio, no jugar la Europa League hará que retrocedá hasta 7,29 millones, y que la facturación por competiciones (pagos de Uefa y venta de entradas) baje, de 9,6 millones a prácticamente cero, según el presupuesto que se someterá a votación entre los accionistas.

 

La televisión, por su parte, ya se ha consolidad por encima de los 55 millones de euros, y la dirección espera que vaya a más en la medida de que dispongan de más abonados. El área comercial, por su parte, crecerá con fuerza tras el bache provocado por Qbao en 2017-2018, y esta temporada alcanzará los 8,65 millones de euros, un 12% más y eso que no se ha comercializado de momento el patrocinio principal de la camiseta.

 

En cuanto a los gastos de personal, se ha optado por un ligero recorte para 2018-2019, con un total de 60 millones de euros. También se reducirán drásticamente los gastos de explotación, hasta 15,9 millones, un nivel similar al de hace dos años y un 40% inferior al de 2017-2018, debido a la mencionada provisión por el litigio con Rubin Kazan. De ahí que, pese a que los ingresos por traspasos serán un 43% inferiores, la Real podrá presentar igualmente un beneficio de 8,3 millones.