El Celta apuntala su patrimonio tras lograr un beneficio récord de 15 millones la última temporada

El Celta de Vigo no sólo atraviesa un buen momento en el plano deportivo. El club, cuarto clasificado tras una semana en la que incluso logró golear al FC Barcelona, encara el actual curso en su mejor momento de la historia a nivel económico. La temporada 2014-2015 se logró cerrar con un beneficio récord de 15 millones de euros, se logró cancelar prácticamente toda la deuda existente y se ha logrado apuntalar el patrimonio del club con la compra de una nueva sede corporativa.

Carlos Mouriño, presidente del conjunto gallego y máximo accionista con el 51,3% del capital, afirmaba hace unas semanas que "pocos clubes pueden encontrarse en este tipo de situación tan sumamente favorable". Este año han logrado cancelar 6,525 millones de su deuda con la Agencia Tributaria (entre deuda concursal y pagos corrientes) y también ha logrado dejar a cero sus compromisos con Abanca. En este sentido, cabe señalar que de los 3,9 millones que se le debían a la entidad financiera, dos millones se cancelaron a cambio de publicidad en el pantalón del primer equipo.

El empresario aseguró que la deuda neta del club está a cero, ya que los compromisos pendientes de pago (restan unos 3,8 millones de deuda concursal y algunos pagos a otros clubes). Eso sí, todavía restan por saldar 8,1 millones de euros al propio Mouriño, que en su día concedió dos préstamos participativos para adelantar pagos. En este sentido, cabe señalar que si optara por capitalizar ambos créditos en lugar de recuperar su inversión, su peso en el accionariado podría reforzarse aún más.

Esta paulatina reducción de la deuda ya estaba contemplada en el presupuesto para este ejercicio, que contemplaba un beneficio de 3,6 millones de euros. Sin embargo, las previsiones se han acabado pulverizando y el resultado neto que se presentará en la próxima junta de accionistas será de 15 millones. Buena parte del mérito se debe a las plusvalías obtenidas por los traspasos de Larrivey al Al Wasl de Dubái (2 millones) y Santi Mina al Valencia CF (10 millones).

Se trata de ingresos no previstos en el presupuesto que Mouriño presentó en diciembre de 2014, por lo que la facturación del Celta de Vigo en la última temporada finalmente se situó en 48,.711 millones de euros, frente a los 34 millones que se presupuestaron. Desde el departamento financiero del club matizan que “el fuerte incremento del resultado neto, sobre la cifra prevista, no solamente se debe a la venta de Santiago Mina; en general hay una mejora de casi todos los epígrafes de ingresos”.

La principal fuente de ingresos fue la televisión, con 22 millones, muy por encima de los acuerdos de publicidad (3,86 millones), las cuotas de abonados y socios (3,79 millones) y los cobros por participación en competiciones y quinielas (1,17 millones). A esta cifra hay que añadir el millón de euros de las tiendas, los 136.000 euros de las cantinas del estadio de Balaídos y otros ingresos por 1,35 millones. “La mejora es generalizada” respecto a estas cifras, según enfatizan desde el equipo ejecutivo que lidera el director general, Antonio Chaves.

Esta fortaleza económica es la que ha permitido al Celta realizar una importante inversión de 11 millones de euros en nuevos fichajes o la compra del 100% de los derechos económicos que ya formaban parte de la plantilla pero que en su día no se adquirieron en su totalidad. Al mismo tiempo, se han destinado otros 2,5 millones a la remodelación de Balaídos que está ejecutando junto a la Administración y ha podido afrontar sin problemas la compra de la sede del Círculo Mercantil por cinco millones.

El club pagó 3,75 millones de euros al contado y presentó avales por otros 1,25 millones; a ello hay que sumar los costes de las obras de adecuación, que no han trascendido. El inmueble, ubicado en el centro de Vigo, ocupa 2.800 metros cuadrados repartidos en cinco plantas y será una de las palancas de crecimiento en el medio plazo junto a los derechos de televisión gracias al nuevo modelo de venta centralizada (unos siete millones adicionales, en la 2015-2016). Y también de ahorro, porque Mouriño explicó en abril que lograrán un ahorro mensual de 16.000 (192.000 euros al año) sólo por abandonar las dependencias que actualmente ocupa en régimen de alquiler en otro punto de la ciudad.

A nivel de negocio, el Celta confía en mejorar su facturación con la apertura de una tienda Adidas en los bajos de la nueva sede. "Venderá productos del Celta y toda la línea de Adidas, que los aficionados no podrán encontrar en otros sitios", aseguró Mouriño este verano. "Hay un potencial muy grande", añadió, ya que también se abrirá una cafetería temática (no han definido si la gestionará internamente o la sacarán a concesión) y tienen "casi cerrado" un acuerdo para abrir una policlínica. También se trasladará ahí la residencia de futbolistas.

Estabilidad accionarial

Después de los problemas que supuso la suspensión de pagos en 2008, la estabilidad institucional y accionarial reina hoy en Balaídos. Mouriño logró hacerse con el control mayoritario del club a finales de 2014, después de adquirir por 5,5 millones de euros el 24,6% que controlaba Abanca después de que en el marco del concurso de acreedores capitalizara parte de su deuda. La operación suponía valorar el club en unos 22 millones y elevaba al 51% la participación del empresario.

Por detrás suyo aparece como socio de referencia Play Interncional BV, una empresa de representación que ostenta el 8,3% y que lidera el exfutbolista Diego Placente; de hecho, al igual que Abanca, es una participación derivada de la conversión de deuda que el club tenía con varios exfutbolistas en acciones. La familia Barros y y la plataforma Equipo Celeste también tienen paquetes accionariales importantes.

Todos estas capitalizaciones de deuda, que a su vez ayudaron a reforzar el patrimonio del club, también ayudaron a rebajar drásticamente el pasivo, que pasó de 67,5 millones a 30,5 millones de euros.