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Camacho (Real Canoe): “Para crear a deportistas olímpicos necesitamos dinero de la Administración”

El presidente del Real Canoe, Ricardo Camacho, desgrana las claves para mantener uno de los clubes de natación con más historia de España. Fundado en 1930, es una de las dos únicas entidades del país con secciones de natación, waterpolo, saltos y natación artística.

Patricia López

5 nov 2018 - 04:57

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El Real Canoe, club histórico en baloncesto femenino, es uno de las entidades más reconocidas de España en las disciplinas vinculadas a la natación. Ahora, también despunta en baloncesto masculino en LEB Oro.

 

Han pasado 88 años desde que el Real Canoe empezó a formar talento en la piscina. Ahora, es uno de los dos únicos clubes de España que puede afirmar tener las cuatro secciones acuáticas, natación, sincro, waterpolo y saltos, en la élite. “En los estatutos dice que nos tenemos que dedicar a la práctica de la natación y de sus secciones, nuestra historia nos ha llevado a ese camino, y debemos respetarlo”, explica Ricardo Camacho, presidente de uno de los clubes deportivos más emblemáticos de Madrid, en una entrevista con Palco23.

 

La piscina es un medio que el directivo conoce bien. Fue el primer saltador español finalista en unos Juegos Olímpicos, en Moscú de 1980; su hija e hijo compiten en las selecciones de sincronizada y saltos, y lleva seis años al frente del Real Canoe, un club social formado por 6.300 afiliados que mantienen unas instalaciones de 10.000 metros cuadrados en la capital española.

 

“La dificultad de gestión está en que aglutinamos el servicios social con el deporte de alto nivel. Un socio que llega a la entidad debe entender que combinamos ambas cosas; es complicado, pero lo hacemos. Entendemos que el deporte, además de estar en nuestro ADN, nos da riqueza económica”, explica Camacho. No se refiere al plus comercial que aporta el deporte de élite; se refiere a que la formación deportiva es un polo de atracción de socios, ya sea para “jugar al baloncesto, al pádel o al ajedrez”.

 

 

 

 

La masa social es de vital importancia para la supervivencia del club, ya que aporta en torno al 90% del presupuesto, que es de 5,2 millones de euros. El 58% corresponde a las cuotas sociales, el 5,4% a acuerdos de patrocinio, y el 1,6% a las subvenciones del Ayuntamiento y el Gobierno autonómico. “Ahora estas ayudas se han reducido, y el patrocinio es fuerte especialmente en la sección de baloncesto, pero el agua vende muy poco”, lamenta. El 35% restante del presupuesto  procede de atípicos, como el acceso puntual a la piscina, la escuela de natación, las clases deportivas digitadas, los campus infantiles o el alquiler de espacios.

 

Con un presupuesto de cinco millones de euros, el club opera una instalación que cuenta con gimnasio, seis piscinas y pistas de pádel; paga las nóminas a 109 empleados y mantiene las secciones, incluido el deporte de élite. A esta línea destina 374.500 euros, el 7,2% de los ingresos, una cantidad muy alejada de los 900.000 euros que se invertían en 2010. En esta partida se incluye el rugby, que recibe 2.000 euros del presupuesto, y el baloncesto, que en los años 80 vivió su época dorada en la Liga Femenina, una competición que fundó. El deporte de la canasta tiene un presupuesto de 72.500 euros en la actualidad. Los 300.000 restantes se destinan a los deportes de agua.

 

“Ahora, la categoría masculina es la que más alegrías nos está dando, pero es gracias al patrocinio. ZTE optó hace un año por ser sponsor principal, lo que nos ayudó a ascender a LEB Oro”, explica. Los ingresos que genera cada sección a través de las marcas van a parar a ese deporte. “No podemos tocar los ingresos comerciales que general el baloncesto; es una aportación vital porque nos permite no hacer un esfuerzo económico extra para competir en LEB Oro. Si no hubieran sponsors, daríamos un paso atrás”, admite.

 

 

 

 

Más allá de los patrocinadores, Camacho remarca la importancia de los socios, “que nos han acompañado en cada proyecto de remodelación que hemos realizado”. Recientemente el club ha invertido 200.000 euros para habilitar un gimnasio nuevo dirigido a los deportistas y a los empleados “para dar más comodidad y espacio a los socios. De no ser por ellos, no hubiéramos podido hacerlo”, valora.

 

La puesta a punto de las instalaciones ha sido uno de los ejes estratégicos de Camacho desde que llegó a la presidencia hace seis años. “Lo malo de operar en el centro de Madrid es que tenemos mucha competencia, pero a la vez somos un aliciente porque tenemos seis piscinas, y tratamos de dar valor a esta circunstancia para diferenciarnos”, asegura. La instalación se construyó en 1963 y se ha convertido en una de las señas de identidad del club. Tanto es así que, hasta que el directivo finalice su mandato en 2021, ha fijado como reto seguir mejorando el complejo.

 

 

 

 

Camacho remarca que el apoyo de la Administración será vital en ese proceso. “A la futura Ley del Deporte le pido que los organismos públicos nos den más ayudas, porque aunque seamos una entidad privada no tenemos ánimo de lucro y damos un bienestar social”, argumenta. El club es rentable, pero reinvierte sus ganancias en mejorar el complejo y pagar la deuda con las entidades bancarias que han financiado las obras acometidas.

 

Desde los Juegos de Londres de 1948, por el Real Canoe han pasado 70 deportistas olímpicos, entre saltadores, nadadores y waterpolistas.  Entre las estrellas más recientes está Duane Da Rocha, campeona de Europa en 2014. “Nosotros aportamos la base, becamos a algunos deportistas para mantener el talento, pero sin ayudas no podemos mantenernos en el deporte de alto nivel. Para crear deportistas olímpicas necesitamos dinero de la Administración”, reclama.