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El Tenis Barcelona supera los 10 millones de inversión para ‘amarrar’ su futuro patrimonial

El club, el único del mundo que organiza un torneo ATP, mantiene la búsqueda de terrenos a los que poder trasladar su escuela para descongestionar las instalaciones. En ocho años, sus ingresos se han doblado, hasta ocho millones de euros.

M.Menchén

17 abr 2018 - 05:00

El Tenis Barcelona supera los 10 millones de inversión para ‘amarrar’ su futuro patrimonial

 

 

“De todos los puntos del programa electoral, sólo nos falta uno por cumplir”. Beto Agustí es consciente de que apenas le quedan seis meses para poner fin a su etapa como presidente del Real Club de Tenis Barcelona, pero confía en que próximamente podrá cerrar un acuerdo que le permita dar por cumplidas todas sus promesas: encontrar unos terrenos a los que trasladar la escuela y poder descongestionar la instalación centenaria situada en el barrio de Pedralbes. “Hemos mirado una decena de emplazamientos, y confiamos en poder asegurar el proyecto próximamente”, avanza a Palco23.

 

Será la guinda a un plan estratégico de inversiones que ha superado los diez millones de euros y que, en opinión de Agustí, les permite afirmar que “tenemos un club renovado para los próximos veinte años”. Todas estas inversiones se han acometido con recursos propios, como también harán con este nuevo proyecto que están ultimando para la academia.

 

En estos ocho años, el club ha buscado adaptarse a las demandas de las nuevas generaciones con la construcción de un polideportivo, un centro de fitness, una zona con cinco pistas de pádel y la renovación de los espacios sociales y vestuarios. “Después de esto, ya no tenemos más metros cuadrados para crecer”, asume Agustí, al frente de una entidad que voluntariamente tiene limitado en 2.500 el número de socios.

 

Los problemas de espacio (el club ha optimizado al máximo sus 23.745 metros cuadrados) le han llevado a firmar acuerdos de colaboración con instituciones del entorno para aumentar su cartera de servicios. Por ejemplo, hace ya varios años consiguieron habilitar un aparcamiento con capacidad para noventa coches en una parcela donde antes había un huerto de la comunidad de Capuchinos del barrio de Sarrià. En el plano deportivo, se construyeron cinco pistas de tenis para la escuela en el Liceo francés, un centro académico anexo a sus instalaciones.

 

 

 

 

Agustí asegura que la problemática de las pistas podrá quedar resuelta antes de que ponga fin a su mandato, sin tener que renunciar a mantener todas sus operaciones en el distrito de Les Corts o a preservar un servicio que es determinante para asegurar el relevo generacional dentro de la institución, cuya cuota de entrada ronda los 30.000 euros mediante la compra necesaria de un título a otro miembro. “Necesitaríamos seis pistas, porque hemos alcanzado el récord de inscritos con más de 700 jóvenes; es fantástico para rejuvenecer el club”, argumenta Agustí.

 

También son una fuerte importante de ingresos, pues el precio de sus cursos anuales oscila entre 500 euros y 1.500 euros, aproximadamente, según la modalidad. En total, la entidad centenaria maneja un presupuesto de ocho millones de euros, prácticamente el doble que cuando llegó la actual junta en 2008, tras imponerse en las elecciones a Sixte Cambra, actual presidente del Puerto de Barcelona. A este importe se le suman los más de diez millones de euros que genera el Barcelona Open Banc Sabadell, un torneo ATP500 que organizan con el apoyo de IMG y que les convierte en el único club social que posee un evento de este tipo en todo el circuito profesional.

 

“Hemos doblado el presupuesto que había y evolucionado para adaptarnos a las exigencias de los jugadores. Hay torneos que están sufriendo mucho, pero nosotros estamos bien y la ATP sabe que nosotros queremos tener un papel importante en el proceso de reflexión que está viviendo el tenis”, asegura Agustí. “Tenemos que estar en la pole y preparados para el cambio”, señala. En su caso cuentan con el apoyo de los tenistas, algo que enero le valió el premio al mejor torneo del circuito en la categoría de servicios al jugador.

 

 

 

 

La explotación comercial es compartida con IMG, con la que llevan treinta años trabajando y el próximo presidente deberá sentarse a negociar la renovación. “Nosotros estamos muy contentos con ellos y han un muy buen trabajo”, indica. De hecho, el próximo presidente no deberá preocuparse en exceso por la estructura de patrocinios, pues las principales asociaciones estarán aún en vigor. Con el Ayuntamiento de Barcelona hay contrato hasta 2019 y con Banco Sabadell hasta 2021; del segundo nivel, Damm firmó como cerveza para el ciclo 2016-2019, mientras que Peugeot está atado hasta 2020. Por el contrario, sí deberán sentarse a negociar con Emirates, que acaba este año.

 

Es una cita que los socios han entendido que es importante para el Tenis Barcelona, no sólo por el rendimiento económico que genera, sino también por cómo posiciona al club a la hora de captar a jóvenes talentos. Parte del mérito se lo atribuye a Albert Costa, director deportivo y sobre quien considera que ha hecho el trabajo necesario, pero que debe mantenerse, para prolongar al Tenis Barcelona en lo alto del tenis español.

 

“No podemos olvidar que somos un club de referencia en la parcela deportiva y tenemos más de cien equipos diferentes entre hombres y mujeres; habrá socios sin interés por la alta competición, pero mucha parte de nuestro prestigio viene de ahí”, recuerda el ejecutivo, que en su faceta profesional participó en el comité organizador de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y ocupó importantes responsabilidades en Havas.

 

Serán más de 100.000 personas pasando por las gradas, el Village al que aspiran decenas de empresas para organizar eventos con clientes y su calle con expositores para los patrocinadores. Los más veteranos quizás sean ajenos, siempre que no les roben su oasis de tranquilidad que son las áreas sociales. Para ellos, los que llevan más de cincuenta años como socios, el Tenis Barcelona ha creado una figura por la que pueden vender su acción a alguien más joven sin renunciar a hacer vida social, sólo a jugar al tenis. Porque tan importante es para ellos el alma social como la deportiva, un equilibrio que han mantenido durante 119 años.