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Aranzábal dejará la presidencia ejecutiva del Eibar en mayo

M.M.A.

21 abr 2016 - 19:06

Las tensiones que se produjeron en el sí de la SD Eibar el pasado verano han acabado afectando a su principal ejecutivo. Alex Aranzábal, presidente de la entidad y uno de los accionistas con más peso, ha decidido poner fin a su etapa en el conjunto armero, después de once años como consejero y siete años y medio como presidente. La renuncia se hará efectiva durante el mes de mayo, una vez finalizada la temporada.

 

"Esta decisión fue acordada en la última reunión del consejo de administración y su comunicación a la opinión pública estaba planificada para el final de la temporada pero se ha anticipado por las informaciones publicadas hoy", indican en un comunicado. La entidad se refiere a la información de la televisión pública del País Vasco, ETB, que ha avanzado la información asegurando que se debe a la pérdida de apoyos en el consejo por parte de Aranzábal.

 

El consejo deja las explicaciones para el final del curso, aunque en la última junta de accionistas ya se escucharon voces de algunos socios en contra de que el comité de dirección del presidente saliente pudiera tomar determinadas decisiones sin antes consultar. Sin ir más lejos, molestó mucho en su día el despido de Gaizka Garitano. Entonces, se decidió que algunos de los consejeros entrarán también a tener funciones ejecutivas.

 

“Se ha firmado un acuerdo por los trece consejeros que garantiza la convivencia y la estabilidad social para lo que queda de mandato”, aseguró entonces José María Arrizabalaga, que se incorporó al día a día junto a Mikel Larrañaga, que fue el primer alcalde de Éibar tras la dictadura de Franco, y Ricardo Aristondo, que fue directivo durante varios años del grupo cooperativista Mondragón.

 

Está por ver quién tomará las riendas del club, después del vuelco que le ha conseguido dar Aranzábal en los últimos años. Con un equipo de sólo once personas, la entidad logró preservar la permanencia en Primera División el año pasado, esta temporada lo tiene prácticamente hecho y ello sin incurrir en números rojos, ni siquiera en la campaña del ascenso a la élite del fútbol español.

 

Su modelo empresarial le ha servido para publicar un libro, pero incluso la escuela de negocios IESE ha publicado un caso sobre la gestión de la entidad, que ha sabido preservar su carácter social y familiar adaptándose a las exigencias de la competición.

 

Hace dos temporadas, en la 2012-2013, el club apenas facturó 1,79 millones, cifra que en el último ejercicio, el primero en la élite del fútbol español, ya alcanzó los 18,86 millones de euros. Y la previsión para esta temporada pasa por incrementar ese importe en un 72%, hasta los 32,454 millones. Pese a estos fuertes aumentos de la facturación, la entidad presidida por Alex Aranzábal ha sabido controlar los costes, que han crecido a menor ritmo.

 

Ello ha permitido al club obtener un beneficio creciente, tanto en términos absolutos como en términos porcentuales si se evalúa su peso sobre los ingresos. En la 2013-2014, la última en Segunda División, el club armero ganó 456.175 euros, equivalente al 11,28% de la cifra de negocio. Este ratio ya alcanzó el 19% en la 2014-2015, cuando el resultado neto se situó en 3,58 millones. Y en el actual ejercicio, que aspiran que sea el de su consolidación en Primera, estiman un beneficio antes de impuestos de 10,81 millones, por lo que este indicador podría rozar el 25%.

 

Otros indicadores de la solvencia del club es que no depende de traspasos para cuadrar sus cuentas, su endeudamiento neto en términos de La Liga es nulo y, de hecho, no tiene préstamos bancarios. Es más, tiene depósitos a largo plazo en entidades financieras por 8,05 millones de euros y un tipo medio del 0,75%. Son imposiciones constituidas en el ejercicio actual, ya que en la temporada anterior no existían.