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El Polo de Barcelona prepara 5 millones para potenciar su área de ‘fitness’

La institución deportiva, una de las más importantes de Barcelona, invertirá en nuevos servicios para retener a los socios jóvenes y dotarse de un mayor componente tecnológico, sin dejar de cuidar sus cinco secciones.
El Polo de Barcelona prepara 5 millones para potenciar su área de ‘fitness’
El Polo de Barcelona prepara 5 millones para potenciar su área de ‘fitness’

Marc Menchén

2 ago 2017 - 05:00

curro espinos presidente polo barcelona

 

El Real Club de Polo de Barcelona (Rcpb) se enfrenta a uno de sus retos más importantes de cara al futuro: el nuevo consumidor. Desafío compartido por toda la industria, pero especialmente relevante en una institución centenaria en el que la presencia de los jóvenes depende mucho del núcleo familiar. La nueva junta directiva, que entró hace ahora año y medio, ha tomado nota, y ha diseñado un plan de inversiones de casi cinco millones de euros para dar un restyling a su carta de servicios y adoptar las nuevas demandas.

 

Curro Espinós, presidente del club, explica a Palco23 que su equipo ya ha puesto en marcha “un plan de ahorro para en un plazo de dos años invertir en una piscina y un gimnasio. Lo vamos a hacer con fondos propios”. Se trata de una de las mayores inversiones planificadas por la entidad en los últimos tiempos, después de una fase en la que “hemos ido adaptando poco a poco el club”. Eso sí, el empresario deja claro que “reformaremos espacios ya existentes y, en ningún caso, supondrá reducir las secciones”.

 

El foco de esas actuaciones se centraría en el Sport Center, hoy a caballo entre las dependencias propias del Polo y las del Hotel Rey Juan Carlos y que, pese a todo, en 2016 ya generó unos ingresos de 326.000 euros, un 10% más. Esta alianza se remonta a 2011, cuando ya se apreció la creciente demanda del servicio de fitness entre los socios y se optó por ampliar la oferta alquilando el gimnasio y las dos piscinas del establecimiento turístico, que se sumaba a su sala de 200 metros cuadrados.

 

“Lo hemos potenciado mucho para que nadie pueda decir que tenemos un déficit respecto a los gimnasios. Además, es un complemento muy bueno para aquellos socios que han dejado las secciones deportivas y la competición”, resume Espinós, quien enfatiza a lo largo del encuentro que el núcleo del club deben seguir siendo las diferentes disciplinas y el fomento del deporte en familia a través de los campeonatos.

 

“Si bien vamos a seguir potenciando todo esto, las secciones son el alma del club y eso no va a cambiar”, argumenta, sobre los orígenes del Rcpb, fundado en 1897. Además, del polo, la hípica, el hockey hierba, el tenis y el pádel son las disciplinas que trabajan y a las que destinan unos cinco millones de euros del presupuesto, según la información económica que publica la entidad.

 

Espinós aspira a que no se conviertan en “un club de clubes, sino que debe haber mucha relación entre las secciones. No queremos que eso se pierda y estamos trabajando en ello”. Lo que sí han conseguido es desde hace años es “potenciar el concepto de familia”, algo que han logrado a través de “organizar el máximo de competiciones en todos los niveles de juego”, para que pueda jugar cualquier persona y, sobre todo, fomentar que los padres acudan a ver a sus hijos. “Que los padres los lleven los domingos”, sintetiza el presidente del club.

 

La lista de torneos es larga, y constan todo tipo de competiciones, ya sean locales, autonómicas, nacionales e incluso de ámbito internacional, como un torneo junior coincidiendo con la Copa Davis de tenis o un torneo de hockey coincidiendo con el puente de la Inmaculada al que acuden mil niños. “Hay cerca de 1.600 niños en nuestra escuela y buscamos actividades para revitalizar su espíritu”, comenta Currós, sobre una línea de negocio que alcanzó los 2,22 millones el año pasado. Esta cifra no incluye los 622.875 euros en clases particulares.

 

Para ofrecer un servicio adicional, también se ha decidido dar un mayor componente tecnológico a la preparación de los socios, en el que se enmarca el patrocinio de Sharp. La revolución más visible ha sido la implantación de Foxtenn, un sistema similar al Ojo de Halcón y validado por la ITF y la ATP que, a través de 22 cámaras, permite analizar al detalle los entrenamientos. “Queremos que sea una ayuda objetiva, primero para la escuela de competición de tenis y, poco a poco, para el resto de secciones”, desvela.

 

Con el resto de socios, un total de 10.617, también se está trabajando en una mayor digitalización de los procesos y, por ejemplo, que en un tiempo se puedan realizar reservas a través del móvil. “Estamos trabajando el big data para tener más información de nuestros miembros y así poder mejorar su experiencia, por ejemplo dándole valor añadido con los patrocinadores”, argumenta Currós.

 

 

Las marcas vinculadas al Polo, entre las que figuran Seat, Damm, CaixaBank, BDO, Drop Shot, Factor Energía y Segura Viudas, aportaron 421.401 euros en 2016, aunque para este 2017 se espera alcanzar los 522.050 euros. Algunas están vinculadas al club todo el año y otras sólo de forma puntual para alguno de los eventos que organizan, como el World Padel Tour (WPT), el circuito sénior de la Federación Internacional de Tenis (ITF) o el Barcelona Polo Challenge Negrita Cup.

 

No obstante, la joya de la corona en esta parcela es el CSIO Barcelona, la final mundial de saltos de caballo. Es uno de los eventos que más visibilidad dan a la institución en el conjunto de la ciudad, y ya se está trabajando en cómo adaptarse al nuevo formato impuesto por la Federación Ecuestre Internacional (FEI), por la que ya no habrá una sola final, que desde hace cinco años era en Barcelona, sino que será un circuito mundial con parada igualmente en la capital catalana. “La actividad y la integración que genera con la sociedad barcelonesa va a continuar, lo único que tendrá una afectación en términos de audiencias y de presupuesto en premios”, admite Currós.

 

No es algo que inquiete demasiado en la institución, que en los últimos cuatro años ha logrado acumular un beneficio neto de 301.765 euros. Además, los ingresos han pasado de 19,68 millones a 21,07 millones de euros entre 2013 y 2016, mientras que la previsión para el año en curso apunta a una facturación que rozará los 22 millones. Además, su patrimonio neto es de 14,9 millones y no tiene deuda con la banca. “Estamos ya en niveles previos a la crisis y el saldo neto entre altas y bajas de socios ya empieza a ser positivo”, desvela el presidente.

 

No es una cuestión baladí, ya que el Polo, que en su punto álgido tuvo 10.900 socios, ya está en 10.617, por lo que vuelve a fortalecer su base. Cada socio debe pagar una cuota de entrada que actualmente se sitúa en 25.500 euros a fondo perdido, además de la necesidad de contar con el aval de dos miembros. Esta cuota se rebaja considerablemente para familiares, cuyo canon de acceso va desde los 13.500 euros de un padre o un hermano, a los 4.600 euros de un cónyuge, y entre 380 euros y 4.600 euros en función de la edad de los hijos. A partir de aquí, la cuota mensual de los adultos es de 114,95 euros.

 

“No tenemos el club cerrado, pero tampoco somos activos en la captación porque la marca está muy fuerte. Lo que sí es cierto es que el ámbito de actuación ha cambiado, y ahora alguien que vive fuera de Barcelona ya no ve la distancia como una barrera”, valora. Además, considera que los núcleos familiares y las amistades siguen siendo la clave para seguir creciendo. “Aquí hay tantas actividades que incluso puede parecer una segunda residencia”, bromea.