Entorno

L. Cazorla (Cazorla Abogados): “La nueva Ley del Deporte es una fuente de problemas”

En el marco del quinto encuentro LaLiga de derecho del deporte de la temporada 2022-2023, el abogado ha reseñado que era necesario modernizar algunos aspectos del texto, pero que “las soluciones adoptadas dejan que desear”.

L. Cazorla (Cazorla Abogados): “La nueva Ley del Deporte es una fuente de problemas”
L. Cazorla (Cazorla Abogados): “La nueva Ley del Deporte es una fuente de problemas”
“El texto presupone que por el mero hecho de ser vocal formas parte de la titularidad real del club"

A. M.

25 ene 2023 - 05:00

Controversia legal en torno a la nueva Ley del Deporte. Una vez aprobado el nuevo marco jurídico regulador del deporte, las polémicas han comenzado a rodear al texto, que según el abogado de Cazorla Abogados, Luis Cazorla, es “una oportunidad perdida de evolucionar del modelo anterior y una fuente constante de nuevos problemas en el día a día”.

 

Tal y como ha apuntado el abogado Luis Cazorla en el seno del quinto encuentro LaLiga de derecho del deporte de la temporada 2022-2023, la nueva ley ha dado en el clavo modernizando ciertos parámetros, pero “las soluciones dejan mucho que desear y además la redacción de algunos textos es muy mejorable y va a ser objeto de gran debate en literatura jurídica”.

 

El letrado se ha centrado en analizar dos cuestiones de gran discusión en términos legales: la estructura organizativa de entidades profesionales y la problemática del blanqueo de capital. Antes de comenzar, recordó que el deporte español venía de una anterior Ley del Deporte que era un “magnífico texto legal, vigente muchos años y que permitió al deporte español la construcción del modelo económico actual”.

 

Para Cazorla, uno de los grandes problemas del texto es que niega la libertad de empresa, obligando a clubes a existir solamente como dos formas jurídicas: el club como modelo asociativo o la Sociedad Anónima Deportiva (SAD), manteniéndose anclado en un modelo de forma jurídica imperativa y entendiendo que el deporte profesional coincide con la definición de una entidad mercantil.

 

 

De esta forma, Cazorla sostiene que en lugar de solucionar uno de los inconvenientes del anterior texto de 1990, se ha multiplicado por dos. “Ha desaparecido la forma imperativa única y ha aparecido un modelo con dos formas jurídicas imperativas”, ha detallado Cazorla. “El texto se olvida de las Sociedades Limitadas (SL), el modelo empresarial más flexible, salvo para el deporte”, ha añadido.

 

Además, el texto pretende que las leyes que antes regulaban a las SAD ahora también regulen la organización de los clubes como modelos asociativos, olvidando que “son dos tipos de organizaciones diferentes que no trabajan de la misma forma”.

 

Otro de los grandes problemas del texto es la participación de los miembros de una junta directiva en el blanqueo de capital. Según reza la nueva Ley, si en un club no se sabe quien ejerce el control y este incurre en blanqueamiento de capital, la legalidad puede aplicar sobre cualquier miembro de la Junta Directiva.

 

El texto presupone que por el mero hecho de ser vocal formas parte de la titularidad real del club, en lugar de tener en cuenta la participación en el capital social de la entidad, que en ese caso sí podría aplicarse un delito conveniencia”, ha agregado el abogado.

 

Además, el letrado ha añadido que en las sociedades no mercantiles no hay títulos representativos, por lo que en el caso de clubes que no sean SAD es imposible saber cuál es la situación que se proscribe en una situación como esta. “He intentado leer este artículo, que es el número 68, y ni haciendo un gráfico consigo entenderlo”.

 

 

Además, el letrado ha rebatido la definición de consejero independiente que se detalla en el texto, recogida en el artículo 71. En él, se detalla erróneamente que el consejero independiente tiene que representar los derechos de la afición, “cuando en realidad es el consejero dominical quien realiza esa función, el independiente vela por el interés social de la mayoría”.

 

Por último, Cazorla ha aseverado que el texto es una “gran oportunidad perdida, ya que está lleno de imprecisiones y errores que en una charla tan breve no podemos discutir al completo”, aunque asegura que quizás con el paso del tiempo va “leyéndolo con más cariño y entendiéndolo mejor”.