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El Athletic logrará el beneficio más alto de la historia de LaLiga gracias a Laporte

El Manchester City ha depositado la cláusula de rescisión de 65 millones del defensa francés, que engordarán el resultado neto previsto por encima de los 70 millones de euros. 

Marc Menchén

30 ene 2018 - 05:00

El Athletic logrará el beneficio más alto del fútbol español gracias a Laporte

 

 

El Athletic Club no está obteniendo sus mejores resultados en el terreno de juego, pero en la económica está a un paso de batir todos los récords del fútbol español. Si bien el traspaso de Aymeric Laporte está lejos de los 222 millones de euros que cobró el FC Barcelona por Neymar, el pago de 65 millones de euros por parte del Manchester City permitirá a Josu Urrutia presentar unas ganancias nunca vistas en un equipo de LaLiga y casi el doble de lo previsto por FC Barcelona y Real Madrid juntos.

 

La entidad vizcaína confiaba en cerrar 2017-2018 con un beneficio neto de 11,4 millones de euros, a los que ahora habrá que añadir el excedente del traspaso del defensa francés. Con una ventaja: el futbolista llegó con quince años a coste cero y no hay amortizaciones pendientes. En otras palabras, ello significa que el resultado neto del equipo podría superar los setenta millones de euros ampliamente, si se tiene en cuenta que también cobrará cinco millones en concepto de derechos de formación.

 

Esta aportación extra, además, ayudaría a cubrir las mejoras contractuales de Iñaki Williams y Kepa Arrizabalaga, que han renovado hasta 2025 y, según distintos medios, han pasado a cobrar un sueldo superior a los cuatro millones de euros por campaña. También mantendría esta marca histórica incluso computando la amortización del posible fichaje de Íñigo Martínez, cuya cláusula es de 32 millones de euros. Se desconoce en cuánto se han mejorado sus respectivas nóminas respecto a los anteriores contratos, aunque la partida de salarios para la campaña en curso ascendía a 75,3 millones de euros, de los que 68,8 millones corresponderán a personal deportivo.

 

 

 

 

El nivel de excedente que registrará la entidad supera ampliamente los récords establecidos hasta ahora en LaLiga, y que siempre coincidieron con traspasos elevados. Ni siquiera FC Barcelona y Real Madrid han conseguido nunca un volumen tan elevado de beneficios, ya que sus plusvalías por traspasos o venta de activos, como lo fue la antigua ciudad deportiva del club blanco, siempre han llevado aparejada una mayor inversión en plantilla deportiva adicional o la amortización anticipada de derechos.

 

El récord de los blancos se produjo en 2014-2015, con 42 millones de euros, en un ejercicio en el que no obtuvo grandes logros. De hecho, esa temporada fue la del segundo triplete del Barça, cuyo beneficio más alto se registró en 2011-2012 con 48,78 millones, precisamente cuando su rival logró el trofeo liguero. Ambos podrían obtener excedentes mucho más elevados de no ser por el coste de mantener sus secciones polideportivas, con un déficit anual que supera los 25 millones por ejercicio.

 

Este año también podría entrar en esta lista el Villarreal CF, que en el mercado de invierno ha visto como Cedric Bakambu depositaba su cláusula de rescisión de 37 millones de euros para marcharse a China. En el caso del submarino amarillo, el presupuesto era de déficit cero, por lo que podría batir también su propia marca de 14,3 millones en 2015-2016, si no hay grandes desviaciones de gasto. De hecho, por encima de los 30 millones en ganancias sólo han conseguido estar el propio Athletic y la Real Sociedad, que durante el último lustro han acelerado su saneamiento.

 

El Sevilla FC podría estar en esta lista si no fuera porque su política consiste en reinvertir rápidamente las plusvalías que consigue en nuevos futbolistas para el primer equipo. Es la fórmula que le ha hecho ganar cinco ediciones de la Europa League, con un beneficio de 23,5 millones en 2016-2017, similar al del RC Celta y que también se debió al traspaso de miembros de la primera plantilla.

