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El Racing inicia la refinanciación de su deuda tras entrar en números negros

El descenso a Segunda División B trastocó los planes del equipo santanderino, que con la venta de Sergio Ruiz a la Major League Soccer (MLS) y la ayuda al descenso de 1,5 millones de euros ha conseguido salvar el año del Covid-19.

Albert Ferrer

17 mar 2021 - 05:00

El Racing inicia la refinanciación de su deuda tras entrar en números negros

 

 

El Real Racing Club de Santander, en busca de oxígeno. El club cántabro inicia la refinanciación de su deuda concursal con sus acreedores para acomodar su situación financiera a la crisis del Covid-19. Tras haber vuelto al fútbol profesional la temporada pasada cuatro años después de su estancia en Segunda División B, el club no pudo salvar la categoría en la temporada 2019-2020 y descendió de nuevo al fútbol semiprofesional en un año atípico, en el que el Coronavirus fue el actor principal. Pese a ello, las ayudas recibidas y alguna de sus ventas ha permitido a la entidad cerrar el ejercicio 2019-2020 en números negros.

 

El club está inmerso en un concurso de acreedores desde 2012, que debía levantarse el pasado diciembre con un último pago del 50% de la deuda total (unos seis millones de euros) y, tras el descenso a Segunda División B y la falta de liquidez para llevar a cabo el pago de esta cantidad, solicitó al juez una modificación del convenio para repartir el pago en pequeñas fracciones durante los próximos cinco años. El magistrado ha dado trámite a la propuesta y ha trasladado el recurso a los acreedores, que el club confía que terminen aceptando la propuesta.

 

En 2016, el Grupo Pitma, un grupo empresarial cántabro, se hizo con la mayoría del club y con el paso de los años ha ido aumentando su peso accionarial, llegando a controlar el 75% del capital del club en la actualidad. “Hay un compromiso y una responsabilidad con el club por parte del Grupo Pitma; quiere hacer un proyecto a medio-largo plazo”, explica Víctor Alonso, director general del Racing de Santander, a Palco23.

 

En un momento en que el club pasaba por problemas económicos y de imagen, el Grupo Pitma y un conjunto de exjugadores salvaron al club de la desaparición en 2017 con una ampliación de capital de más de dos millones de euros, para llegar al capital social mínimo de 2,7 millones que exige el Consejo Superior de Deportes (CSD).

 

 

 

 

Tras la negativa de algunas entidades bancarias a abrir una línea de crédito al club santanderino, el propio Grupo Pitma habilitó una línea de crédito para dotar de liquidez a la entidad. Esta aportación de recursos ha ido disminuyendo a medida que el club ha ido generando suficientes recursos propios con traspasos y su propia actividad ordinaria. Hasta ahora, el Grupo Pitma ha hecho un desembolso de 22 millones de euros en el club desde su entrada hace cinco años.

 

Tras haber descendido esta pasada temporada a Segunda División B, el equipo recibió una ayuda al descenso por parte de LaLiga, que reparte las cantidades en función de los años que un equipo ha estado en el fútbol profesional. Al haber sido partícipe únicamente de una temporada en Segunda División A, el Racing obtuvo 1,5 millones de euros en concepto de ayuda, a lo que se deben sumar 750.000 euros de la venta de Sergio Ruiz a la liga estadounidense y los ingresos por ticketing durante los meses previos a la pandemia, que permitieron al club terminar la campaña en números negros, con un superávit de 340.000 euros.

 

El Racing trabaja para la temporada 2020-2021 con un presupuesto de cerca de cuatro millones de euros, de los cuales 1,8 millones corresponden a los salarios del primer equipo. La diferencia respecto al año anterior, cuando el presupuesto total fue de 9,1 millones, ha llevado al club hacer una fuerte apuesta por la cantera, estableciendo hasta siete futbolistas del filial en el primer equipo.

 

El propósito inicial del club contemplaba cerrar 2020-2021 con un beneficio de 76.000 euros, si bien Víctor Alonso señala que el balance final depende de la evolución de la pandemia y de la reapertura y el aforo que sea capaz de albergar El Sardinero.

 

“La inversión en el club tendrá que crecer; no es la situación óptima, pero para volver al fútbol profesional es lo que se debe hacer”, recuerda el ejecutivo. La estrategia de la entidad pasa por captar a los jóvenes talentos y aglutinar a las mejores promesas de Cantabria en el fútbol base del Racing para que puedan desarrollarse como futbolistas y terminar asentándose en el primer equipo.

 

 

 

 

Para ello, el club ha invertido entre 100.000 euros y 200.000 euros en tecnología para medir la evolución física, táctica y técnica de los jóvenes atletas del fútbol base, pues Víctor Alonso defiende que, en cuanto a instalaciones, el Racing ya tiene todo lo necesario para formar a la próxima hornada de futbolistas como lo fueron en su día Sergio Canales o Pedro Munitis.

 

En cuanto a la obtención de negocio, la entidad ha mantenido a prácticamente todos los patrocinadores con los que trabajaba la temporada pasada, si bien estos se han ajustado a los precios de mercado que conlleva el hecho de jugar en una categoría inferior, pasando de ingresar 1,5 millones de euros a cerca de 800.000 euros esta campaña.

 

El conjunto cántabro inició la temporada con 8.000 abonados, un descenso del 27% respecto a la temporada pasada, en la que el club contaba con 11.055 abonados. Tras los continuos cierres y aperturas de estadios decretados por el Gobierno a causa de la evolución de la pandemia, el club de Santander inició la temporada con 1.000 espectadores en las gradas, ampliando el aforo hasta una cantidad entre 4.500 y 6.600 espectadores antes de decretarse el cierre total del público. Actualmente, el Racing ha disputado sus dos últimos partidos en El Sardinero con más de 6.000 abonados presentes.