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Especial 2020: El negocio del deporte en el año del Covid-19

El esquí abre en España pero contiene el aliento con las olas del coronavirus

Las estaciones se emplearon a fondo para el nuevo curso y aumentaron la inversión un 3,6%, sobre todo para poder hacer frente a una temporada especial, la apertura no pudo realizarse hasta después del puente de diciembre.

Miquel López-Egea

30 dic 2020 - 05:00

El esquí abre en España pero contiene el aliento con las olas del coronavirus

 

Como cada año, Palco23 realiza en las últimas semanas de diciembre un repaso a los últimos doce meses en el negocio del deporte, marcados por el impacto de la pandemia del Covid-19. Análisis macroeconómico de España y el mundo, recorrido por los fenómenos sociales que ha provocado el coronavirus y reportajes sobre el impacto en los principales clubes, competiciones y federaciones del sector forman el Especial 2020: el negocio del deporte en el año del Covid-19.


 

La primera ola pilló de refilón a las estaciones de esquí, cuando buena parte de la temporada ya estaba completada. La segunda, atrasó el inicio de la llegada de esquiadores a las pistas españolas. Ahora, el sector contiene el aliento ante la esperada tercera ola, que podría dinamitar el final del curso 2020-2021.

 

El cierre las estaciones el pasado marzo por el decreto del estado de alarma en España hizo que las instalaciones que forman parte de la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña de España (Atudem) registraran un descenso en la facturación del 2,74% en 2019-2020, mientras que la caída de visitantes fue del 16,8%.

 

La pasada temporada, las estaciones ingresaron 118,75 millones de euros, tuvieron 4,7 millones de esquiadores y contuvieron el impacto de la pandemia gracias a un incremento del ingreso diario por persona en las estaciones, que aumentó un 8,8% en comparación con la temporada anterior, hasta 24,8 euros. En el Pirineo se concentraron el 71% de los esquiadores, que esquiaron un total 96 días, a causa del cierre prematuro por el estado de alarma. Las estaciones generaron 3.018 empleos directos, un 2,1% más que el año anterior.

 

 

Para la presente temporada, ante la necesidad de implementar unos protocolos sanitarios exhaustivos, las estaciones aumentaron su inversión un 3,6%, hasta 37,5 millones de euros. Y, todo ello, sin saber si podrían abrir y en qué condiciones.

 

Finalmente, el 6 de diciembre la pequeña estación de Punto de Nieve Santa Inés (Soria) inauguró la temporada: fue la única que lo pudo hacer durante el puente de la Constitución. Las principales estaciones españolas pudieron abrir antes de Navidad en contra de los deseos de los otros países europeos y con muchas medidas sanitarias y restricciones de movimiento. Las estaciones catalanas lo hicieron el 14 de diciembre y Sierra Nevada, el 18 del mismo mes.

 

 

 

 

Abrieron tras unas semanas convulsas en las que las restricciones obligaron a Candanchú y al Grupo Aramón a aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) por fuerza mayor sobre toda su plantilla.

 

Quienes no lo pudieron hacer fueron las estaciones de Andorra. En noviembre, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, había advertido de que su país impondría controles si otros países vecinos, es decir, España y Andorra, pretendían abrir sus estaciones de esquí durante las vacaciones de Navidad.  “Si hay países de la Unión Europea o de fuera que mantienen sus estaciones abiertas, nosotros aplicaremos medidas de control, primero para disuadir a nuestros ciudadanos”, explicó.

 

 

 

 

Asimismo, Alemania, además de cerrar sus propias estaciones, propuso que lo hicieran también todas las estaciones europeas hasta 10 de enero, tal como hizo Italia. Sin embargo, España explicó a sus socios que la decisión quedaba en manos de las comunidades autónomas, después de crear una mesa de trabajo para estudiar la situación.

 

Andorra obedece

El 4 de diciembre el jefe de Gobierno de Andorra, Xavier Espot, compareció junto al presidente de la patronal de las estaciones Ski Andorra, Francesc Camp, para anunciar que la apertura de las estaciones no produciría hasta 2021. El 3 de enero fue la fecha marcada en el calendario, que permitirá intentar salvar un 70% del negocio del curso.

 

La decisión obedecía al “principio de buena vecindad” y a la voluntad de ser “leales” a los países europeos que decidieron no abrir las estaciones en el periodo navideño, principalmente a Francia, país con quién Andorra comparte jefe de estado. Así lo explicó Espot, quien recordó las limitaciones de movilidad y la situación sanitaria actual.

 

Esperamos poder tener una temporada relativamente normal y aceptable que nos permita pagar los gastos, con esto ya estaríamos contentos”, subrayó Camp, quien también ocupa el cargo de alcalde de Canillo, localidad propietaria de Ensisa, compañía encargada de la gestión de Grandvalira juntamente con Saetde, de capital privado. El país tampoco se planteó abrir una parte de las estaciones para los residentes por el coste que supondría.

 

 

 

 

En esta línea, Grandvalira se vio obligada a contratar un 30% menos de personal que en la temporada 2019-2020, cuando tuvo 1.642 trabajadores de temporada y 332 empleados fijos.  Además, anticipó una caída significativa de visitantes, ya que una tercera parte de los turistas de la estación proceden de los mercados internacionales que no son Francia o España.

 

Baqueira-Beret, en la provincia de Lleida, realizó una inversión 7,5 millones para la temporada 2020-2021, cifra que supuso un 17% menos en comparación con la temporada anterior, cuando se situó en nueve millones de euros. A finales de octubre, la inversión se situaba entre tres y cuatro millones de euros, pero, si no hubiera sido por la pandemia, la estación hubiera invertido entre once millones y doce millones de euros. La mayoría de las inversiones han pasado por la tecnología.

 

Además, la estación catalana aseguró que un buen resultado sería vender un 40% menos de los 830.000 días de esquí de la temporada 2019-2020.

 

Por otro lado, Sierra Nevada realizó una inversión de nueve millones de euros para hacer frente al nuevo curso, igual que la temporada anterior. La estación tuvo unos ingresos de 30 millones de euros en la temporada 2019-2020, cifra que supuso perder un 20% de su negocio. Sierra Nevada cerró el año con unos números rojos de 600.000 euros. En esta línea, la estación granadina vendió 735.000 días de esquí en la temporada 2019-2020, cifra que a causa del coronavirus ha estado por debajo del millón de días de esquí previstos.

 

De esta manera, las estaciones españolas perdieron al menos un 5% de su negocio, aunque en el caso de haber sido obligadas abrir después de Navidad, el impacto en sus cuentas sería del 30%. El futuro del esquí es clave para el sector público, ya que el 76% de las estaciones españolas están controladas por las administraciones.  P