Clubes

El Barça plantea un Erte ‘light’ a los sindicatos y traslada la presión del recorte a los jugadores

El club azulgrana busca recortar gastos en alrededor de 200 millones de euros en la temporada en curso. En la negociación, que comenzó ayer, el club plantea ajustes temporales en áreas donde la pandemia obligue a parar.

Marc Romero

22 oct 2020 - 04:58

El Barça plantea un Erte ‘light’ a los sindicatos y traslada la presión del recorte a los jugadores

 

 

 

El Barça y el comité de empresa empezaron ayer unas negociaciones a las que les falta la pata principal: los jugadores del primer equipo. A la espera de su llegada, la entidad culé ha puesto sobre la mesa el plan de ajuste que afectará directamente a los trabajadores en forma de expediente de regulación temporal de empleo (Erte). Aplazamientos en las aportaciones a los fondos de pensiones o cambios en las primas por éxitos deportivos son otros de los capítulos en los que la dirección podría incidir.

 

El comité de empresa, que la semana pasada pidió una mesa de negociación independiente a la de los jugadores, sí que estuvo presente en la reunión celebrada ayer y escuchó los motivos por los que la entidad necesita ajustar sus gastos.

 

El club necesita recortar alrededor de 200 millones de euros para salvar “una temporada que quedará afectada en su totalidad”, aseguró ayer el Barça en un comunicado en el que se cifraba en más de 30% la caída de ingresos para este año, “lo que obliga a encontrar soluciones inmediatas que ayuden a recortar el capítulo de ingresos”.

 

 

A diferencia del pasado marzo (en el marco del estado de alarma decretado en España por el Covid-19), en esta ocasión el Barça ha propuesto un Erte de menos impacto entre sus trabajadores. Teniendo en cuenta que el club asume que el problema no radica en la plantilla corporativa, la propuesta inicial del Barça ha sido la de incluir en el expediente a menos de la mitad de los trabajadores, según fuentes cercanas a la negociación consultadas por Palco23.

 

Sobre la mesa, que debe concluir como muy tarde el 5 de noviembre, también se ha puesto la posibilidad de realizar alguna suspensión temporal de contrato, aunque esta sólo se realizaría en aquellas áreas en las que la pandemia obligara a parar la actividad. Por ejemplo, en el caso de que el Camp Nou se siga prohibiendo la entrada de público, los trabajadores del departamento de ticketing podrían verse afectados por esta medida.

 

Aun así, las mismas fuentes apuntan que el gran paquete de medidas se enfocarían más hacia otros aspectos, como un posible aplazamiento de las aportaciones mensuales al plan de pensiones de los trabajadores o una modificación de las primas que los empleados reciben por los títulos conseguidos por el primer equipo.

 

En un comunicado enviado a los trabajadores, el consejero delegado de la entidad, Óscar Grau, habló de una “adecuación salarial transitoria”, aunque no se detalló que implicaba esta adecuación.

 

 

 

De la reunión de ayer, ambas partes llegaron a la conclusión de que la reducción principal deberá realizarse en el capítulo de los salarios deportivos, concretamente en los de la plantilla del primer equipo. De hecho, en la primera nota emitida por el club en la que convocaba a todas las partes a la reunión de hoy, ya se excluyeron a los jugadores de las secciones.

 

Con la llegada de la pandemia, y el parón de las competiciones, el Barça envió al Erte a 309 trabajadores. En su presentación de resultados, en la que el club oficializó  pérdidas de 97 millones de euros en la temporada 2019-2020, la entidad aseguró haber ajustado en dos millones de euros el capítulo de salarios no deportivos, que ascendía a 51 millones de euros, por los 636 millones que supusieron los salarios deportivos.

 

 

En aquella ocasión, los jugadores, representados por los capitanes (que fueron los encargados de tratar el asunto directamente con el presidente Josep Maria Bartomeu), realizaron una aportación extra para que los trabajadores de la entidad pudieran seguir cobrando el cien por cien de su sueldo a pesar de entrar en el Erte.

 

Esta situación ahora parece difícil que se repita pues la plantilla no reconoce a la junta actual como interlocutora para negociar y se niega a sentarse en la mesa de negociación, por mucho que el Barça insiste en la necesidad de fusionar las negociaciones.