Entorno

Damià Rey (UB): “Será habitual vivir pequeñas recesiones cada cierto tiempo”

El economista sostiene que, desde la crisis del 2008, los débiles crecimientos de las economías avanzadas indican la llegada de un nuevo periodo en el que cada cierto tiempo el Producto Interior Bruto (PIB) puede contraerse.

Damià Rey (UB): “Será habitual vivir pequeñas recesiones cada cierto tiempo”
Damià Rey (UB): “Será habitual vivir pequeñas recesiones cada cierto tiempo”
“Son tiempos de grandes amenazas para las empresas, pero también de grandes oportunidades”

Albert Martínez

5 ene 2023 - 05:00

Desde que la crisis de 2008 golpeara al mundo, las economías avanzadas han visto crecimientos muy débiles de su Producto Interior Bruto (PIB), a la vez que se enfrentan a un nuevo periodo de la revolución industrial. Si este modelo no cambia, será habitual observar caídas en las principales economías de vez en cuando. Así lo considera Damià Josep Rey Miró, profesor de teoría económica en la Universidad de Barcelona (UB) y director del GVC Institute. Pese a que el economista asegura que España no es el país que lo pasará peor en 2023, advierte que uno de los quebraderos de cabeza de la economía hispana puede ser el elevado endeudamiento que, desde 2008, ha pasado de ser el 30% del PIB a representar más de un 115%. Del mismo modo, señala que los sectores que más dificultades tendrán para enfrentarse al próximo año serán aquellos que estén más endeudados.

 

Pregunta: España se enfrenta a una crisis el próximo año, pero parece que la inflación será de las más bajas de la zona euro y el paro no se disparará ¿Qué podemos esperar de 2023?

 

Respuesta: No creo que debamos preocuparnos por el aumento de precios, sino de sus consecuencias: controlar la inflación siempre significa reducir el crecimiento económico. Lo complicado para el país ahora es gestionar la balanza fiscal: España gasta más de lo que ingresa y, si el PIB no crece, esto no se aguanta por ningún lado. Sufriremos para que la economía ascienda e incluso podemos caer en una pequeña recesión.

 

 

P.: Durante 2022, España se encomendó a la bolsa de ahorro de la pandemia. ¿Se puede confiar todavía en ese pulmón de los consumidores?

 

R.: La bolsa de ahorro cada vez es más endeble y, según JP Morgan, acabará sobre marzo de este 2023. La inflación y los costes financieros derivados de la subida del Euribor están terminando con este pulmón financiero que hasta ahora tenían los consumidores.

 

 

P.: El diccionario Colliers ha catalogado permacrisis como la palabra del año. ¿Será también la de 2023?

R.: Sin duda. Desde 2008 hasta ahora estamos viviendo un nuevo proceso en la revolución industrial, en un tiempo de crecimiento muy pequeño, por lo que somos muy endebles. A partir de ahora, viviremos pequeñas recesiones cada cierto tiempo, si no cambiamos nada. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos repensando, por ejemplo, la maquinaria de consumo, que mueve el 70% del crecimiento total del PIB. Los Gobiernos dicen que quiere ser más sostenibles y consumir menos, lo cual supongo que queda muy bien de cara al exterior. ¿Pero cómo vas consumir menos sin cambiar este modelo?

 

 

 

 

P.: Este ha de ser el año en el que por fin se ejecuten los fondos europeos. ¿Cómo impactarán en la industria?

 

R.: Ya veremos si son el primer paso de una nueva revolución industrial u otro plan más de estímulo económico. Lo importante es que la inversión ejecute cambios reales en el proceso productivo y ofrezca nuevos bienes y servicios al tejido económico. Si la digitalización no se cambia estas cosas, no significa nada. Se vuelve un concepto vacío. Los fondos deben ser finalistas: por ejemplo, en lugar de hacer más carreteras que atraviesen España radialmente, construir una conexión ferroviaria con Europa.

 

 

P.: ¿Como afectará la subida de tipos a los hogares?

 

R.: Los hogares han hecho bien el último año en pedir las hipotecas a tipo fijo, ya que las variables se enfrentan ahora a un impacto de 200 o 300 euros mensuales. Veremos que, a mitad de año, con la renovación de las hipotecas, las cosas irán a peor. Hasta ahora aún no hemos visto las consecuencias de las subidas de tipos en la calle.

 

 

P.: ¿Y a las empresas?

 

R.: Deberían refinanciarse con tipos de interés fijos. Han hecho mejor los deberes que en el 2008, por lo que ahora me preocupa mucho más el sector público que el privado.

 

 

 

 

P.: ¿Qué sectores lo pasarán peor?

 

R.: Los que estén más endeudados. Lo que está claro es que hay una revolución que afecta a todos los niveles: educativos, médicos, finanzas… Y para seguir adelante todos deben buscar formas de conseguir mayores rentabilidades. Por ejemplo, las empresas dedicadas a un público senior se salvarán antes: cada vez somos más mayores y la gente con más años es la que tiene más ahorros y más patrimonio. Por otro lado, los que sepan aprovechar la Inteligencia Artificial y los avances informáticos seguirán más tiempo en la brecha. Vivimos tiempos de grandes amenazas, pero también de grandes oportunidades.

 

 

P.: ¿Cómo pueden prepararse las empresas ante la crisis?

 

R.: Son muy importantes la contención de costes y el wait and see. Y, luego, abrazar todo lo posible la tecnología, pensando cómo podemos hacer más fácil la vida al cliente sin caer en enajenaciones como el metaverso. Hay que volver a poner al consumidor en el centro… Las empresas deben saber que 2023 será complejo: nunca había habido tanto consenso sobre que lo que viene será duro. Las crisis nunca se habían anunciado con tanto bombo y platillo. Por ello, las empresas también deben temer la crisis autoinducida: de tanto decir que las cosas se hunden, el consumo se frena y entonces sí que todo se cae.

 

 

 

 

P.: La inflación, la guerra, la crisis de la cadena de suministro… ¿Cuál es el mayor riesgo para la economía española?

 

R.: Que los inversores internacionales no se crean los números del gobierno. Desde 2008 a esta parte, el endeudamiento ha pasado de ser el 30% del PIB a ser el 115%, es un desajuste muy importante…

 

 

P.: ¿Y qué medidas hay que reclamarle a la Administración?

 

R.: Adelgazarse. Es el gran lema. La ley de Wagner sostiene que cada vez los presupuestos públicos serán mayores, pero hay que intentar que el sector público pierda peso. Y esa tendencia no parece revertirse: en 2021 se hizo una nueva partida de 400.000 plazas de funcionarios estatales. Estamos engrasando mucho esta maquinaria, olvidándonos que para tener un sector público muy grande debes tener también un gran sector privado. Gobernar con políticas fiscales expansivas es demasiado fácil, pero ahora necesitamos más racionalidad.

 

 

P.: La excepción ibérica ha creado una isla energética con precios más bajos en España y Portugal. ¿Cómo puede el país capitalizar esta ventaja?

 

R.: España debe convertirse en un pool de energía renovable, sobre todo solar, y proveer de energía limpia a Europa, que actualmente tiene precios insostenibles. Somos el país con más radiación solar del continente y debemos aprovechar nuestras ventajas. Para ello, hay que eliminar tantísima burocracia y facilitar la instalación fotovoltaica.