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El Eibar, un club humilde con salud económica de hierro

M.Menchén

18 nov 2015 - 04:58

Éibar es un pequeño municipio de Guipúzcoa, situado en el Valle de Deba y a medio camino entre Bilbao y San Sebastián. A orillas del río Ego, su actividad económica siempre ha estado vinculado al tratamiento del hierro, algo que podría explicar la buena salud de su equipo de fútbol. El logro de varios ascensos de categoría consecutivos ha implicado constantes aumentos de la cifra de negocio, pero hay algo que no ha cambiado: su alto nivel de rentabilidad y su fuerte posición de liquidez desde que juega en La Liga.

 

Hace dos temporadas, en la 2012-2013, el club apenas facturó 1,79 millones, cifra que en el último ejercicio, el primero en la élite del fútbol español, ya alcanzó los 18,86 millones de euros. Y la previsión para esta temporada pasa por incrementar ese importe en un 72%, hasta los 32,454 millones. Pese a estos fuertes aumentos de la facturación, la entidad presidida por Alex Aranzábal ha sabido controlar los costes, que han crecido a menor ritmo.

 

Eibar celebración gol
El Eibar es uno de los clubes de Primera que menos dinero dispone para formar su primer equipo.

 

Mientras que los ingresos ordinarios crecieron un 366,5% en su conjunto durante la campaña 2014-2015, los costes lo hicieron en un 302,5%. Ambas estructuras están fuertemente influenciadas por dos partidas específicas, que son las que sustentan el negocio de la industria: los derechos de televisión y las retribuciones de la plantilla, y en ambos casos se produjeron desviaciones que se autocompensaron.

 

Por un lado, Mediapro acabó abonando 15,28 millones por los derechos audiovisuales, 1,5 millones más de lo previsto por “las liquidaciones variables de final de temporada”. Además, la firma de patrocinios como el de Wiko y el puntual de una empresa china para un partido frente al Real Madrid mejoraron los ingresos por patrocinio y publicidad, que crecieron por encima de lo previsto, al pasar de 820.491 euros a 2,337 millones.

 

También se registran los 600.000 euros de Albacar, que pagó su cláusula de rescisión en el mercado de invierno. En este punto, cabe destacar que este traspaso prácticamente ya generó más dinero que lo percibido por el club en concepto de socios y abonados. Se trata de una situación marcada por las reducidas dimensiones de Ipurua, el campo más pequeño de La Liga y que, además, por razones de ubicación tampoco puede crecer mucho más en aforo. Un escenario que les acabará penalizando de cara al nuevo reparto televisivo.

 

En cualquier caso, toda esta actividad permitió mantener una plantilla que, pese a que la permanencia en Primera se logró por el descenso administrativo del Elche CF, se embolsó una prima de 2,51 millones por la consecución de este objetivo. También se contabilizaron indemnizaciones a personal deportivo por 451.024 euros, que en parte incluyen la indemnización del entrenador Gaizka Garitano, destituido. En total, los costes laborales subieron a 10,9 millones, casi cuatro veces más que lo abonado en Segunda.

 

 

 

 

Ello ha permitido al club obtener un beneficio creciente, tanto en términos absolutos como en términos porcentuales si se evalúa su peso sobre los ingresos. En la 2013-2014, la última en Segunda División, el club armero ganó 456.175 euros, equivalente al 11,28% de la cifra de negocio. Este ratio ya alcanzó el 19% en la 2014-2015, cuando el resultado neto se situó en 3,58 millones. Y en el actual ejercicio, que aspiran que sea el de su consolidación en Primera, estiman un beneficio antes de impuestos de 10,81 millones, por lo que este indicador podría rozar el 25%.

 

Otros indicadores de la solvencia del club es que no depende de traspasos para cuadrar sus cuentas, su endeudamiento neto en términos de La Liga es nulo y, de hecho, no tiene préstamos bancarios. Es más, tiene depósitos a largo plazo en entidades financieras por 8,05 millones de euros y un tipo medio del 0,75%. Son imposiciones constituidas en el ejercicio actual, ya que en la temporada anterior no existían.

 

 

 

Proyecto estratégico en torno a Ipurua

 

El fuerte control de costes también ha permitido a la entidad destinar un 10% de los beneficios a dotar la reserva legal, equivalente a un 20% del capital social. En la temporada 2013-2014 estaba asegurada, pero se destinaron parte de las mismas a cubrir la ampliación de capital.

 

En la memoria que se presentará a los accionistas en la próxima junta, prevista para el 17 de diciembre, Aranzabal asegurará que el Eibar ha dado “pasos firmes hacia su consolidación dentro del fútbol profesional en los diferentes ámbitos de gestión”. Además, “inició una ambiciosa remodelación del estadio de Ipurua con la construcción de la Tribuna Norte y la puesta en marcha del plan estratégico”.

 

El mismo pretende poner en valor la aportación económica del club a la comarca, así como implicar a toda la sociedad civil en un proyecto al que quieren dotar con 21 millones de euros y que implica aprovechar los espacios interiores y aledaños de Ipurua para crear un polo de formación deportiva.