Clubes

El CN El Balís recupera el alma de los deportes acuáticos de motor con el europeo de motos de agua

El club ubicado en Sant Andreu de Llavaneres (Barcelona) ha apostado por la competición P1 Aquax para revitalizar la zona, captar nuevos socios y hacer que este deporte crezca en el país.

Guillermo G. Recio

20 oct 2017 - 04:58

El CN El Balís recupera el alma de los deportes acuáticos de motor con el europeo de motos de agua

 

 

Un club con 50 años a sus espaldas que no deja de innovar y de apostar por competiciones nunca vistas en España. El Club Náutico El Balís, situado en el municipio barcelonés de Sant Andreu de Llavaneres, albergó el pasado fin de semana el campeonato europeo de motos de agua, con la idea de recuperar el espíritu de una práctica deportiva muy afectada por la crisis.

 

“En la fundación del club ya nos situamos como impulsores del deporte, en especial de la vela, que ha seguido subiendo estos años, pero otros deportes de motor han notado mucho la crisis”, explica a Palco23 el presidente del CN El Balís, Fran Ripoll.

 

El objetivo de acoger la competición P1 Aquax era “hacer club”. “Estamos satisfechos de la inversión si nos trae un socio más”, señala Ripoll, ya que destaca que tienen pérdidas soignificativas en la parcela deportiva al albergar todo tipo de eventos.

 

El directivo remarca que aunque estas competiciones son deficitarias, “son muy rentables para el entorno y para el mundo náutico”. “Ello también ayuda a revitalizar la zona, ya que se nota la llegada de 80 pilotos con sus familias”, defiende.

 

 

Lisa Barsby, directora de P1 Aquax y excampeona mundial de motos de agua, comenta que “la competición se sostiene de la inversión que se hace desde los equipos, los patrocinadores y las instalaciones que quieren tener este evento”. De momento, es la primera edición europea que se ha celebrado, con la tercera y última parada en Barcelona.

 

Ripoll critica la dificultad de conseguir socios oficiales porque se trata de un deporte “poco mediático”, pero Barsby añade que, a pesar de ser un sector pequeño, “hay muchas marcas interesadas”, desde fabricantes de motos como Kawasaki a las petroleras como Repsol o fabricantes de aceite.

 

La responsable de la competición también destaca que a pesar de cómo ha afectado la crisis a esta práctica deportiva, “vemos un alza en estos deportes gracias al alquiler de las motos, que es más low cost y permite a más gente acceder a ello”.

 

Este punto también lo comparte Ripoll, que se muestra optimista cuando piensa en cómo evolucionará la náutica: “¿Hacia dónde va? Yo tengo un barco y me pregunto si mis hijos lo tendrán, lo alquilarán o compartirán”, dice. “Puede ser mucho mejor que ahora, porque los 800 amarres se pueden transformar en muchos clientes más si se comparten los barcos”, ejemplifica.

 

 

De hecho, el presidente del CN El Balís considera que es difícil pronosticar el futuro de este sector, ya que “es un deporte que a todos nos cuesta dinero y sólo valen emociones”. “Actualmente estamos a niveles precrisis en cuanto al uso”, aunque están inmersos en la búsqueda de nuevas formas para incrementar la utilización de las instalaciones durante todo el año.

 

“Tenemos varios proyectos en estudio, como algunos modelos que se están aplicando en Málaga para buscar abonados durante los 9 meses fuera del verano”, puntualiza Ripoll, que pone en valor que mientras que anteriormente el 100% de sus socios eran veraneantes ahora ese índice ha caído hasta el 60%.

 

El CN El Balís, fundado en 1966, cuenta con 3.100 miembros que acceden al desembolsar una entrada a fondo perdido de 2.500 euros y pagan una cuota mensual de 50 euros. “Muchos gimnasios de Barcelona están cobrando el doble por acceder a sus instalaciones”, argumenta Ripoll.