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Director deportivo en LaLiga, del ‘olfato’ a gestionar 2.000 millones de euros al año

El gasto en salarios y amortizaciones de fichajes se ha disparado un 80% en los últimos siete ejercicios, lo que ha obligado a los clubes a construir departamentos más sólidos e incluso fichar al responsable de sus rivales.

M.Menchén

28 may 2018 - 04:59

Director deportivo en LaLiga, del ‘olfato’ a gestionar 2.000 millones de euros al año

 

 

El fútbol español volverá a vivir un verano agitado en los despachos, y en esta ocasión no sólo por la importancia de acertar con los fichajes. Los clubes han evidenciado en las últimas semanas la relevancia que ha adquirido en los últimos tiempos la elección de un director deportivo de garantías, e incluso ha sido motivo de crítica entre equipos por intentos de ficharse entre ellos a este responsable, clave en la confección de la plantilla y en la gestión de buena parte del presupuesto: el gasto en salarios deportivos y amortización por fichajes se ha disparado un 80% desde 2011-2012 y ya supera los 2.000 millones de euros.

 

El reto en todos los casos es el mismo: asegurar que los jóvenes de la cantera con talento tienen opciones de llegar al primer equipo y buscar fuera a los jugadores que cubran las posiciones no satisfechas por la base. Los expertos en recursos humanos señalan que una de las variables más difíciles de controlar en estos casos es el encaje a nivel social de los recién llegados, aunque en España se han dado ejemplos de un alto nivel de acierto gracias al método.

 

Una de las entidades que mejor jugó en este mercado es el Sevilla FC, un caso que evidencia la importancia de esta figura. La gestión de Ramón Rodríguez Verdejo Monchi se tradujo en unas plusvalías acumuladas de 200 millones de euros, necesarios para el crecimiento económico y deportivo que ha experimentado. Su relevo, Óscar Arias, apenas ha durado un año y finalmente se ha optado por Joaquín Caparrós como nuevo director deportivo, tras el intento frustrado de fichar a Ramón Planes del Getafe CF; el ejecutivo catalán, ex del RCD Espanyol, llegó hace un año procedente del Rayo Vallecano.

 

 

 

 

La relevancia que ha adquirido esta figura responde a dos cuestiones. La primera, que se ha avanzado en la profesionalización de las estructuras y cada vez tienen menos incidencia las preferencias del consejo de administración; la segunda, que la compraventa de jugadores se ha convertido en una pieza necesaria en el engranaje de muchos equipos para mantener su rentabilidad sin renunciar a las inversiones. En 2016-2017, sólo una decena equipos habrían ganado dinero sin necesidad de esta fuente de ingresos.

 

Y ya no es únicamente una cuestión que ataña a los clubes modestos, sino que incluso Real Madrid y FC Barcelona asumen esta actividad como necesaria para mantener su competitividad. “La actividad de traspaso de jugadores en los clubes de fútbol no es algo excepcional sino, por el contrario, es una actividad de la gestión ordinaria del Club necesaria para permitir la renovación de la plantilla”, argumenta el conjunto blanco, que no cuenta con la figura del director deportivo en su estructura, si bien Ramón Martínez es el director de fútbol desde el 2000.

 

El FC Barcelona tiene en Pep Segura al responsable de todo el fútbol, y bajo su responsabilidad está decidir si finalmente renuevan a Ramon Robert como secretario técnico del primer equipo. La gestión del fútbol formativo profesional (filial y juvenil) corresponde a José Mari Bakero y Guillermo Amor, mientras que el resto de la cantera es responsabilidad de Jordi Roura y Aureli Altimira. Su misión es mantener bajo control la masa salarial, después de que se haya disparado en las tres últimas temporadas tras una inversión récord en fichajes. Esta separación de poderes se aprobó el pasado verano en el Atlético de Madrid, con el ascenso de Andrea Berta a la dirección deportiva y la reubicación de José Luis Pérez Caminero a la gestión del primer equipo.

 

El RCD Espanyol también mantiene dividida la parcela deportiva de esta forma, bajo el control de Óscar Perarnau, director general deportivo y al mismo nivel que el director general corporativo, Roger Guasch, tras la última remodelación del organigrama. Ahora bien, el club aún no ha anunciado quién será el nuevo director de fútbol profesional tras el despido de Jordi Lardín y del entrenador Quique Sánchez Flores. Entre los motivos estuvo el juego del equipo, pero también la gestión de la política de altas y bajas, que ha supuesto que el guardameta Pau López se marche con la carta de libertad al Real Betis, o que no se haya jugado mejor con la masa salarial para reforzar la plantilla.

 

 

 

 

El conjunto verdiblanco tendrá estabilidad este año, después de la reorganización de los últimos meses con la llegada de Lorenzo Serra Ferrer como vicepresidente deportivo y la creación de una comisión ejecutiva en la que están el presidente, Ángel Haro, el vicepresidente, Juan Miguel López Catalán, y el entrenador, Quique Setién. El consejo de administración considera que trabajar de esta forma ha facilitado el flujo de la información y la alineación de la entidad en torno a los objetivos.

 

El Valencia CF también anticipó a mediados de temporada la llegada de un nuevo director técnico, un cargo de reciente creación para el que en febrero se firmó a Pablo Longoria, hasta entonces director de scouting de la Juventus de Turín. El director general, Mateo Alemany, también ha reforzado estos días la importancia de este perfil, puesto que “como está estructurado el fair play financiero, vender te da la posibilidad de tener un presupuesto para acometer nuevas adquisiciones y tener un equipo competitivo”.

 

Otros clubes en los que ya se han producido cambios son los que han perdido la categoría. El RC Deportivo ha fichado a Carmelo del Pozo como director deportivo procedente del Levante UD, que ya ha cubierto la salida de su anterior secretario técnico con el fichaje de Luis Helguera. El ejecutivo fue rescindido por la UD Las Palmas tras el descenso a Segunda División. El conjunto grancanario también ha prescindido del máximo responsable de esta parcela, Toni Cruz, y ha fichado a Toni Otero, que estaba en la secretaría técnica del Barça, para que asuma estas funciones.

 

El grado de exigencia será distinto en función de cada club, unos ambicionando tener el once ideal para ganar la Champions League y otros aspirando a crear una plantilla de garantías para optar al regreso a Primera División. Eso sí todos tienen muy claras las reglas de juego: el tope salarial lo marca LaLiga y todos lo sabrán antes de que ruede el balón. Una diferencia de 29 veces entre el que más ingresa y el que menos.