El PSG logra los permisos para su ciudad deportiva de 250 millones de euros

El Paris Saint-Germain (PSG) está hoy un paso más cerca de tener su primera ciudad deportiva 100% propia. El campeón de la Ligue-1 ha recibido todos los permisos ambientales y constructivos que necesitaba para construir un complejo que ocupará 74 hectáreas y que, de mantenerse las previsiones iniciales, supondrá una inversión de más de 250 millones de euros. La inauguración está prevista para 2022.

El centro de entrenamiento, ubicado a 25 minutos del Parque de los Príncipes, contará con 17 campos de fútbol y un estadio con capacidad para 3.000 espectadores en el que disputará sus partidos el equipo femenino, cuya preparación se mantendrá en el actual Ooredoo Center. El plan también contempla dos dojos para la sección de kárate y 4.000 metros cuadrados de instalaciones para el equipo de balonmano. Además, habrá espacios de entrenamiento al aire libre con una superficie de 150.000 metros cuadrados.

“Esta nueva sede multideportiva es una parte clave de la estrategia de desarrollo del club”, señala la dirección en un comunicado, en el que se muestra convencida de que el complejo “se posicionará como un destino deportivo de alta calidad para atletas y talentos de todo el mundo”. Para eso habrá que esperar todavía tres años hasta que finalicen los trabajos de construcción, que se espera que puedan iniciarse en 2020.

El PSG ha eliminado su equipo filial para concentrar el salto al primer equipo en el sub-19

Este proyecto discurre en paralelo a la reestructuración de su fútbol formativo, que se ha saldado con la eliminación de su filial. A partir de ahora, el equipo sub-19 será el último escalón antes de subir al primer equipo. En los últimos meses han sido varios los jugadores que se han saltado la etapa del filial para ser convocados directamente por el primer equipo. Desde el club parisino afirman “que su equipo reserva ya no ofrecía las condiciones deseables para el desarrollo de sus jóvenes talentos”.

El club concluyó la temporada 2017-2018 con una facturación ordinaria de 535,8 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 10,8% interanual. Además, dejó atrás los números rojos de 18,8 millones que registró en 2016-2017 y se anotó unas ganancias de 39,6 millones de euros. El club no desvela qué razones explican este importante salto, en plena investigación de sus finanzas por parte de la Uefa.

De no ser por la persistencia del apoyo financiero de Qatar y el rally impuesto de traspasos, la entidad habría sufrido en realidad un agujero económico superior a 100 millones de euros, ya que el resultado procedente de operaciones ordinarias fue negativo en 101,26 millones de euros.

Esto fue debido a que el gasto en salarios y amortizaciones de fichajes continúa estando muy por encima de lo que realmente genera el equipo presidido por Nasser Al-Khelaïfi, que destinó 343,25 millones de euros al pago de nóminas, un 23,9% más, mientras que el impacto de los fichajes se dispararon un 59,7%, hasta 147,68 millones de euros.