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China, el dique que no contuvo la sangría de pérdidas del AC Milan
2 abr 2019 - 04:59
Las luces de alarma hace tiempo que empezaron a sonar en Nyon por la situación del fútbol en Italia. En la Uefa especialmente preocupaba, y aún preocupa, el devenir del AC Milan, el último gran club europeo cuya viabilidad económica ha sido cuestionada. Y no es para menos: sólo la entrada de la firma de inversión Elliott ha salvado a una entidad que entre 2015 y 2017 acumuló unas pérdidas de 273 millones de euros, tenía un dueño chino sin músculo financiero y su plan de negocio era de todos menos realista, según el relato de los hechos en el fallo del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) sobre sus incumplimientos por fair play financiero de finales de 2018.
El documento relata que el “optimista” plan de negocio elaborado por los anteriores gestores contemplaba unos ingresos de 188 millones de euros procedentes de China hasta 2021. Con el paso de las reuniones con Uefa, el equipo cambió de propiedad y se fue rebajando el importe que se preveía conseguir en el gigante asiático, llegando a situarse finalmente en 42 millones de euros en el tercer plan de negocio presentado en abril de 2018.
“El resultado neto del negocio de China para 2018 fue cero, y eso pese a que ya se rebajaron significativamente las previsiones anteriores”, relata el TAS en su fallo. Una cuestión que afectó directamente a la sostenibilidad de la cuenta de resultados, que sólo en 2017-2018 arrojó unos números rojos de 126 millones. “La magnitud del incumplimiento del break even del club es muy alta, con 121 millones, por lo que es inverosímil esperar que el AC Milan venga a negociar […] en un futuro próximo en base al último plan de negocio ofrecido”, argumentó la Uefa para no buscar un acuerdo con el club y redirigir el caso al comité de investigación.
El AC Milan presentó a la Uefa un plan de negocio por el que debía ingresar 188 millones de euros hasta 2021 por su negocio en China
Este rato de los hechos ayuda a entender la pérdida de confianza que el regulador tuvo con la anterior dirección del equipo italiano, y la razón por la que Elliott decidió prescindir rápidamente de Marco Fassone para ponerse en mano de uno de los ejecutivos más reputados, Ivan Gazidis, quien durante los últimos diez años pilotó el Arsenal FC.
El cambio era prácticamente obligado, pues la confederación había criticado en sus argumentos ante el TAS que “había una clara falta de confianza en el plan de negocio”. En su defensa para pedir la sanción, recordaba que “el AC Milan había presentado tres planes de negocio diferentes en un período de casi un año. Hubo importantes inconsistencias en los planes presentados con respecto al llamado negocio de China y la refinanciación de los préstamos con Elliott”.
De hecho, la única actividad en el gigante asiático de la que se tuvo constancia fue la firma de un patrocinio regional con una marca de aguas, Alpenwater. Y eso que el club aseguraba a finales de 2017 que su oficina en Pekín “impulsará el negocio y el reconocimiento de marca tanto en China como en otros mercados extranjeros”. A la hora de la verdad, sin embargo, en las cuentas anuales de 2017-2018 no se recogió ningún ingreso por esta línea de actividad y en su lista de patrocinadores sólo consta el mencionado partner chino.
Ante este escenario, Elliott ha decidido encargar a Gazidis un nuevo plan de viabilidad que permita asegurar la sostenibilidad del proyecto. Ello pasa por ajustar los costes, pero sobre todo por encontrar nuevas fuentes de ingresos que suplan los que se aseguró que se encontrarían en Asia. “El plan de negocio contenía muchas suposiciones y esperanzas para alcanzar el requisito de punto de equilibrio en el futuro, que eran riesgosos y no garantizados (altos logros deportivos, ingresos derivados del traspaso de jugadores, etcétera)”, señala la Uefa.
Gazidis prepara un plan de viabilidad que se basa en los ingresos por el nuevo estadio y un relanzamiento de la plantilla
El dirigente sudafricano ha esbozado las líneas maestras de su plan, que pasan por la construcción del nuevo estadio junto al Inter de Milán y el rejuvenecimiento de la plantilla mediante la promoción de la cantera y la captación de jóvenes talentos. “Necesitamos reconstruir un equipo a largo plazo y se necesita una gran disciplina”, explicó días atrás, durante la presentación del delantero Krzysztof Piątek.
Su prioridad es asegurar la presencia del primer equipo en Champions League, pues asegura un elevado volumen de ingresos para cuadrar las cuentas. A su vez, esa presencia internacional daría un impulso al negocio comercial, que en 2017-2018 cayó un 10,4% por la decisión de rescindir anticipadamente su acuerdo con Adidas para firmar por Puma; ahora, también negocia renovar al alza con Emirates, algo que dependerá de su continuidad en la élite.
En total, los ingresos por televisión pasaron de 98,4 millones a 109,3 millones de euros, mientras que la taquilla se disparó un 61,2% y alcanzó los 35,3 millones. Por el contrario, la factura por publicidad y patrocinio retrocedió un 12,3%, hasta 44,7 millones de euros, que la dirección atribuye a una reducción de los pagos de Adidas en su último año de contrato; la división de merchandising fue inferior en un 5,8%, hasta 17,8 millones. Por otro lado, las plusvalías por traspasos se multiplicaron por siete, hasta 255,8 millones.