El Real Valladolid abrirá una oficina comercial en Madrid tras la llegada de Ronaldo

Ronaldo quiere que el área comercial sea uno de los motores del crecimiento del Real Valladolid. Y eso implicará tener presencia física en Madrid, donde el exfutbolista y máximo accionista del club quiere abrir una oficina que se encargue de buscar patrocinadores. Su objetivo, según explicó ayer en World Football Summit (WFS), es “encontrar partners” de perfil “nacional e incluso internacional”, pues actualmente su pirámide de patrocinios depende mucho de compañías locales.

El ahora reconvertido en empresario explicó que ese proceso exige tiempo, y todo dependerá mucho de lo que suceda durante esta temporada. “El proyecto puede consolidarse en dos o tres años, pero todo depende de cómo vaya la temporada. Nos jugamos la categoría, y la velocidad del proyecto estará determinada por si quedamos en Primera o bajamos”, señaló durante su intervención, que se produce apenas unas semanas después de comprar el 51% del equipo de fútbol.

Aunque los términos económicos de la operación no se han hecho públicos, en la industria cifran el acuerdo en torno a los 15 millones de euros por ese paquete de acciones que controlaba Carlos Suárez. El ejecutivo continuará como consejero delegado y retiene una participación minoritaria, además de la confianza de Ronaldo. “Una de las principales razones para unirme al Valladolid ha sido su decisión de quedarse y ayudarnos con todo”, señaló.

Pese a que muchas voces han querido definir esta operación como un capricho, ayer se quiso dejar claro que no es así. “No estoy comprando la ilusión, he comprado la gestión... y es mucha responsabilidad...”, defendió Ronaldo. Y añadió Julio Senn, socio del despacho Senn, Ferrero Asociados y que le está asesorando en el proyecto: “Es el momento de que el club haga su marca más grande y encuentre nuevo talento”.

Esta etapa es posible después de que se haya aprovechado el ascenso a LaLiga Santander para cancelar 18 millones de euros de la deuda asociada al concurso de acreedores, por lo que apenas quedarán unos siete millones por devolver. Lejos queda aquella suspensión de pagos de 2011, que se solventó con una quita importante respecto a los 80 millones que debía al entrar en los juzgados. Además, los dos últimos ejercicios se cerraron en beneficios y la previsión para 2017-2018 era de un resultado neto positivo superior a los tres millones de euros.