 

 

 

 

Por el contrario, el Athletic siempre ha optado por nutrir su equipo con jugadores de la cantera en la medida de lo posible. Las dos grandes excepciones de su historia reciente fueron los fichajes de Beñat Etxebarria en 2013 y Raúl García en 2015, con un coste de nueve millones y diez millones de euros, respectivamente. Ahora, se le podría sumar una operación récord si se confirma el fichaje de Íñigo Martínez. Al cierre de 2016-2017, le restaban por amortizar 10,5 millones de euros asociados a derechos federativos, con previsión de cancelarlos totalmente en 2019.

 

La junta directiva aún no se ha pronunciado sobre cómo reinvertirá los beneficios de este año, ya que no tiene la obligación de destinar porcentajes de traspasos a cancelar deuda. De hecho, mantiene su política de no mantener compromisos con entidades de crédito y, ahora, podrá acometer con mucha más comodidad las inversiones que ya anunció que realizaría en la ciudad deportiva de Lezama durante 2018, con un coste aproximado de trece millones de euros. En total, desde 2013 habrán invertido treinta millones de euros en sus instalaciones de entrenamiento, acortando en cinco años el plazo de tiempo que se habían fijado para culminar el plan director.

 

Este año, los recursos servirán para construir un nuevo edificio para el primer equipo, con vestuarios, zona de aguas, gimnasio, área médica y de descanso, y una zona exterior en la que se fomentará la interacción de los jugadores con los aficionados, entre otros. Por otro lado, el inmueble que ocupa ahora la plantilla se reconvertirá en una residencia para canteranos y en el campo de fútbol principal se habilitará una nueva tribuna que permitirá incluir una cafetería.

 

 

El impacto fiscal de la medida: exenciones a la reinversión y bajo IRPF


Si la dirección destina el dinero de este traspaso a las obras anunciadas, el beneficio será doble, puesto que podrá acoger las plusvalías al régimen de exención por reinversión que se recoge en la Norma Foral 3/1996 del Impuesto sobre Sociedades, muy similar a la existente a nivel estatal. Este punto de la ley permite no integrar en la base imponible las rentas obtenidas, siempre y cuando los elementos en los que se haya invertido este dinero permanezca en el patrimonio de club durante cinco años, “salvo pérdidas justificadas”, según recoge el Athletic en su última memoria anual.

 

 

 

 

No es una práctica nueva para el club, que ya aprovechó estas exenciones cuando el Bayern de Múnich y el Manchester United pagaron las cláusulas de rescisión de Javier Martínez y Ander Herrera, respectivamente. Es más, también se hizo con los dos millones de euros que cobró del fondo de compensación por la pérdida de la plaza del filial en LaLiga. Y ahora podrá hacerlo con la salida de Laporte, con tres años de margen para acometer las inversiones que considera, ya sea en derechos federativos o en la adquisición de bienes materiales.

 

El club incluso podría plantearse la adquisición de San Mamés, del que actualmente disfruta a cambio del pago de un alquiler anual de 500.000 euros durante cincuenta años. Ello sería posible gracias a que en el contrato de financiación del estadio también se incluyó una “opción de compra sobre el objeto arrendado, comprometiéndose a negociar de buena fe el precio de la finca y del bien”, como se apunta en las cuentas de 2016-2017. Según apuntó el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas en 2016, el precio de venta sería de 66 millones de euros en 2063, ya que el precio se fijará según el valor neto del inmovilizado.

 

Para ello debería alcanzar un acuerdo con el resto de sus socios en San Mamés Barria, la mercantil de la que posee el 24,67% y en la que también participan Kutxabank, el Gobierno vasco, la Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao. Conjuntamente, asumieron los 173,46 millones de euros de la construcción, de los que el Athletic aportó 27,7 millones de capital y los terrenos donde se levanta la instalación con un valor de 16,8 millones de euros.