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Especial 2021: Un año para volver

FC Barcelona se encomienda a la nostalgia con Laporta en su peor momento económico

El expresidente tomó las riendas del club con el objetivo de renovar a Leo Messi (arreglándolo “con un asado”) y dar la vuelta a una situación económica adversa. La junta fía el futuro a la cantera mientras impulsa el Espai Barça.

FC Barcelona se encomienda a la nostalgia con Laporta en su peor momento económico
FC Barcelona se encomienda a la nostalgia con Laporta en su peor momento económico
Según la entidad, la previsión de ingresos incrementales anuales generados por el nuevo estadio es de 200 millones de euros, de los cuales un 43% irá directo a Goldman Sachs para devolver el préstamo realizado

A.Ferrer

28 dic 2021 - 05:00

Especial 2021: un año para volver

 

FC Barcelona se encomienda a la nostalgia para revertir la delicada situación en la que se encuentra, tanto deportivamente como económicamente. La entidad azulgrana postergó en el tiempo la campaña electoral más larga del club hasta principios de marzo (cuando en un principio se debía haber llevado a cabo en enero) debido a la situación epidemiológica que vivía por aquel entonces el territorio catalán, donde los habitantes estaban sujetos al confinamiento municipal. En las elecciones, los socios barcelonistas se encomendaron al éxito que obtuvo Joan Laporta en su anterior mandato para hacer reflotar deportivamente y económicamente a la entidad azulgrana, golpeada duramente por el Covid-19. Pero la situación deportiva y económica del club es mucho peor que entonces tras el impacto de la pandemia.

Laporta llegó al cargo tras una rocambolesca búsqueda de avales en la que intervino in extremis el fundador de Mediapro, Jaume Roures, y con la misión de reestructurar el club. Lo primero fue prescindir de los ejecutivos nombrados por la anterior junta en distintas áreas (tanto de servicios jurídicos, de seguridad o deportiva) y recuperar perfiles de su plena confianza.

 

 

La destitución más sonada del club fue la del consejero delegado, Óscar Grau. Antes de su salida, el ejecutivo había sido detenido junto a Josep Maria Bartomeu, antecesor de Laporta, por el caso Barçagate, donde se investigaba la contratación de perfiles de monitoreo de las redes sociales, así como atacar a los opositores de la junta y a varios jugadores y personas de referencia del mundo culé. El estallido de este caso provocó una crisis institucional en el Camp Nou, que supuso la puesta en marcha de una due diligence para investigar los ámbitos financieros, patrimoniales y deportivos del club de las últimas tres temporadas.

La salida de Grau propició la llegada como consejero delegado de Ferran Reverter, consejero delegado de Media Markt, pero que no pudo ejercer plenamente sus funciones hasta el 30 de junio por motivos contractuales con su anterior empresa.

La entidad azulgrana también incorporó a los ejecutivos Pere Lluís Mellado (legal), Ferran López (seguridad e instalaciones), Carles Sandros (recursos humanos), Enric Masip (adjunto al presidente en asuntos deportivos), Jordi Finestres (adjunto al presidente en asuntos institucionales), Manana Giorgadze (jefa del gabinete de presidencia) y Jordi Basells (director de Barça Licensing and Merchandising).

 

Pérdidas históricas

Igual que la mayoría de los grandes clubes de Europa, FC Barcelona tiene una dependencia de los ingresos audiovisuales menor que los clubes pequeños. Como consecuencia del impacto de la pandemia del coronavirus, que obligó a todos los clubes a disputar la temporada 2020-2021 sin aficionados en las gradas, todos los ingresos excepto los audiovisuales descendieron de forma drástica, elevando las pérdidas hasta 481 millones de euros frente a los números rojos de 97 millones de 2019-2020.

 

 

La nueva junta directiva achacó los resultados a la situación a “a herencia recibida por parte de la gestión nefasta del pasado, que implica un endeudamiento insostenible”, criticó Laporta tras hacer públicos los resultados en agosto. Asimismo, la entidad azulgrana acumulaba a cierre del último ejercicio una deuda de 1.350 millones de euros, un 15% más que el año anterior, cuando se situó en 1.173 millones de euros. 

 

 

Hasta 617 millones del gasto correspondían a la masa salarial deportiva del club. Esta partida fue uno de los principales focos de la gestión del presidente, pues necesitaba reducir masa salarial para poder inscribir a nuevos fichajes como Memphis Depay y Èric García.

Los capitanes del club redujeron su salario de forma voluntaria, aunque, tras un largo tira y afloja a tres bandas entre club, LaLiga y Leo Messi, terminó con la salida del argentino camino del Paris Saint-Germain, equipo capaz de pagar el salario del considerado mejor jugador del mundo.

Los presupuestos presentados en septiembre por la nueva junta prevén unos ingresos de 765 millones de euros y poder volver a números negros con un beneficio de cinco millones de euros en 2021-2022. Estas cifras parten con un escenario optimista como consecuencia de la reapertura total del Camp Nou y la venta de activos relevantes para el club, como el 49% de Barça Studios por 50 millones de euros, así como la búsqueda de un socio para otros negocios como Barça Innovation Hub (Bihub), Barça Licensing and Merchandising (BLM) y Barça Academy. El club también pretende vender los naming rights del estadio por 10 años y un máximo de 400 millones de euros.

 

Espai Barça, Superliga y CVC

El club blaugrana, que invertirá un máximo de 1.500 millones de euros en su nuevo complejo deportivo y su nuevo estadio, quiere que el público joven vuelva al estadio, sino también captarlo y poder monetizarlo. La respuesta a todos estos desafíos se llama Espai Barça.

Según la entidad, la previsión de ingresos incrementales anuales generados por el nuevo estadio es de 200 millones de euros, de los cuales un 43% irá directo a Goldman Sachs para devolver el préstamo realizado. Estos 200 millones de euros incrementales procederán, a partes iguales, de nuevos visitantes e incremento de ticketing por el aumento del aforo; de hospitality y palcos VIP y title rights.

 

 

El Espai Barça no sólo implica la remodelación del estadio, sino también la construcción del Estadio Johan Cruyff, por ahora la única pata terminada, la reurbanización de la zona colindante del Camp Nou y la construcción de un nuevo pabellón para las secciones, así como una nueva pista de hielo. En el ámbito institucional, aunque sin la visibilidad de Florentino Pérez, el FC Barcelona estuvo junto al presidente del Real Madrid en sus dos cruzadas de 2021: el proyecto para poner en marcha la Superliga europea (muerto dos días después de nacer) y la oposición a LaLiga por su acuerdo con CVC, que finalmente salió adelante sin FC Barcelona, Real Madrid y Athletic Club. P