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El Levante UD amarra su futuro: invertirá hasta 11 millones en su nueva ciudad deportiva

El presidente del club, Quico Catalán, busca “regenerar la masa social” con políticas comerciales agresivas para llenar el Ciutat de València, al que darán un nuevo impulso cuando cancelen este año los últimos 5 millones de deuda concursal tras siete años en beneficios.

Marc Menchén

22 nov 2017 - 04:57

El Levante amarra su futuro: invertirá hasta 11 millones en su nueva ciudad deportiva

 

 

El domingo ganaron 0-2 a la UD Las Palmas y ahora ya toca pensar en el próximo partido en el Ciutat de València. En sus despachos es donde el presidente del Levante UD, Quico Catalán, atiende a Palco23 para analizar el proyecto del club, que busca “regenerar la masa social” y dar un nuevo impulso al proyecto deportivo con importantes inversiones. La entidad trabaja en la construcción de una nueva ciudad deportiva por hasta once millones de euros y una nueva vuelta de tuerca a la remodelación del estadio. Ello, tras sietes años en beneficios y una temporada en la que pondrán fin a la deuda concursal.

 

No son proyectos que hayan surgido de un día para otro, sino que ya estaban madurándose en 2015, cuando la Fundación Cent Anys, que controla el 70% del capital, decidió rechazar la oferta de Robert Sarver, empresario estadounidense que finalmente compró el RCD Mallorca. “Había mucha presión, pero lo que a mí me motivó a decir que no es que renunciar a la esencia de seguir siendo un club gestionado por valencianos sólo puede renunciarse si la oferta es irrechazable o hay una situación límite”, argumenta.

 

En ese momento es cierto que el club granota aún arrastraba una deuda importante, pero el nuevo ciclo audiovisual y la venta de algunos jugadores en el pasado como Keylor Navas han permitido acelerar el saneamiento, con un beneficio de 2,7 millones incluso en su paso por Segunda en 2016-2017. “Este año acabaremos de pagar los cinco millones de euros que aproximadamente quedan de la deuda privilegiada”, avanza. Es decir, que sólo quedarán por pagar 15 millones a CaixaBank y Ruralcaja, con unas cuotas anuales que será de máximo 1,5 millones, frente a los cinco o seis millones que debían destinar hasta ahora a cancelar compromisos.

 

 

 

Esta mejora de la situación les permite acometer con mayores garantías las inversiones previstas, pero también aplicar agresivas políticas comerciales que se han mostrado exitosas, como regalar el abono a aquellos que fueron más fieles durante su fugaz descenso a Segunda. “Hemos sacrificado unos dos millones de euros, pero más que una renuncia lo veo como una inversión a futuro. Con la televisión estamos creciendo y tiene que repercutir en el aficionado”, defiende el dirigente.

 

Este año han superado ya los 22.000 abonados, pero Catalán quiere ir un poco más allá de los números. “Estamos rejuveneciendo la masa social, y medidas como que los menores de quince años puedan entrar gratis si sus padres o abuelos son abonados ayuda a transmitir ese sentimiento levantinista heredado”, opina. En el recuerdo, el traslado al Ciutat de València de hace 48 años: “los más veteranos recuerdan que pasar del centro a las afueras hizo que perdiéramos a una o dos generaciones de aficionados”, apunta.

 

Pese a este trabajo por aumentar la masa social, el presidente y primer ejecutivo no ve prioritaria una ampliación del aforo del estadio, que actualmente se sitúa en unos 25.000 espectadores y que este verano ha culminado su restyling. “No nos tenemos que volver locos. Tenemos un estadio muy bueno para los próximos diez o quince años, y la remodelación que plantearemos es crecer en algún nivel más en tribuna para mejorar servicios e introducir nuevas posibilidades comerciales”, avanza.

 

 

 

Catalán asegura que “la reducción de deuda iba aparejada a los proyectos del estadio y la ciudad deportiva”. El dirigente recuerda que llevan cinco años trabajando en un plan definitivo para su futuro centro de entrenamiento junto al Ayuntamiento de Valencia y Puertos del Estado, que espera que se pueda desencallar durante el próximo año para que las grúas entren en enero de 2019.

 

“Estamos muy cerca de los acuerdos necesarios. La idea es invertir entre ocho y once millones de euros, dependiendo de cómo quede el proyecto definitivo”, apunta. Por ejemplo, resta por saber si será una concesión administrativa o qué otra fórmula se utilizará, y cuál será el canon anual a pagar por el uso de una parcela que, inicialmente, incluía una decena de campos de fútbol, con oficinas y otros servicios complementarios en una parcela de 90.000 metros cuadrados. De ahí que se estime un periodo de obras relativamente corto, de año y medio.

 

“Es una cuestión fundamental para atraer a futbolistas; hay muchos que piden conocer la ciudad deportiva antes”, señala. El ejecutivo admite que el hecho de tener las instalaciones actuales en Buñol, un municipio a 35 kilómetros, es un hándicap en muchas ocasiones para captar sobre todo talento joven de la ciudad y alrededores. Además, podrán financiarlo parcialmente con la venta de los terrenos donde hoy entrenan, pues son de su propiedad, aunque es una negociación que queda muy lejana en el tiempo.

 

 

 

 

El Levante también ve estas inversiones como uno de los pilares sobre los que debe descansar la política deportiva, cuyo objetivo prioritario es “consolidar al equipo en Primera, sabiendo que es una cuestión cíclica y que en España sólo hay tres equipos que jamás han descendido”.

 

Es importante en términos de ingresos, por lo que supone la televisión, pero también para crecer a nivel comercial. “Conseguir un patrocinador principal español es muy difícil y hay que salir al mercado internacional, algo que estamos buscando hacer con escuelas en EEUU y China”, señala. Y la experiencia reciente no ha sido positiva, pues al último patrocinador, al que Hacienda puso bajo la lupa, le está reclamando 750.000 euros por impagos.

 

El objetivo es conseguir una marca que estampe su logo en el frontal de la equipación, para lo que Catalán asume que también necesitan estabilidad en la categoría, entre otra cosas. “No nos importa ser atrevidos y que vean que somos un club dinámico”, defiende. Dos adjetivos también importantes sobre el césped, y que de momento les permite estar en la zona media de la clasificación.