Entorno

La Fifa exigirá a los jugadores una declaración firmada 'antifondos de inversión'

M.M.A.

14 oct 2015 - 20:06

La Fifa quiere asegurarse que en el fútbol mundial no hay espacio para los fondos de inversión. Por ello, ha dado una nueva vuelta de tuerca a la regulación que prohíbe el third-party ownership (TPO) y obligará a los equipos a entregar una "prueba firmada por el jugador y el club anterior de que no existe la propiedad de los derechos económicos de futbolistas por parte de terceros". De esta manera, se conseguiría que los deportistas también colaboren en poner fin a esta actividad, bajo riesgo de ser sancionados si mienten.

 

La obligación de subir este documento al Fifa TMS (Transfer Matching System) se ha incluido en una circular aprobada el 28 de septiembre y que las federaciones nacionales, como la que dirige Ángel María Villar, ya han adaptado y comunicado a los clubes. Además, advierten de que también se les podrá obligar a subir todos los contratos en los que aparezca un titular de un porcentaje del pase ajeno a los dos clubes.

 

Es decir, que se trata de un aumento del control respecto a los establecidos a principios de año, cuando se decidió que el 1 de mayo ya no podrían cerrarse traspasos de jugadores en los que participara un fondo de inversión como comprador. No obstante, la Fifa matiza que esa especie de declaración jurada no siempre será obligatoria, y que dependerá de la situación.

 

Ángel Correa Atlético de Madrid 650
El argentino Ángel Correa es uno de los jugadores en los que el Atlético de Madrid comparte su propiedad. /Atlético de Madrid

 

En cualquier caso, los clubes sí deberán seguir subiendo al sistema creado para garantizar la transparencia del mercado los siguientes datos: pago fijo por la transferencia del futbolista, incluidas las cuotas si existen; si se ha realizado algún pago adicional al club de origen por cláusulas compensatorias en caso de rescisión de contrato; pagos variables y en qué condiciones se realizarían; indemnizaciones por formación; contribución de solidaridad, y la declaración sobre los derechos económicos que ostente un tercero y los pagos recibidos e influencia de éstos.

 

Otra de las novedades que quiere introducir próximamente el gobierno mundial del fútbol es "la obligación explícita  para los clubes de declarar en el TMS la posible cláusula de comisión por venta futura, en el caso de que ésta estuviera incluida en el contrato de traspaso objeto de la transacción".

 

Ello se debe a a la cada vez más habitual tendencia de algunos grandes equipos a vender por precios bajos a algunas de sus promesas, asegurándose a cambio un porcentaje de una hipotética venta futura. No deja de ser una fórmula más para diferir pagos, puesto que el club comprador finalmente acabará pagando más al de origen si el futbolista se convierte en una estrella, volviendo una vez más a un posible problema de presiones para vender y hacer negocio.

 

La Fifa defiende que "con esta medida se pretende también mejorar la claridad y la transparencia relativas a las cantidades abonadas en los casos de fichajes internacionales, además de que también se incrementará la seguridad jurídica". En otras palabras, un club podrá defender con facilidad ante los tribunales que se aseguró una comisión por un determinado importe o la parte proporcional de un futuro traspaso porque cualquier pacto de este tipo deberá quedar registrado.

 

De hecho, este tipo de operaciones quedan al margen de la prohibición de terceros propietarios. Según la Fifa,  “Los contratos [...] suscritos con anterioridad al 1 de mayo de 2015 seguirán siendo válidos hasta su fecha de vencimiento contractual. Sin embargo, no se podrá prolongar su vigencia”, indica la Fifa.

 

Además, cualquier incorporación financiada bajo estas fórmulas y que se firmara en el mercado de invierno, es decir, desde el pasado 1 de enero y hasta el 30 de abril, “no podrá exceder de un año a partir de la fecha de su entrada en vigor”. Es decir, que el club deberá vender a ese futbolista o recomprar al tercero su participación sobre los derechos económicos del mismo, bajo riesgo de ser sancionado.

 

En la actualidad, prácticamente ningún tipo de información ya escapa al control de TMS, un sistema informático de obligado uso por cualquier club profesional y en el que se recopila todo tipo de información. Desde las comisiones que perciben agentes e intermediarios en cualquier operación, hasta el salario que ha acordado cada futbolista con su equipo de destino.

 

La importancia del TMS, de aplicación en operaciones internacionales, se reflejó este verano cuando el Real Madrid no logró cerrar el fichaje de David de Gea porque no subió a tiempo la información en este sistema informático. La intención de la Fifa es que las federaciones nacionales adopten una versión complementaria para operaciones entre clubes de un mismo país, aunque La Liga por ejemplo tiene su propio programa.

 

 

 

La polémica en España aún no ha terminado

 

Pese a que la Fifa y la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) se han mostrado a favor de la política de tolerancia cero con los fondos de inversión, en España se vive una especie de limbo legal. El Consejo Superior de Deportes (CSD) aún no ha ratificado el cambio en los estatutos de la federación, después de que un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) pusiera en duda la legalidad de esta medida. Además, La Liga mantiene un litigio en Bruselas por esta cuestión.

 

La patronal defiende que la prohibición de los fondos de inversión constituye un acuerdo económico que restringe la libertad económica de los clubes, jugadores y terceros sin ninguna justificación ni proporcionalidad. La Liga sí aporta argumentos jurídicos, al indicar que la decisión adoptada por la Fifa  infringe el artículo 101 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea sobre la prohibición de acuerdos anticompetitivos y el artículo 102 del TFUE sobre el abuso de posición dominante de la Fifa, así como de otras libertades fundamentales de la UE.