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Folguera (Masia FCB): “Nos inspiramos en la filosofía de los All Blacks para formar a los canteranos”

El director del centro formativo del Barça analiza los nuevos ejes de actuación, centrados en el desarrollo integral del deportista y la incorporación del entorno familiar y el deportista retirado en el proceso.

Patricia López

23 nov 2017 - 04:56

Folguera (Masia FCB): “Nos inspiramos en los All Blacks: mejores personas generan mejores deportistas”

 

 

Carles Folguera lo tiene claro: “Cuidar el entorno del jugador genera mejores deportistas y mejora su rendimiento deportivo”. Es una opinión que el director de La Masia se ha forjado a lo largo de los seis años que lleva operativa la actual residencia académica y formativa del FC Barcelona, a la que se dio un impulso con el traslado a la nueva ciudad deportiva. Ahora buscan dar un nuevo salto cualitativo con el plan Masia 360, cuyo cerebro ha sido él, exjugador de hockey profesional y máximo responsable de un área que lidera desde hace quince años.

 

El ejecutivo confía en que la formación integral de la cantera, y el hecho de desfocalizar la atención del resultado deportivo, es la mejor fórmula para alcanzar un éxito que ya no depende de ascender a la élite de la entidad. “El éxito está en el proceso, no en el resultado final o en llegar al primer equipo”, afirma en una entrevista con Palco23. Licenciado en Educación Física y en Pedagogía, el Barça ha puesto en sus manos el control de mandos de La Masia, con la que el club aspira a formar a deportistas con potencial de ser profesionales, ya sea sobre el terreno de juego o en los despachos.

 

La Masia se fundó en 1976 y usted llegó a la dirección en 2002. ¿Cómo ha evolucionado con el paso del tiempo?


Hemos pasado de ofrecer un servicio centrado en el deporte y en los deportistas que vivían en La Masia a ampliarlo a los 617 deportistas de la cantera y a otras esferas. Ahora ofrecemos un acompañamiento deportivo, personal y académico, y nos preocupa su desarrollo personal, porque estamos convencidos de que ir más allá del deporte y cuidar su entorno, desde su situación personal hasta la familiar, genera mejores deportistas y mejora su rendimiento. Además, entender su entorno nos proporciona herramientas e información que facilitamos a los técnicos, para que comprendan mejor la realidad de sus jugadores fuera del club.

 

 

 

 

¿Por eso han integrado a las familias?


Siempre ha habido relación con las familias, pero, desde que creamos el programa Masia 360, los hemos involucrado más porque juegan un papel fundamental en el aspecto psicológico y emocional del jugador y jugadora. Ahora hacemos charlas y talleres para los padres para garantizar que las familias y el club hablamos el mismo idioma, que comunicamos lo mismo. Es importante que no generen expectativas más altas de las que tocan, y estar en contacto con ellos para que les exijan y a la vez les hagan tener los pies en el suelo. También hemos integrado a los taxistas.

 

¿También influyen en los jugadores?


Su figura nos ayuda mucho porque juegan un papel importante. Son los que llevan y traen a los jugadores a los entrenamientos, quienes hablan con ellos durante el trayecto y conocen sus preocupaciones. Les formamos para saber cómo responder cuando un jugador está preocupado por una lesión, por sus resultados deportivos o porque no sabe si seguirán en el club. Les enseñamos a ayudarles, a que tengan herramientas y recursos para saber cómo comunicar en ese momento.

 

¿Cuáles son los factores de diferenciación respecto al resto de academias de formación integral dirigida al alto rendimiento?


La integración de las familias es uno de ellos, pero también de los tutores académicos, del entrenador y del educador emocional. Contamos con un tutor por cada quince jugadores que vive en La Masia, y de un profesor por cada treinta deportistas que viven fuera, además de la figura del educador, que es transversal y está vinculado con la parte emocional y de actitud de los jugadores. El mayor factor diferencial es crear experiencias, y esto pasa porque convivan con realidades que no le son cercanas. Hacemos visitas a hospitales y centros donde hay usuarios en riesgo de exclusión social para que compartan vivencias y entiendan que la realidad que viven nuestros jugadores es distinta a la que viven otras personas de su edad.

