Clubes

El Monbus Obradoiro busca amarrar su futuro con una ciudad deportiva propia

El club gallego de la ACB, que la temporada pasada facturó tres millones de euros y perdió casi 100.000 euros, reclama más apoyo institucional.

El Monbus Obradoiro busca amarrar su futuro con una ciudad deportiva propia
El Monbus Obradoiro busca amarrar su futuro con una ciudad deportiva propia

Guillermo G. Recio

17 ene 2018 - 04:59

El Obradoiro cerró 2016-2017 en pérdidas por el gasto adicional de 300.000 euros en jugadores debido a lesiones importantes

 

El baloncesto en Galicia mira hacia el futuro, pese a una temporada 2016-2017 en rojo. El Monbus Obradoiro es uno de los conjuntos con menos recursos de la ACB e intenta cada año competir en la máxima liga de baloncesto en España y ser sostenible. Aun así, la pasada temporada se cerró con unas pérdidas de 98.582 euros.

 

El director general del club, José Luis Mateo, explica a Palco23 que en 2015-2016 obtuvieron unos beneficios de 143.728 euros, en 2014-2015 un resultado positivo de 68.470 euros y en 2013-2014 unas ganancias de 49.655 euros. Estas cifras están por encima del resultado neto medio de los clubes de la ACB, que ha sido negativo en los últimos años, según Mateo.

 

“El consejo de administración del club, que está formado por once empresarios, tiene muy claro que el primer gran objetivo es que el Proyecto Obradoiro sea sostenible en el tiempo, y eso solamente se consigue a través de una gestión responsable y de cariz empresarial”, señala.

 

El motivo de las pérdidas de la temporada pasada se debe, principalmente, “a que tuvimos una plaga de lesiones en jugadores muy importantes que obligó a realizar un gasto adicional de casi 300.000 euros para mantener la categoría”. Este resultado negativo, comenta Mateo, se cubrirá “con los resultados positivos de siguientes temporadas”.

 

 

 

 

La campaña 2016-2017 se cerró finalmente con una cifra de negocio de tres millones de euros, contando con el desembolso en plantilla que se hizo fuera del presupuesto. Para 2017-2018, la idea es contar con 2,79 millones, 30.000 euros más que lo previsto el pasado año.

 

Aunque sea poco a poco, “nuestro presidente siempre dice lo mismo, y yo me identifico plenamente con ese discurso: crecer”. Tras organizar la Copa del Rey en 2016, ahora aspiran a albergar una Supercopa ACB  y avanzar en el proyecto de la construcción de una ciudad deportiva. Actualmente, cuentan con 125 jugadores que entrenan en seis pabellones diferentes, algunos de ellos públicos y otros de escuelas con convenios.

 

Durante el último curso, la empresa Leche Rio, que fue el patrocinador principal junto a Monbus en las cuatro últimas temporadas, no renovó con los mismos activos y se quedó sólo con presencia en el uniforme y el pabellón. En este segmento, los ingresos del club se vieron compensados con una nueva alianza de cuatro temporadas con Estrella Galicia, manteniéndose Monbus al frente. “Creo que ahora somos más fuertes y que las 180 empresas que colaboran con el club ven que somos un excelente vehículo de comunicación y asociación de valores”, argumenta.

 

 

Desde la temporada 2011-2012 hasta 2016-2017, se redujo un 27,7% el importe dedicado a la plantilla hasta 1,7 millones de euros, lo que Mateo achaca a una leve reducción de sus ingresos y a “los cambios fiscales producto de la supresión de la llamada Ley Beckham, que en muchos casos elevo el coste club de los jugadores extranjeros en un 20%”.

 

El Monbus Obradoiro es uno de los clubes de la ACB con menos recursos de la categoría y cuenta sólo con 68.016 euros de subvenciones, mientras que la media de aportaciones públicas a los conjuntos de la ACB fue el pasado año de 873.653 euros, según un estudio del sector al que se refiere Mateo.

 

“No hay punto de comparación ni con otras SAD de baloncesto en Galicia ni con otros clubes de la ACB, con los que competimos cada domingo en inferioridad de condiciones, pero es nuestra realidad y tratamos de convivir con ella”, explica mientras detalla que unos investigadores de la Universidad de Vigo cifraron el impacto económico en la ciudad de Santiago de Compostela superior a los tres millones de euros por temporada.

 

El directivo, que antes de aterrizar en Galicia estuvo ligado al Lucentum Alicante, argumenta que a ese impacto económico “deberíamos añadir la imagen que el club y el deporte proyecta de una ciudad, que es eminentemente turística, fuera de ella”. “Sinceramente, creo que las instituciones de Galicia se acordarán del Obra cuando no esté”, critica.