Equipamiento

De megáfonos a ordenadores: Open Camp ofrece a Colau 460.000 euros en activos para saldar su deuda

El parque temático, que ya ha presentado su plan de liquidación, espera devolver parte del dinero a los acreedores con la venta de equipamiento como ordenadores, banderas y megáfonos. Además, ya ha cancelado el pago del canon con el Ayuntamiento de Barcelona por un total de casi un millón de euros.

De megáfonos a ordenadores: Open Camp ofrece a Colau 460.000 euros en activos para saldar su deuda
De megáfonos a ordenadores: Open Camp ofrece a Colau 460.000 euros en activos para saldar su deuda

Guillermo G. Recio

16 mar 2018 - 05:00

BSM ya se ha quedado con mejoras por valor de 1,4 millones en la Anilla Olímpica y con equipamiento valorado en 1,1 millones

 

 

 

Open Camp busca la manera de saldar una deuda de más de diez millones de euros. La administración concursal del parque temático del deporte ha puesto en marcha el plan para liquidar todos sus activos con los que afrontar sus obligaciones. Entre las propuestas, una oferta de 459.544,89 euros en equipamiento al Ayuntamiento de Barcelona que serviría para cumplir con otros acreedores, según el plan de liquidación al que ha tenido acceso Palco23.

 

La compañía fundada por Paco Medina ha colgado el cartel de en venta en todas sus pertenencias, tanto físicas como intangibles, pero antes ha abierto una fase previa con el gobierno municipal de Ada Colau. En concreto, confía en colocarle directamente a Barcelona de Serveis Municipals (BSM), la empresa pública que gestiona la Anilla Olímpica de Montjuïc, unos activos que van desde ordenadores, hasta megáfonos y banderas.

 

“Resultaría plausible que suscitaran interés de compra por parte de BSM, bien sea por su naturaleza, por la forma en que están instalados, por su volumen o los daños que eventualmente podrían causar al estadio al ser desinstalados”, precisa el documento. Se trata de activos algo difíciles de vender a otra empresa, como las “obras de adecuación de la Torre Calatrava”.

 

El consistorio todavía puede presentar ofertas por un mínimo del 80% de los 459.544,89 euros, aunque de momento no se han pronunciado. Este diario no obtuvo ayer respuesta por parte de la Administración. Si BSM no quiere hacer uso de su derecho a esta compra directa, los activos saldrán a la venta junto al resto de material que formaba parte de las atracciones del parque como canastas y proyectores, valorados en 2,58 millones de euros.

 

 

 

 

Por otro lado, la marca Open Camp se ha tasado por 3.900 euros, un importe que puede ser asumido por cualquiera de los países e inversores que se acercaron a Barcelona para abrir sus propios proyectos parecidos en ciudades como Atenas o Río de Janeiro y aprovechar así unas instalaciones olímpicas en desuso.

 

Actualmente, según el citado documento, la administración concursal de Open Camp ha alcanzado un acuerdo con BSM para la resolución del contrato que los vinculaba. Como compensación por el canon acordado y convertido en deuda, cifrado en 941.257,71 euros, la empresa pública accede a cobrar este importe al quedarse con los altavoces del sistema de megafonía y las cámaras de Open Camp, valorados en 1,19 millones de euros IVA incluido.

 

El contrato entre el parque y el Ayuntamiento de Barcelona contemplaba un pago total de 36 millones en cinco años a BSM entre canon fijo y variable e inversiones. Por este motivo, como parte del acuerdo suscrito entre ambas partes, varias inversiones valoradas en 1,4 millones, como la red wifi y los cuadros eléctricos que se renovaron, han quedado como mejora en el Estadio Olímpico, a favor de la arrendadora BSM.

 

Esta forma de dación en pago se ha llevado a cabo “dada la particularidad de los activos de los que se trata”. “La localización de interesados en realizar ofertas por las experiencias requiere el conocimiento del sector, clubes y asociaciones deportivas, así como los propios proveedores de los activos”, apunta la administración concursal, sobre el resto de propiedades.

 

 

 

 

Los abogados que llevan el caso han comentado que “si finalizada la segunda fase de liquidación no resultaren adjudicados los activos de la concursada por los procedimientos referidos, se entenderán que no tienen valor ni interés en liquidación ni para el concurso y se procederá a su abandono”.

 

También se ha abierto el plazo para que se puedan presentar pruebas que demuestren una negligencia de los gestores de Open Camp, algo que serviría para que, si los activos no sirvieran para pagar toda la deuda,  el consejo de administración del parque deba responder con su propio patrimonio. En julio, su deuda se estimó en unos 13 millones de euros, la mayoría correspondiente a socios del proyecto (en torno a ocho millones).

 

En su primera temporada, el parque temático del deporte contó con 105 empleados, 30 de ellos indirectos. En julio de 2017, y ante los problemas de la instalación, los sindicatos convocaron varias concentraciones para que Ada Colau declarara de interés general y comunitario el complejo y ayudar así a Open Camp en la faceta financiera.

 

En sus inicios, la empresa cerró una ronda de financiación en la que captó 13,5 millones de euros y en la que participaron la firma de capital riesgo Inveready y Marco Corradino, fundador del portal de viajes Bravofly. En la operación también participaron hasta quince socios más, entre ellos diferentes family office, según explicaron fuentes de la promotora de este parque de entretenimiento vinculado al deporte.

 

El objetivo de Open Camp y BSM era aprovechar las instalaciones deportivas construidas para los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, ya que muchas de ellas estaban cerradas y tenían poca actividad más allá de conciertos puntuales. Las primeras previsiones apuntaron a facturar entre 20 millones y 26 millones de euros anuales. Sin embargo, el proyecto no ha tenido éxito en la capital catalana, ¿lo tendrá en otra parte del mundo?