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Irregularidad del banquillo y pagos al consejo: la UD Las Palmas aprovecha el ‘efecto Vitolo’ para poner orden a sus cuentas

El club triplicó los pagos a personal clave en 2017-2018, pasando de 4,67 millones a 16,92 millones de euros. El grueso del alza es por la contabilización de las remuneraciones del consejo de años anteriores.

M.Menchén

27 feb 2019 - 05:00

Irregularidad del banquillo y pagos al consejo: la UD Las Palmas aprovecha el ‘efecto Vitolo’ para poner orden

 

 

La UD Las Palmas batió todos sus récords económicos en 2017-2018. La mayor facturación de su historia tras rozar los 100 millones de euros, un beneficio neto de 20,1 millones incluso superior al de los dos ejercicios anteriores… y el mayor gasto en salarios del personal clave del club, que se triplicó y pasó de 4,67 millones a 16,92 millones de euros. A simple vista, un aumento descontrolado de las retribuciones, pero no: el alza del gasto se debe a una regularización de las retribuciones al consejo de administración por las dos últimas temporadas y a los numerosos relevos que se produjeron en el banquillo para intentar evitar el descenso.

 

“Es verdad que el hecho de contratar tres cuerpos técnicos aumenta gastos de representación, pero sobre todo en la remuneración de personal clave de la compañía. Hay que unir otro gasto excepcional en este apartado, ya que fue destituida la secretaría técnica y la dirección deportiva”, explican fuentes de la entidad grancanaria.


Las mismas añaden que, además, también se contabilizó “una regularización de la remuneración de los administradores” por los servicios prestados durante las temporadas 2015-2016 y 2016-2017, sumados a los pagos de 2017-2018. Ello, después de, en diciembre de 2017, la junta de accionistas aprobó que los consejeros con funciones ejecutivas cobren un sueldo que, en ningún caso, supere el 5% de los ingresos netos y en función de objetivos. Es una fórmula utilizada por otros clubes, aunque con límites más estrictos, como el 2% del Sevilla FC o el 0,65% del Real Sporting.

 

En este personal clave figuran el presidente y máximo accionista, Miguel Ángel Ramírez, y su vicepresidente, Nicolás Ortega, que son los dos únicos miembros del consejo de administración con un rol en la gestión diaria. Junto a ellos, en el personal clave figuran el director general, Patricio Viñayo; Manuel Rodríguez Marrero, director de formación y captación; Luis Helguera, secretario técnico, y Larry Álvarez, director de comunicación.

 

Ahora bien, a las retribuciones de todo este personal que aún sigue en el club se le sumaron las nóminas y los finiquitos de todos los altos cargos que fueron cesados en 2017-2018. En esta lista constan el ex director deportivo durante las últimas siete temporadas, Toni Cruz, y los tres entrenadores que pasaron por el vestuario sin éxito: Manolo Márquez, cesado en septiembre de 2017; Pako Ayestarán, que salió el 30 de noviembre del mismo año, y Paco Jémez, que llegó a un alto precio y ocupó el banquillo durante toda la segunda vuelta.

 

Todos estos importes se recogen en la partida de servicios exteriores, que también se triplicó y ascendió a 18,3 millones de euros. Este importe recoge los emolumentos pagados a ojeadores y scouting internacionales, a representantes de jugadores, las primas de jugadores que llegaron con la carta de libertad y distintos despachos de asesoría.

 

Ahí se incluye a los bufetes que asesoraron a Las Palmas en el litigio con el Sevilla FC por la venta de Vitolo, que se saldó con el cobro de algo más de cuatro millones de euros, pero también con unos costes de cesión más elevado de los previstos para el rendimiento que finalmente pudo ofrecer el futbolista. Y, si bien no detallan el nombre del futbolista, fuentes de la entidad señalan que “los costes de cesión de uno de los jugadores fue muy importante”.

 

Muestra de que todos estos costes fueron puntuales es el presupuesto de 2018-2019, en que los gastos por servicios exteriores y el resto de gastos corrientes serán un tercio de lo que fueron el último año, con 10,68 millones y 2,42 millones de euros, respectivamente. El ajuste es mucho mayor al de los gastos de plantilla deportiva, que retrocederán un 42% y se situarán en 17 millones de euros.

 

Esta situación no afecta a las negociaciones con el Cabildo para remodelar el Estadio Gran Canaria, pues las obras se sufragarían con una actualización del contrato de patrocinio vigente, como adelantó Palco23. Las conversaciones siguen y no se esperan novedades a corto plazo, al haber entrado en ciclo electoral.

 

El fuerte ajuste del gasto pretende compensar el descenso automático de ingresos al pasar de de LaLiga Santander a LaLiga 1|2|3. La cifra de negocio ordinario bajará de 62,59 millones a 28,5 millones de euro si se tiene en cuenta los 12,16 millones del paracaídas que ofrece la patronal a quienes descienden. Los dos correctivos más importantes se darán en la partida de abonados, después de la decisión del club de regalarlo a quienes pagaron en 2017-2018, y la de derechos audiovisuales, que bajará de 47 millones a 9,1 millones.

 

Al retroceso de la actividad recurrente se le suma un fuerte decremento de las plusvalías por traspasos, que pasan de 31,81 millones a 8,84 millones de euros. De ahí que la dirección haya planteado un ejercicio en el que el beneficio neto será el más bajo de los últimos cuatro años, con 473.000 euros, rompiendo una tendencia alcista de los tres ejercicios anteriores. Algo que a pocos aficionados importará si finalmente pueden volver a la élite del fútbol español.