El Racing y el Ayuntamiento de Santander invertirán 4,5 millones en la reforma de El Sardinero

El Real Racing de Santander invierte en su estadio. El conjunto cántabro, recientemente ascendido a segunda división, ha hecho público un acuerdo de colaboración con el ayuntamiento de Santander, a través del cual las dos entidades invertirán 4,5 millones de euros en reformar El Sardinero, según han informado las dos entidades en una rueda de prensa conjunta.

La colaboración se extenderá durante los próximos cuatro años y será prorrogable durante cuatro años más, dependiendo de los tiempos de construcción. El consistorio invertirá 2,5 millones de euros y el club cántabro añadirá dos millones de euros más. Una comisión de seguimiento del convenio compuesta por tres representantes del ayuntamiento y otros tres del club supervisará que se cumplan los acuerdos.

Las primeras actuaciones ya han comenzado, con dos expedientes para la reparación de las puertas de acceso y la adecuación a la normativa del sistema de iluminación. A continuación, la prioridad es comenzar a reparar la cubierta, los asientos, los baños y la infraestructura del estadio.

La colaboración se extenderá durante los próximos cuatro años y será prorrogable durante cuatro años más

La administración del ayuntamiento se encargará del mantenimiento estructural de las instalaciones y de las inversiones, mientras que el mantenimiento ordinario de las instalaciones correrá a cuenta del club. Además, el estadio presentará publicidad de la ciudad de Santander en el exterior y el interior y las dos entidades también presentarán, como parte del acuerdo, actuaciones de carácter social, entre las que se encuentran becas o torneos.

El Racing de Santander cerró la temporada pasada con unos números rojos de dos millones de euros. El club, que contaba esta temporada con 8.000 abonados es propiedad del Grupo Pitma, que ha invertido más de veinte millones de euros desde su entrada al club cántabro hace algo más de cinco años.

En un momento en que el club pasaba por problemas económicos y de imagen, el Grupo Pitma y un conjunto de exjugadores salvaron al club de la desaparición en 2017 con una ampliación de capital de más de dos millones de euros, para llegar al capital social mínimo de 2,7 millones que exige el Consejo Superior de Deportes (CSD).