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El Alavés busca inversor: sale al mercado con una valoración de 80 millones

La familia Querejeta busca un socio que le acompañe en el club, con una valoración del 100% que rondaría los 80 millones, en un momento en el que ha anunciado inversiones por 57 millones para reformar el estadio y construir una ciudad deportiva.

Marc Menchén

24 jul 2017 - 05:00

 

La familia Querejeta podría tener próximamente un nuevo compañero de viaje en el Deportivo Alavés. El club lleva un par de meses sondeando el mercado en busca de un inversor que aporte financiación, según ha podido saber Palco23, en un momento en el que la entidad también tiene ambiciosos proyectos patrimoniales. El porcentaje que se venderá no ha trascendido, aunque la valoración del club se habría fijado en torno a los 80 millones de euros.

 

Fuentes de la entidad niegan a este diario que se esté planteando la venta de un paquete mayoritario de las acciones, aunque hasta cuatro fuentes distintas de la industria aseguran que los movimientos para vender un paquete de acciones (mayoritario o no, esa información no ha trascendido) se están produciendo desde hace semanas.

 

Lo que sí está descartado es una desinversión total por parte de la familia, que de hecho elevó su participación al 83% el pasado octubre, comprando las participaciones que otros empresarios de la ciudad tenían. El grueso de su paquete accionarial se gestiona a través de Avtibask, una mercantil controlada por el Saski Baskonia de la ACB, del que Querejeta es máximo accionista con el 57,62% del capital y que también participa a título personal en el vehículo inversor dueño del Alavés. Esta sociedad controla el 65,56% de los títulos, a los que hay que añadir el 6,4% que posee a través de la empresa Onalan.

 

 

La entrada de un nuevo socio junto a Josean Querejeta podría suponer plusvalías para el actual presidente o bien una inyección de recursos para el club, en función de si se opta por una venta de acciones al uso o por una ampliación de capital. En este segundo escenario, el Alavés podría obtener recursos frescos con los que afrontar los múltiples proyectos que tienen encima de la mesa, que van desde la remodelación del estadio y una nueva ciudad deportiva, a la diversificación geográfica con la colaboración en otros clubes de fútbol.

 

Fuentes de la entidad defienden que el compromiso del actual máximo accionista es absoluto, como demuestran las iniciativas anteriormente citadas. Sin ir más lejos, su plan para Mendizorroza pasa por una inversión de 50 millones de euros para ampliar el aforo, de 19.840 a 32.000 espectadores, y dotarlo de nuevos servicios comerciales.

 

El club sigue sin desvelar cómo quiere financiar el proyecto, más allá de que busca el apoyo de la Administración, aunque al menos desde el PNV han dejado claro que el 70% de los recursos los debería aportar el propio club, es decir, unos 35 millones de euros. Cabe recordar que ya fueron Diputación y Gobierno vasco los que asumieron la reforma de 30 millones del Buesa Arena, donde juega el Baskonia a cambio de un canon anual de 250.000 euros.

 

A la ampliación del estadio se le suma el deseo del Alavés de contar con una ciudad deportiva propia, una vez que se ha reforzado la estructura de captación y control de jóvenes futbolistas. Fuentes de la entidad confirman que se está cerca de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para hacerse con el uso exclusivo de las instalaciones de Betoño, una zona de Vitoria en la que se agrupan cuatro campos de fútbol y tres más de fútbol 7, además de catorce vestuarios y gradas.

 

 

En esta operación, según Noticias de Álava, el club pagaría un canon anual hasta que en 2020 pudiera ejercer una opción de compra por unos seis millones de euros. Eso sí, se deberá abrir un concurso público y permitir que puedan presentarse otras ofertas, como por ejemplo ha sucedido en Alcorcón con el Atlético de Madrid.

 

El club también aspira a seguir aumentado su red de captación a nivel global, utilizando un modelo similar al del Manchester City o el Atlético de Madrid. En su caso no se trata de compra directa de acciones, sino de acuerdos de colaboración como el firmado con el croata NK Rudeš, que milita en la Primera División del país. En este ámbito, el objetivo es contar con dos alianzas más de este tipo en regiones estratégicas que, por el momento, no se han hecho públicas.

 

En total, se trata de un cúmulo de importantes inversiones que se suman a las ya realizadas, como la mejora estética de Mendizorroza para cumplir con el reglamento audiovisual o la construcción de una residencia en la que las jóvenes promesas de Alavés y Baskonia podrán residir. Sin embargo, es evidente que, como el resto de clubes de La Liga, medidas ambiciosas requerirían de inversión adicional, ya sea mediante préstamos bancarios o aportación de los accionistas.

 

El club ha aprovechado el ascenso a Primera para apuntalar su situación económica, que con los beneficios previstos para la temporada 2016-2017 habrá logrado resolver su situación de fondos propios, que eran negativos en 336.837 euros al cierre de junio de 2016. Además, de cumplirse la previsión de ganar 8,28 millones en el año de su regreso a la élite, también habría acabado de compensar las pérdidas de ejercicios anteriores.

 

Resuelta esta situación patrimonial, el balance del Alavés quedará completamente limpio, ya que su posición financiera es óptima en relación con su actual volumen de ingresos. Según las últimas cuentas disponibles, referentes a 2015-2016, el club albiazul sólo debía 5,45 millones a la Diputación Foral de Álava, correspondientes a un préstamo participativo que debe amortizar en una sola cuota en 2023; 1,25 millones a Kutxabank por créditos bancarios, y 1,9 millones de la ayuda al descenso de La Liga.

 

Sin embargo, se antoja complicado que Saski Baskonia pueda realizar grandes aportaciones más allá de las asumidas en la operación de rescate del club en 2011. Especialmente porque la capacidad del club de baloncesto para generar caja es inferior a la de su propia participada en el fútbol y por la creciente necesidad de ingresos para poder competir con garantías en la Euroliga y con un presupuesto que ronda los 15 millones de euros. Muestra de ello es que este verano ha tenido que sacar la cartera e igualar las ofertas que el FC Barcelona Lassa había hecho por Shane Larkin y Adam Hanga.

 

Además, la construcción de la ciudad deportiva del Baskonia le obligó a asumir un elevado endeudamiento y, tras diversas refinanciaciones, en junio de 2016 todavía le quedaban 19,91 millones de euros por amortizar a través de la filial que gestiona el centro, con un calendario progresivo de pagos que se extiende hasta 2031. El club de la ACB también se endeudó en 2,85 millones para la compra de acciones del Alavés a finales de 2016.

 

A su vez, hasta que la gestora del conocido como Bakh no cancele ese préstamo, la entidad deportiva no podrá recuperar el préstamo participativo de 8,1 millones que otorgó en el marco de la refinanciación. Por otro lado, desde junio de 2016 ha empezado a devolver la deuda con la Diputación que se le permitió fraccionar y que asciende a 5,26 millones, a devolver en cuotas que superan el millón hasta 2020-2021.