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El renacido Básquet Menorca resiste el golpe del Covid y reduce su presupuesto sólo un 7%

El club, que cuenta con una estructura profesional y tiene 790 socios pese a militar en LEB plata, tomó el relevo del extinto ViveMenorca de la ACB en 2017.

Miquel López-Egea

2 feb 2021 - 04:54

El renacido Básquet Menorca resiste el golpe del Covid y reduce su presupuesto sólo un 7%

 

 

El sueño de volver. El Básquet Menorca, fundado en 2017 tras tomar el relevo al desaparecido ViveMenorca (Menorca Básquet) y que milita en LEB Plata, ha presentado un presupuesto de 420.000 euros para la temporada 2020-2021, cifra que supone sólo un 7% menos que en la temporada anterior. El club cerró la temporada en números negros.

 

El club cerró la temporada 2019-2020 con unos ingresos de 450.000 euros, pero ha tenido que reducir el presupuesto para el próximo curso en 30.000 a causa de las limitaciones en el aforamiento. Asimismo, prevé cerrar el curso sin pérdidas. El 40% de los ingresos del club se corresponden al patrocinio, mientras que el resto se divide a partes iguales entre el ticketing y las subvenciones.

 

El equipo, que cuenta con una estructura profesional pese a estar en la tercera categoría del baloncesto profesional, está presidido por el empresario catalán Oriol Segura, quien fue uno de los principales impulsores del club junto con Miki Ortiz, su gerente. El club nació con el objetivo de volver a la máxima categoría del baloncesto español, bajo el amparo del CCC Sant Lluís, que militaba en la liga EBA.

 

Entre la temporada 2005-2006 y la temporada 2008-2009, ViveMenorca militó en la máxima categoría del baloncesto español, aunque un año después descendió a Leb Oro, pero volvió a conseguir una plaza para el ascenso. Sin embargo, el 27 de junio de 2012 la directiva del club anunció su liquidación debido a su incapacidad económica para garantizar la viabilidad del proyecto ante la imposibilidad de pagar el canon 2,3 millones necesario para jugar en la máxima categoría.

 

 

 

 

El nuevo Menorca ha ascendido a LEB Plata, tiene como objetivo luchar por el ascenso a LEB Oro, ha cambiado su naming a Hestia Menorca por motivos de patrocinio y juega en el histórico Pavelló Menorca, con capacidad para 5.115 espectadores. De hecho, el club propuso ser sede de la Fase Final de la ACB que se terminó celebrando en Valencia.

 

El club terminó la temporada 2019-2020 con una media de 2.500 espectadores, alcanzando las 3.000 personas en algunos partidos y cuenta con 790 socios, cifra que no ha disminuido con la pandemia. 

 

Sin embargo, el coronavirus ha tocado las cuentas del club. “Los ingresos han disminuido en parte por la pérdida del ticketing, ya que nuestro aforo es limitado y sólo hemos podido tener hasta mil espectadores por partido”, señala Ortiz a Palco23.

 

“Las pequeñas organizaciones basamos nuestros ingresos en el público y los pequeños patrocinios, pero nosotros somos unos privilegiados porque hemos podido tener hasta mil personas de público”, considera. “Mentalmente, está siendo duro porque cada semana es una incertidumbre, pero en LEB plata estamos siguiendo unos procedimientos que ayudan a tenerlo todo controlado, teniendo en cuenta que no somos una liga profesional y algunos jugadores trabajan”, explica el directivo. 

 

 

 

 

 

De esta manera, el club ha tenido que ajustar el personal y los gastos en los viajes que, al estar ubicado en una isla, es una de las partidas más importantes. También ha tenido que aumentar los gastos por el protocolo. “De momento llevamos 4.000 euros gastados en la compra de material, pero por suerte hemos tenido alguna ayuda de la propia administración para sufragar los gastos, aunque también nos hemos tenido que hacer cargo de otros gastos básicos como haber incorporado un equipo de desinfección para dar cabida a la gente; debemos tener en cuenta que el nuestro es un proyecto que cuenta con un respaldo de una masa social que solemos arrastrar”, señala.

 

Sin embargo, Ortiz se manifiesta optimista: “ha sido una oportunidad para reinventarnos y plasmar sobre la mesa la digitalización del club, dar pasos en alternativas de ingresos que hasta el momento estaban sobre la mesa”. Entre ellas se encuentran un plan de fidelización de los socios o patrocinadores o el lanzamiento de una nueva aplicación. El club cuenta con el apoyo económico de la administración de la isla y de la Fundación Hestia, organización que protege a las personas con una enfermedad mental y con quien el club comparte varios proyectos.

 

La sombra del pasado

El objetivo ahora del club es regresar a la categoría máxima. “Es muy complicado pero nuestro objetivo es hacer las cosas bien: si tenemos cuatro, gastaremos tres; si algo nos enseñó el Menorca Básquet en su momento fue lo bien que se hicieron las cosas para llegar donde llegaron y lo fácil que puede ser tocar el cielo y rápidamente bajar al infierno”, explica. Para no volver a caer en los errores del pasado “tenemos mucha contención presupuestaria, los gastos nunca superan los ingresos, lo tenemos muy asumido”.

 

En esta línea, el directivo recuerda que “somos un club 100% profesional, independientemente de donde juguemos”. “Los jugadores, el staff y los miembros del club son profesionales, pero no queremos dar pasos más allá de nuestras posibilidad”, añade, recordando que “que vengan 3.000 personas es una responsabilidad, hay que ser coherentes y honestos con la gestión”.

 

De hecho, es gracias a esta masa social que el club está donde está: “nos han ayudado a tirar adelante, es un proyecto con mucha repercusión social y que ya la tenía jugando a EBA”, dice el ejecutivo. “La masa social estaba, pero no había un club que respondiese a ella, fue crearlo y la respuesta fue inmediata: no dejamos de ser LEB plata, pero la represión social y deportiva está por encima de la categoría”, sentencia Ortiz.