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De los palcos VIP a la huella verde: todas las claves del nuevo Palau Blaugrana

M. Menchén

2 mar 2016 - 05:00

"No presentamos dibujos, sino el resultado de un trabajo intenso". Así de contundente se mostró ayer el presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, en la presentación de la propuesta del tándem HOK-TAC Arquitectes, los dos despachos de arquitectura escogidos para diseñar el futuro Palau Blaugrana. Se trata de una instalación que costará un máximo de 90 millones de euros, y que según los detalles desvelados ayer permitirá distintas configuraciones en función del evento.

 

Una de las claves para esta funcionalidad es una "supergradería" en el fondo que dará al estadio y que, según explicó el arquitecto Eduard Gascón, "incluye un sistema de partición de cortinas con el que se puede reducir el aforo". De esta manera, se podría pasar de una capacidad para 8.000 espectadores a un máximo de 12.500 espectadores, en función de si el partido apunta a máxima asistencia o si, por el contrario, será más bien floja.

 

 

 

También servirá para reconfigurar el espacio en función de si también se acogen eventos culturales o sociales, como conciertos, conferencias o la propia asamblea de socios del club. "Podremos acoger eventos que hasta ahora la ciudad no podía albergar", celebraron desde el club en un evento al que acudieron representantes de las distintas secciones profesionales (baloncesto, balonmano, fútbol sala y hockey patines). Eso sí, sin perder la esencia: "está diseñado para que siga siendo una olla a presión", celebró Bartomeu.

 

Jordi Moix, miembro de la junta directiva y comisionado del Espai Barça, defendió el aforo escogido y no una mayor, pese a que esos 12.000 asientos les privarán de poder acoger grandes eventos como las fases finales de la Euroliga o la Champions League de balonmano. "No podíamos hacer un aforo muy superior pensando en eventos puntuales", defendió Moix, confiado que la nueva instalación y sus prestaciones permitirán lograr una asistencia media de 10.000 seguidores.

 

John Rhodes, vicepresidente de HOK y que trabajó en el diseño del American Airlines Arena de Miami, también defendió la "flexibilidad" de la instalación que deberá empezar a construirse en 2017 y estar listo para el arranque de la 2019-2020. De ese precedente se ha replicado el conseguir que haya una visibilidad del 100% de lo que sucede sobre la pista, no como sucedía hasta ahora, además de servicios comerciales añadidos: 24 palcos VIP, 4 skybars con vistas a la zona de juego y también una plaza exterior con puntos de restauración adicionales y una pantalla gigante.

 

 

 

William T. Manarelli, director del área patrimonial del Barça, confió en que no sobrepasarán el límite de 90 millones fijado para el Palau, pero también para la pista anexa con 2.000 asientos (allí podrían jugarse partidos oficiales), la pista de hielo y, encima, el nuevo edificio de la FCB Escola y sus dos pistas de fútbol. Moix, por su parte, recordó que una de las fórmulas para recuperar la inversión será la venta de los naming rights de la instalación, un trabajo para el que ya han iniciado la prospección del mercado. Por ahora, y a falta de ir definiendo de forma definitiva el proyecto, ya se ha decidido que tendrá un fuerte componente tecnológico y sostenible.

 

La fachada y la cubierta incorporarán sistemas que permitirán el aprovechamiento del agua de la lluvia y el uso de energías renovables para reducir la factura eléctrica. En esta línea, aunque pensando más en el confort de deportistas y aficionados, se instalarán unas aperturas diseñadas según mapas de radiación que deberían favorecer el uso de la luz natural y el confort térmico que genera.

 

A nivel tecnológico, el club quiere experimentar ya allí el uso de los sistemas de pago sin tarjetas de crédito ni metálico, ampliamente extendido en los arena de Estados Unidos y que posteriormente confían en implantar en el Camp Nou. Aunque con menos concreción, el club también asegura que automatizará el edificio y utilizará tecnología LED.

 

Todos estos detalles se irán conociendo más adelante, a medida que avancen los trámites administrativos y las negociaciones con el Ayuntamiento de Barcelona, pieza clave para que pueda cumplirse el calendario. "Desde el club vamos a hacer todos los deberes a tiempo, pero hay una parte que no depende de nosotros", admitió Moix, que de momento recordó que "estamos en los términos que nos marcamos, pero no nos obsesiona el plazo concreto".

 

El calendario establece que en abril puedan empezar las obras del nuevo Miniestadi, que se trasladará a la Ciudad Deportiva Joan Gamper, situada en Sant Joan Despí. El estadio, con capacidad para 6.000 espectadores y 600 plazas de aparcamiento, ha sido diseñado por el despacho Batlle i Roig y es el primer paso del Espai Barça, que culminará con la reforma del Camp Nou a finales de 2022.