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M. Pérez Rocamora: “Una sentencia favorable a la Superliga debería abrir un diálogo”

El abogado de RocaJunyent asegura que la sentencia serviría para “pensar en que las instituciones no tienen que imponer sus normas, si no los actores, que son los clubes y deportistas y no las federaciones supranacionales”.

M. Pérez Rocamora: “Una sentencia favorable a la Superliga debería abrir un diálogo”
M. Pérez Rocamora: “Una sentencia favorable a la Superliga debería abrir un diálogo”
“Hemos esperado treinta años para la ley y ahora nos hemos quedado en las últimas decisiones y con el foco puesto en lo de siempre: en la pelea entre ligas y federaciones”

Palco23

17 nov 2022 - 05:00

La Superliga y la Uefa están condenadas a negociar. Así lo vaticina el abogado de RocaJunyent - Gaona, Palacios y Rozados Abogados y coautor de la Guía jurídico-práctica de clubes deportivos, especializado en derecho deportivo, quien asegura que la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la competición serviría para “pensar en que las instituciones no tienen que imponer sus normas, si no los actores principales, que son los clubes y deportes y no las federaciones supranacionales”. También sostiene que la incidencia de los políticos “no puede ser bueno porque hay intereses más allá del deporte”. Además, el abogado asegura que la concienciación sobre la buena gobernanza del sector del deporte “concienciación está y la cultura se va implantando entre las estructuras deportiva”.

 

 

Pregunta: ¿Hay buena gobernanza en el sector del deporte?

 

Respuesta: Se han dado muchos pasos a lo largo de estos años, pero es cierto que diversos escándalos en el sector del deporte han hecho reflexionar sobre esta cuestión y regularlo más. Ahora hay más formación y consciencia. Esta materia ya se incluye en todos los másters de derechos deportivo. La concienciación está y la cultura se va implantando entre las estructuras deportivas, pero hay que seguir dando pasos y avanzar también en la estructura de los dirigentes.

 

 

P.: Las polémicas en torno a la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) han dañado la imagen del fútbol nacional. ¿Hay un sentimiento de impunidad en el sector del fútbol?

 

R.: No lo creo. No hay nada acreditado porque esto no ha pasado por un juzgado. Hasta que un juez no diga nada, no podemos hacer juicios de valor o emitir sentencias: ni los profesionales del sector, ni los periodistas, ni los organismos. Hay mucho ruido y es peligroso dejarnos llevar por informaciones que no conocemos de verdad.

 

 

P.: ¿Cómo cambiará el fútbol la sentencia de la Superliga?

 

R.: Puede cambiar el futuro del deporte. Será clave. Pero con independencia de a quién se dé la razón, habrá que alcanzar acuerdos. Es lógico que los clubes quieran decidir su destino, al igual que la posición de la Uefa. Una sentencia favorable para la Superliga tiene que abrir una negociación. Si hay un revés también tendrá que pasar, porque hay clubes que no están conformes con el modelo. El éxito pasa por un acuerdo entre ambas partes.

 

 

 

 

P.: ¿Sería terremoto una sentencia favorable a la Superliga?

 

R.: Sí. Pensamos en el fútbol, pero hay más disciplinas. Sería clave para pensar en que las instituciones no tienen que imponer sus normas, si no los actores principales, que son los clubes y deportistas y no las federaciones supranacionales. Pero entiendo que existan para poner orden. El problema es que se necesita un modelo sólido y, si hay que cambiarlo, debe haber una estructura para organizar esto. Están condenados a entenderse.

 

 

P.: ¿Cuál es el principal argumento jurídico a favor de la Superliga y en contra de la Superliga?

 

R.: El de la Superliga es el abuso de posición que tiene la Uefa y ver si se vulneran los artículos 101 y 102 del Tratado de funcionamiento de la Unión Europea. Pero ellos tienen la prohibición de competir en otras competiciones en sus estatutos. Habrá que ver si se contravienen.

 

 

P.: En el conflicto de la Superliga chocan intereses colectivos frente a individuales y, por ahora gana el colectivo. ¿Hay otras similitudes en otros sectores?

 

R.: Está el caso de la Euroliga. Los clubes tomaron las riendas de su destino y alcanzaron un acuerdo con la Federación Internacional de Básquet (Fiba). Todo pasa por un acuerdo. También hay precedentes en la Unión Internacional de Patinaje, pero aún tiene que haber una sentencia.

 

 

P.: Boris Johnson o Emmanuel Macron se posicionaron contra la Superliga. ¿Hay demasiada incidencia política en el fútbol?

 

R.: Muchísima y esto no puedo ser bueno porque hay intereses más allá del deporte. Hay que pensar como lo que es, una actividad saludable que no debe estar contaminada por terceros.

 

 

P.: ¿Se debe separar la regulación deportiva de la gestión económica del fútbol?

 

R.: Evidentemente. Hay dos tipos de fútbol. Uno en el que el interés es que los niños hagan deporte, que poco tiene que ver con el deporte profesional y los intereses que rigen el deporte hoy en día.  

 

 

 

 

P.: ¿Los conflictos que hay en el deporte son por dinero o por poder?

 

R.: Todo va ligado. Hay gente que defiende su institución. Cada uno trabaja para sus intereses e intenta hacer su trabajo lo mejor posible, buscando más poder para los suyos.

 

 

P.: ¿Se ha aprobado una buena nueva Ley del Deporte?

 

R.: Hemos esperado treinta años para la ley y ahora nos hemos quedado en las últimas decisiones y con el foco puesto en lo de siempre: la pelea entre ligas y federaciones. Hay que centrarse en el resto de las bondades de la ley, como la inclusión a todas las federaciones en todas sus modalidades de deportistas con discapacidad, la obligatoriedad del 40% de mujeres o liberar la obligación de los clubes de convertirse en Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Pero se ha perdido una oportunidad de definir el modelo deportivo y eliminar tensiones entre ligas y federaciones. El convenio perdura y seguirá dependiendo de él. Pero se podría haber dado una solución. Hay cosas positivas, pero son menos mediáticas y cambian el modelo del negocio.

 

 

 

 

P.: ¿Son óptimas las últimas enmiendas aprobadas por los grupos parlamentarios que evitaron la huelga de los clubes?

 

R.: Cada una tiene distinta acogida. La referente a la Superliga no tenía sentido legislar sobre esto porque tiene que a haber una sentencia. Hay que individualizar cada una de ellas. Lo que no veo correcto es que estas enmiendas vengan por el ruido que se genera fuera y los intereses políticos.

 

 

P.: ¿Qué opina de los litigios por LaLiga Impulso?

 

R.: Cada uno dirige su empresa como lo estima oportuno. LaLiga ha hecho un millón de cosas en control económico y con el acuerdo pretende tener más rendimiento económico. El tiempo dirá si es positivo. Pero entiendo que haya partes que no firmen porque quieran decidir con quién deben pactar o dónde sacar su rendimiento si que esté castigado o mal visto. Los clubes deben tener poder para decidir con quien firman sus acuerdos con las cantidades que se manejan.