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El Barça goleado (también en lo económico) que deja Bartomeu

El presidente del club cerrará próximamente una década al frente de la entidad con un balance financiero marcado por la baja rentabilidad pese al incremento de ingresos. La próxima junta heredará un club sin palancas claras para recuperarse.

Marc Romero / Christian De Angelis

28 sep 2020 - 04:57

El Barça goleado (también en lo económico) que deja Bartomeu

 

 

 

Un club con más capacidad para generar ingresos, pero menos rentable y más endeudado. Es el balance económico que dejará en los próximos meses la junta de Josep Maria Bartomeu, un presidente que tomó el mando del club con tres promesas, de las que sólo podrá cumplir el haber profesionalizado el fútbol femenino. Las otras dos, dejar un club saneado económicamente e impulsar el proyecto de Espai Barça, se quedarán como un to do para la próxima junta, que tendrá además el reto de rearmar el poder deportivo de un equipo en fase de descapitalización para salvar las cuentas.

 

A grandes rasgos, dos fotografías muestran las cuentas del Barça antes de Bartomeu y en su último ejercicio ordinario, dejando de lado que el Covid-19 ha marcado una última temporada atípica y particularmente negativa para todos los clubes. Así, si en la temporada 2013-2014, cuando Bartomeu asumió la presidencia tras la salida de Sandro Rossell, el club obtuvo unos ingresos totales de 530 millones de euros y logró un beneficio neto de 55 millones, en la 2018-2019 la facturación llegó a 990 millones, pero el resultado neto se quedó en sólo 4,5 millones.

 

En cuanto a la deuda, el Barça de Bartomeu deja un laberinto de cifras en las que resulta fácil perderse, con metodologías diversas para calcular el apalancamiento de la entidad. Marca de la casa blaugrana y del fútbol español. Según figura en las cuentas, la deuda neta asciende a 217 millones de euros, pero la cifra alcanzaría 375,5 millones si no se descuenta la caja y a 553 millones si no se tiene en cuenta la deuda a favor y en contra por los fichajes realizados en los últimos años.

 

 

El mandato del actual presidente del FC Barcelona cuenta ahora sus días a expensas de la moción de censura. Las elecciones, que todavía no están formalmente convocadas, están previstas para el 20 y 21 de marzo, fechas en las que se pondrá punto final a una década bajo el control de Rosell-Bartomeu.

 

Seis años, si no se cuentan los cuatro en los que el actual presidente estuvo al lado de Sandro Rossell, que se resumen en una última temporada donde los problemas económicos, deportivos e institucionales han acabado por sentenciar a una junta que expirará su mandato.

Haya moción de censura o no, la cual podría acortar un par de meses el mandato, el FC Barcelona sigue centrado en hacer cuadrar números. La masa salarial del club, que se disparó con la llegada de Neymar y la solidificación de la generación más laureada de la historia de la entidad, han complicado uno de los tres puntales de la era Rossell-Bartomeu.

 

A modo de ejemplo, los sueldos y salarios del primer equipo del Barça ascendían a 162 millones de euros en la temporada 2009-2010 y la inflación salarial iniciada tras el fichaje de Neymar hizo que pasaran a 424 millones de euros en la 2018-2019.

 

 

En su último año al frente del club, Bartomeu busca cerrar las cuentas más complejas por el impacto del Covid-19. La entidad ya avisó hace unas semanas que estimaba la caída de ingresos en un 30% por el impacto de la pandemia. Esto implica que la junta sumará su primer strike: el Barça no será un club milmillonario.

 

La entidad presentó en septiembre de 2019 un presupuesto que esperaba llegar a 1.047 millones de euros durante la pasada temporada en concepto de ingresos totales, lo que implicaba una mejora interanual del 5,8%.

 

Si no hubiera sido por el coronavirus, la era de Bartomeu hubiera cerrado con un incremento de los ingresos del 97,6%, pasando de 530 millones de la temporada 2013-2014 a 1.047 millones de la 2019-2020. Además, el club esperaba llegar en la temporada 2019-2020 a un beneficio neto de 14 millones de euros, el triple que la temporada anterior y algo que ahora se antoja muy complicado. Fuentes cercanas al club estiman en cerca de cien millones las pérdidas de la temporada del Covid-19.

 

 

Futuro difícil

En el entorno blaugrana se apunta a la difícil papeleta económica que tendrá que afrontar el próximo presidente. Por un lado, por la importante caída de ingresos derivada del Covid-19 que, entre otras cosas, impedirá muy probablemente la entrada de público en los estadios durante meses, sino durante la temporada completa.

 

Por otro lado, la política de fichajes de los últimos años ha lastrado la rentabilidad del club, con notorios fiascos del equipo técnico (como Arturo Vidal o André Gomes) y la actual reacción de la junta ante la crisis tampoco deja buenas perspectivas para el futuro equipo gestor. Fundamentalmente, el Barça está tratando de reducir por la vía de las salidas la masa salarial del club.

 

Tal y como hizo hace la pasada temporada con la venta de jugadores como Cillessen al Valencia CF o en la actual con el traspaso de Arthur a la Juventus, el Barça se ha desprendido de una de las fichas más altas con la salida de Luis Suárez, tercer máximo goleador de la historia del club.

 

 

El descenso de la rentabilidad del Barça está en buena medida detrás de algunas de estas operaciones, tanto en este mercado de fichajes como en los de años anteriores. El beneficio neto del club ha pasado, en este sentido, de 55 millones de euros en la temporada 2013-2014 a 4,5 millones de euros en la 2018-2019.

 

A pesar de la subida de ingresos, los números negros han oscilado entre 13 y 29 millones de euros entre 2014 y 2018, con un ratio de beneficio sobre ventas que ha pasado del 10% antes de que Bartomeu asumiera la presidencia al 0,5% en la última temporada. Esta evolución ha impedido al club coger músculo financiero que le permita hacer frente a momentos de dificultad como el actual y que, además, no ha servido para alargar el ciclo de éxitos deportivos del club.

 

El Barça no sólo ha dejado escapar a figuras de alto potencial, si no que no está participando, por ahora, en el fichaje de grandes promesas que se conviertan en una potencial palanca de generación de ingresos en el futuro.

 

El Barça goleado (también en lo económico) que deja Bartomeu

 

Otro proyecto inconcluso de Bartomeu es el Espai Barça, strike dos. El club, que cifra la inversión necesaria para la reforma del Camp Nou y las principales instalaciones deportivas del club en más de 800 millones de euros, no ha ejecutado la parte más importante del que hubiera sido el gran legado de Bartomeu.

 

A diferencia del Real Madrid, que ha aprovechado el parón de los partidos con público para acelerar en la reforma del Santiago Bernabéu, el Barça acumula ya años de retrasos, sin la financiación cerrada. En los últimos meses, el club seguía en la búsqueda de un patrocinador para los tittle rights del nuevo estadio, así como de financiación en el extranjero.

 

Por lo contrario, el Barça sí ha dado un paso delante con la profesionalización del fútbol femenino, convirtiéndose en el primer y único equipo español en disputar una final de la Champions femenina. Aún así, en aquella ocasión el Olympique de Lyon goleó al conjunto azulgrana por 4-1.