CN Sabadell esquiva los números rojos gracias a un litigio y proyecta crecer con nuevos ‘partners’

El CN Sabadell se reconcilia con los beneficios, al menos durante este año. El club de natación cerrará el año con unos ingresos estimados de 11 millones de euros y un resultado positivo de 700.000 euros, según ha podido saber Palco23. Ello será posible gracias a la indemnización de 1,2 millones de euros que recibirá de la constructora San José, adjudicataria de la segunda fase de las obras de ampliación de sus instalaciones.

“Finalizar el año con resultado positivo se debe a un hecho puntual. De no ser por esa acción extraordinaria hubiéramos finalizado el año con unas pérdidas de 500.000”, admite Claudi Martí, presidente del club desde enero de 2017. La indemnización fue fruto de un acuerdo alcanzado por la junta actual con la constructora, que se había comprometido a levantar y explotar un parking subterráneo de dos plantas y 300 plazas por un periodo de cincuenta años.

“Tras finalizar la obra de la piscina exterior y el nuevo edificio, la constructora se echó atrás porque no le salían los números. La junta anterior decidió ir por la vía judicial, pero con el cambio de directiva optamos por llegar a un acuerdo”, comenta. “Es una acción puntual que nos permite dar un giro a la situación”, subraya el presidente de una entidad que iba abocada a su “sexto ejercicio consecutivo en pérdidas”.

El CN Sabadell prevé aliviar su cuenta de resultados de la mano de partners interesados en construir y explotar espacios deportivos en sus instalaciones

A punto de finalizar su primer año al frente, Martí admite que revertir la situación económica es uno de sus ejes estratégicos para la legislatura, que finalizará dentro de cinco años. “Acumulamos unas pérdidas patrimoniales de 4 millones de euros en los últimos seis años debido a la deuda corriente y ordinaria. De ahí que no hayamos podido amortizar al ritmo que preveíamos”, manifiesta. En los últimos cinco años la sociedad ha amortizado préstamos por tres millones de euros, una cifra muy alejada de los siete millones que habían previsto.

El directivo admite que, “aunque la entidad debe asumir los compromisos adquiridos con los acreedores, esperamos revertir la situación” para poner rumbo a los beneficios sostenidos en el tiempo. Para Martí, una de las claves es elaborar unos presupuestos creíbles y pensados para el largo plazo. “La renegociación de la deuda que la anterior directiva realizó en 2013 y 2015 no es mala, pero la contrapartida que tenemos que pagar nos lleva a hipotecar nuestra gestión durante las próximas dos décadas, que es el compromiso que se asumió”, detalla.

Para volver a la rentabilidad, el directivo se guarda un as en la manga: la instalación de Can Llong, de aproximadamente 40.000 metros cuadrados, donde se encuentran las piscinas principales del club, así como el gimnasio. “Aquí aún tenemos terrenos libres que podemos explotar con un modelo diferente”, apunta. La idea es “encontrar partners que sean capaces de invertir en instalaciones deportivas y que luego exploten durante un periodo de tiempo”, recalca. Bajo esta fórmula, el club aspira a construir más equipamientos externalizando la inversión y su explotación, lo que “nos permitirá aumentar nuestra base de socios”, hoy formado por 28.000 personas.

“Es cuestión de buscar instalación deportiva que tenga un modelo de negocio asociado. Estoy convencido de que si proyectamos la construcción de pistas de pádel, no nos costará nada, porque hay operadores interesados en hacerlo y gestionarlas”, aclara. Esta alternativa, que es una de sus líneas de actuación para los próximos cinco años, ya la tanteó en 2008, pero finalmente no salió adelante por decisión de la directiva liderada por Miquel Torres.