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2017: la salvación de ‘La Penya’, entre la canasta y el ladrillo

El Divina Seguros Joventut ha salvado un balón envenenado y ha ganado su partido más importante: el seguir siendo uno de los clubes históricos del baloncesto español.

Guillermo G. Recio

28 dic 2017 - 04:59

El club estuvo a punto de disolverse, pero gracias a los acuerdos firmados este 2017 La Penya continúa su andadura en la ACB

 

 

Aunque se trata de uno de los clubes más laureados y, por tanto, con más historia del baloncesto español, el Divina Seguros Joventut ha pasado por sus peores momentos en los últimos años. No necesariamente por los resultados deportivos, sino por una situación económica que le llevó a casi sellar su disolución.

 

La crisis inmobiliaria afectó de lleno a las cuentas del club verdinegro. La estrategia para poder competir con otros equipos de la ACB con presupuestos más altos, gracias a mecenas o al fútbol, pasaba por lograr ingresos extraordinarios con operaciones vinculadas al ladrillo. Sin embargo, tras varios años con grandes deudas con proveedores y Hacienda, el club vio la luz.

 

Los pactos con el Ayuntamiento de Badalona han supuesto la conclusión de una serie de negociaciones iniciadas a finales de 2016 por el expresidente Jordi Villacampa antes de abandonar el cargo. El primer problema que se resolvió fue la venta de una parcela en el barrio del Pomar a Mercadona, que supuso el ingreso de tres millones de euros para cancelar la hipoteca que pesaba sobre este activo con Bankia y adelantar parte de la deuda con Hacienda.

 

Pese al interés de la cadena de supermercados, tuvieron que pasar varios años y diferentes trámites burocráticos para formalizar la operación, con los contratiempos económicos que ello supuso para el Joventut, que llegó a presentar concurso de acreedores. La inyección de liquidez que supuso la venta de esta parcela permitió lograr un acuerdo singular con la Agencia Tributaria para poner punto y final a uno de los mayores quebraderos del club de baloncesto, que en los últimos meses incluso había sufrido embargos ante la dificultad de cumplir con los vencimientos.

 

 

 

 

El nuevo calendario establece un plazo de ocho años para pagar una deuda que ha bajado diez millones a 2,4  millones de euros. El Joventut de Badalona llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de Badalona para traspasarle la propiedad del Club Esportiu Mas-Ram, aunque todavía está pendiente de ratificar. Con todo, el club ha empezado este año a limpiar una deuda con sus proveedores de cerca de 1,8 millones de euros.

 

También se logró un pacto con Bankia que permitió cancelar la deuda de cuatro millones asociada unos terrenos del barrio badalonés de Canyet; entre los acreedores también estaban CaixaBank y el Instituto Catalán de Finanzas (ICF). En esta superficie, que costó 2,2 millones de euros, se pretendía construir un centro educativo de sexos segregados gestionado por el Opus Dei, algo que tras la oposición vecinal obligó al consistorio a no otorgar las licencias necesarias.

 

Además, el Divina Seguros Joventut ha logrado otro acuerdo con el consistorio para no pagar la deuda acumulada en los últimos años por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del pabellón. Este pacto implica la cancelación de algo más de 1,3 millones de euros y también tiene en cuenta la puesta en marcha de las normativas de seguridad y exigencias para que el Olímpic de Badalona pueda volver a albergar conciertos y otros espectáculos más allá del baloncesto.

 

Con ello, se generarán más ingresos para el club y para la ciudad. De hecho, los planes de la entidad verdinegra pasan por aumentar un 25% su presupuesto para el próximo año, centrándose en el ticketing, los patrocinios y la oferta de nuevos servicios en el pabellón, como la restauración.