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Ballesteros (Club de Campo): “Hemos cambiado ciertas costumbres que estaban obsoletas”

El director del Club de Campo Villa de Madrid explica que con su nuevo plan estratégico pretenden abrir la instalación a los madrileños, mejorar el servicio y profesionalizar la gestión.

P. López

20 mar 2018 - 04:55

El Club de Campo Villa de Madrid tiene un presupuesto de 26 millones de euros y unos beneficios anuales de dos millones

 

Joaquín Ballesteros es el hombre por el que apostó el Ayuntamiento de Madrid en 2015 para pilotar la estrategia del Club de Campo Villa de Madrid y, desde su llegada a la dirección, la instalación ha seguido jugando en la liga de la rentabilidad. Con un presupuesto de 26 millones de euros y unos beneficios anuales de dos millones, el complejo deportivo está listo para ponerse al día. “Invertimos todos nuestros beneficios en mejorar el club, y ahora queremos dar un paso más allá”, comenta el directivo.

 

Exclusivo ha sido el atributo que ha acompañado a la instalación desde sus orígenes, un estigma del que quiere desprenderse. “Con más de 30.000 abonados, el club de campo es una pequeña ciudad. Además, es una instalación municipal y por lo tanto está abierta a todo el mundo. Debemos ser fieles a esa misión”, explica Ballesteros, gerente de un complejo controlado por el Ayuntamiento de Madrid, con un 51% de las acciones, y la Real Sociedad Hípica Club de Campo, con un 24,5%. El 24,5% depende del Gobierno, en tanto que está considerado patrimonio nacional.

 

La elección de Ballesteros por parte del Ayuntamiento en 2015 no fue baladí. Exdirector del centro de servicios y recursos para estudiantes de la Universidad Carlos III, trabajó durante más de veinte años en cuestiones relacionadas con la educación y el deporte; de ahí que el público juvenil se haya convertido en uno de los objetivos del club. “Tenemos más de 3.500 niños inscritos en las escuelas deportivas, y hemos reforzado esta apuesta dirigiéndonos a los centros educativos”, explica.

 

 

 

 

El reto está en ampliar el tipo de público, motivo por el que los colegios acuden a la instalación dos días a la semana para introducir a los menores en la práctica de las principales disciplinas que se imparten: hockey, hípica y golf. “Así nos damos a conocer tanto a nosotros mismos como a estos deportes, y posiblemente eso provoque que un futuro escojan estas disciplinas”, justifica.

 

Extender el target es una de las acciones estratégicas que está siguiendo la dirección para garantizar la sostenibilidad de la instalación en el largo plazo y abrirla a la sociedad. Esta línea les ha obligado a “hacer un cambio de planteamiento de filosofía muy fuerte”, indica Ballesteros. ¿El motivo? La dualidad entre deporte de élite y profesional, y el deporte como actividad lúdica.

 

“Nos hemos dado cuenta de que cuando hablamos de niños y niñas y deporte, hablamos de una comunidad formada por ellos, por sus padres y por los entrenadores. Ese conjunto debe funcionar como equipo en el que el entrenador no sólo es un gran técnico deportivo; también un buen educador”, argumenta.

 

 

 

 

Es una visión que está muy relacionada con uno de los cuatro ejes estratégicos que ha definido la instalación para el ciclo 2018-2021, y que tiene que ver con incrementar oferta y servicios deportivos. “Este club estaba muy centrado en la actividad deportiva competitiva y hoy día la sociedad demanda salud y calidad de vida”, explica. 

 

La nueva hoja de ruta consta de 51 medidas que incluyen la construcción de un gimnasio y un plan de accesibilidad universal entre otras, y que debe ratificar, y que el consejo de administración deberá ratificar. “Con el plan nos hemos demostrado que teníamos que adelantarnos al futuro del club para gestionarlo de la manera más profesional posible”, asegura.

 

En este contexto de abertura a nuevos públicos, el directivo admite que una de las dificultades de gestión a ha afrontado desde su llegada ha sido la de cambiar “ciertas costumbres que estaban obsoletas”. Según Ballesteros, el equipo se ha empleado a fondo para modernizar las cuestiones de disciplina interna porque “no se puede transmitir la sensación de que la instalación pertenece a una persona, porque lo cierto que es que pertenece a muchas. Por eso implantamos un comité de disciplina”.