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Bicicletas eléctricas y urbanas: el ‘salvavidas’ de un negocio de 1.712 millones en España

Los fabricantes de ciclismo vendieron 1,04 millones de unidades en el mercado nacional en 2018, un 6,1% menos. Sin embargo, han encontrado en el cliente de las ciudades y en las exportaciones el paraguas bajo el que refugiarse para seguir impulsando la facturación.

Álvaro Carretero

27 jun 2019 - 04:56

Los fabricantes de ciclismo vendieron 1,04 millones de unidades en el mercado nacional en 2018, un 6,1% menos. Sin embargo, han encontrado en el cliente de las ciudades y en las exportaciones el paraguas bajo el que refugiarse para seguir impulsando la facturación.

 

 

Los fabricantes de bicicletas se enfrentan a un período en el que sus apuestas pueden marcar su evolución a corto y medio plazo. El número de unidades vendidas cayó por primera vez en España desde 2014; concretamente, un 6,1%, hasta 1,04 millones de modelos. La facturación, sin embargo, aumentó un 5,4%, hasta 1.712 millones de euros, debido al aumento del precio medio, por la irrupción de las ebikes. El auge de este tipo de vehículos ha obligado a las compañías a buscar en las ciudades a sus nuevos clientes y ha mitigado el retroceso de las bicis de montaña y las infantiles, aún representan el 75% de las unidades vendidas.

 

La venta de bicicletas eléctricas aumentó un 54,5% en 2018, hasta 111.297 unidades, mientras que las urbanas, aunque a menor ritmo, experimentaron un alza del 2,7%, con 122.518 bicis comercializadas. Entre las dos representan ya el 22,3% de la facturación, sólo por debajo de las de montaña y las infantiles, según el informe El sector de la bicicleta en cifras 2018, elaborado por la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (Ambe).

 

“Por primera vez desde que disponemos de serie estadística (2014), el número de unidades vendidas ha descendido”, advierte la asociación, que en su día achacó a Decathlon la caída en algunos segmentos. Pese al auge que han experimentado en los últimos años las bicicletas urbanas y motorizadas y el ritmo recesivo al que se enfrentan las de montaña, estas aún lideran las ventas, con 409.030 modelos comercializados, un 11,2% menos que en 2017. Le siguen las infantiles, cuya caída del 15,5%, hasta 328.744 modelos, ha sido catalogada como “preocupante” por la Ambe.

 

 

 

 

Ahora bien, el retroceso en el artículos vendidos no ha implicado que la facturación también caiga, sino todo lo contrario. Ello se debe al aumento del 17,2% en el precio medio de los artículos de ciclismo, que se situó en 706 euros. Todos los modelos experimentaron un alza interanual de entre el 2,8% y el 5% en su valor, con importes que oscilan entre los 2.165 euros de media que paga un cliente por una eléctrica, y los 141 euros en el caso de adquirir una para niños.

 

El ticket medio, por tanto, seguirá aumentando a medida que las bicicletas con motor ganen más peso, ya que son las que requieren de un mayor desembolso. Además, este tipo de productos han logrado salvar el impacto en la facturación que hubiera tenido el menor número de ventas en las categorías de montaña e infantil, lo que explica por qué los principales fabricantes de bicicletas han priorizado su desarrollo a futuro.

 

Esta es una de las razones que explica que BH Bikes adquiriese el 100% de Monty, empresa especializada en bicis urbanas que diseñó el primer modelo que se comercializó en España. “No queremos entrar en la pelea por las bicis ultra ligeras ni con mejor motor, sino trabajar con el usuario de ciudad”, ha explicado a este diario José María Macías, nuevo director general de Monty.

 

 

 

 

Es una carrera en la que también quiere adentrarse Orbea, cuyas ventas derivadas de las ebikes representan un 16% de la facturación. Berria, por su parte, ha lanzado su primer vehículo de este tipo en 2019, pero a diferencia de otras compañías, ha apostado por impulsar “la gama eléctrica enfocada al ciclista deportivo, no al urbano”, reconoce José Vitoria, fundador y director comercial de la compañía manchega.

 

El impulso que ha recibido la bicicleta en los principales núcleos urbanos de España también ha atraído a otros fabricantes extranjeros como Brompton o Canyon, que tratan de buscar nuevos nichos de mercado en Europa. “Nuestra bicicleta eléctrica ha crecido un 21% durante los últimos doce meses en España”, explica Will Butler Adams, consejero delegado de la compañía británica.

 

Los avances que se han producido en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia para integrar a las bicicletas dentro de sus calles han impulsado las ventas de estos productos, aunque aún se encuentran lejos de sus homólogos europeos, donde la bici es un medio de transporte estandarizado y plenamente integrado.


 

 

 

Esta tradición y la crisis del mercado español han derivado en un refuerzo de las exportaciones, que se han convertido en una bomba de oxígeno para mitigar la caída. En 2018, las ventas al extranjero de los principales fabricantes españoles alcanzaron su máximo histórico, con 139,5 millones de euros, un incremento del 15%. Sin embargo, no se ha conseguido mantener la inercia positiva, y hasta abril de 2019 las operaciones comerciales se han desplomado un 26,7%.

 

Esta situación ha hecho que el fitness haya desplazado al ciclismo como la industria que más volumen de venta aporta a las exportaciones de artículos deportivos españoles, aunque en el territorio nacional las bicicletas aún mantienen su predominio. ¿La razón? De nuevo, la subida del precio medio de este tipo de artículos para contrarrestar la pérdida del volumen de negocio.

 

El sector aún está marcado por la concentración de mercado de las tiendas especializadas, que concentran el 81% del total y fueron las únicas que lograron incrementar dicha cuota el año pasado. Las cadenas multideporte, por su parte, lograron una penetración del 11%, mientras que el 8% restante proviene de las grandes superficies. Sin embargo, son este tipo de establecimientos de grandes dimensiones los que más aperturas registraron en 2018 y los que podrían marcar el ritmo de crecimiento a futuro, según el informe de Ambe.

 

Un futuro que también estará directamente condicionado por las nuevas formas de consumo y los perfiles de ciclistas urbanos, que pondrá a prueba la capacidad de adaptación de fabricantes y detallistas. Mientras unos apuestan por la relocalización de la producción y la exportación, las tiendas especializadas tratan de hallar la fórmula para apurar el margen de beneficio y competir con los gigantes como Decathlon, pese a su tropiezo en 2018. ¿Serán capaces de subir una marcha para superar otro puerto?