 

 

¿Se trata del programa Masia Solidaria?


Exacto. La idea es implicar a los canteranos en distintas acciones solidarias a través de diferentes experiencias para que los jugadores tengan los pies en el suelo. Nos inspiramos en la filosofía de los All Blacks: mejores personas generan mejores deportistas. En el éxito hay una parte importante de talento, pero otra de mayor relevancia que es la actitud en relación a ese talento que se me ha dado. Aportarle experiencias que le hagan tener la cabeza bien amueblada es muy importante.

 

¿Cómo trabajan el itinerario del deportista más allá de lo deportivo?


Es una formación integral, una carrera dual. Trabajamos cómo podemos hacer que la formación deportiva pueda ser compatible con una formación académica y personal, pero tratamos de ir más allá y no hablar sólo de escolarización, sino de educación. Evidentemente que nos interesa que los chavales vayan pasando cursos, pero también formar a niños autónomos, que sean capaces de tomar decisiones, que sean fuertes emocionalmente.

 

El centro prepara a los jugadores para llegar a la élite pero, ¿cómo trabajan para mentalizarles de que no todos lograrán convertirse en profesionales?


Es la parte más difícil. Tratamos de convencerles de que el éxito está en el proceso, no en el resultado final o en llegar al primer equipo. Por ejemplo, Albert Serrano jugó en el Barça B y hoy día es director general de Privalia en España. Eso es éxito, y le traemos para que haga charlas a los jugadores. También tenemos acuerdos con universidades para que nuestros deportistas semiprofesionales puedan combinar estudios con su carrera deportiva con cierta flexibilidad. Con los segundos equipos profesionales, este año se ofrece un módulo de finanzas personales, de marca personal y de club.

 

 

 

 

¿La formación cambia en función del deporte? ¿Se forma igual a un futbolista que a un jugador de hockey?


Un deportista de fútbol sala y balonmano entiende la importancia de formarse integralmente con más facilidad que un jugador de fútbol o incluso de baloncesto. Tienen más predisposición a los estudios porque es más complicado ser vivir del hockey que del fútbol. No penalizamos a los jugadores que nos les va bien en la escuela, pero tenemos que buscar fórmulas alternativas, adaptadas y que les motive. Estudiar una carrera universitaria es la única opción, muchos encuentran su motivación en formarse para ser entrenador.

 

Como director de La Masia, ¿cuál es el éxito del proyecto? ¿Qué los jugadores alcancen la élite o que desarrollen una carrera no necesariamente vinculada al deporte?


El éxito es invertir en formación, es el éxito de todo el equipo de personas, pero no podemos obviar que el éxito también es promocionar a los deportistas formados aquí, a aquellos que alcanzan los primeros equipos. Por otro lado, estamos convencidos de que si ofrecemos este acompañamiento integral durante todo el proceso, generamos identidad, hacemos que los jugadores sientan que este es su club porque se ha sentido apoyado.

 

 

Hasta ahora se han centrado en la cantera. ¿Planean asesorar también al deportista retirado?


En estos momentos es uno de los ejes de la Masia 360. Estamos trabajando en un plan para saber qué ofrecerle al jugador que está a punto de finalizar su carrera deportiva. Confío en implantar el programa a partir de 2018, y estará centrado en esa transición desde la retirada hasta que pueda aportar otro tipo de valor al club.

 

¿En qué consistirá?


Es algo que ya estamos haciendo, pero que queremos sistematizar, asentar el modelo. La idea sería que a uno o dos años de la retirada, se dé un proceso de transición para que el jugador conozca otras esferas del club y sepa dónde puede aportar valor dentro de la entidad. Queremos que se tenga en cuenta tanto su experiencia deportista como sus motivaciones, para hacerle saber que su figura no aporta valor por lo que ha sido deportivamente, sino por la formación y sus conocimientos que tiene sobre aquel campo que luego trabajará en el club. Desde el equipo técnico hasta scouting, pasando por otras áreas del club. Es algo que ya se ha hecho anteriormente, y Rodrigo de la Fuente o Xavier O'Callaghan son dos ejemplos, pero queremos sistematizarlo. La renovación de Juan Carlos Navarro, por ejemplo, va en esa línea.